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ALIMENTACIÓN DE LOS CUATRO MIL


Enviado por   •  15 de Junio de 2015  •  2.870 Palabras (12 Páginas)  •  689 Visitas

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Alimentación de los cuatro mil - Marcos 8:1-13

(Mr 8:1-13) "En aquellos días, como había una gran multitud, y no tenían qué comer, Jesús llamó a sus discípulos, y les dijo: Tengo compasión de la gente, porque ya hace tres días que están conmigo, y no tienen qué comer; y si los enviare en ayunas a sus casas, se desmayarán en el camino, pues algunos de ellos han venido de lejos. Sus discípulos le respondieron: ¿De dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto? Él les preguntó: ¿Cuántos panes tenéis? Ellos dijeron: Siete. Entonces mandó a la multitud que se recostase en tierra; y tomando los siete panes, habiendo dado gracias, los partió, y dio a sus discípulos para que los pusiesen delante; y los pusieron delante de la multitud. Tenían también unos pocos pececillos; y los bendijo, y mandó que también los pusiesen delante. Y comieron, y se saciaron; y recogieron de los pedazos que habían sobrado, siete canastas. Eran los que comieron, como cuatro mil; y los despidió. Y luego entrando en la barca con sus discípulos, vino a la región de Dalmanuta. Vinieron entonces los fariseos y comenzaron a discutir con él, pidiéndole señal del cielo, para tentarle. Y gimiendo en su espíritu, dijo: ¿Por qué pide señal esta generación? De cierto os digo que no se dará señal a esta generación. Y dejándolos, volvió a entrar en la barca, y se fue a la otra ribera."

Introducción

Este milagro es muy parecido al descrito en (Mr 6:32-45). Por esta razón, algunos críticos han pretendido probar que se trata de un solo milagro, que se repite por descuido. Pero el mismo Señor se refirió a ambos como dos ocasiones distintas:

(Mr 8:19-20) "Cuando partí los cinco panes entre cinco mil, ¿cuántas cestas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Doce. Y cuando los siete panes entre cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogisteis? Y ellos dijeron: Siete."

Por lo tanto, debemos evitar tratar este incidente como una insignificante repetición. Siempre que nos acerquemos al estudio de la Biblia lo hemos de hacer con la convicción de que cada palabra ha sido inspirada divinamente y tiene algo importante que enseñarnos.

Por otro lado, un estudio atento de ambos incidentes nos mostrará numerosas diferencias entre ellos:

• En la primera ocasión la multitud había estado con Jesús un día, mientras que en la segunda habían pasado tres días.

• Las personas que comieron también fueron diferentes; en uno cinco mil y en el otro cuatro mil.

• La provisión que tenían a mano, en la primera ocasión consistía de cinco panes y dos peces, mientras que aquí había siete panes y unos pocos pececillos.

• La cantidad que sobró también fue distinta: en uno recogieron doce cestas de mimbre, y en el otro siete cestas.

Pero aunque las diferencias son numerosas, lo cierto es que ambos milagros consistieron básicamente en lo mismo: multiplicar panes y peces para dar de comer a una gran multitud. La pregunta que nos surge entonces es ¿por qué razón el evangelista recoge dos milagros tan parecidos? Las razones pueden ser varias. Veamos algunas de ellas:

• Era una nueva evidencia para aquellos críticos que se empeñaban en cerrar sus ojos y no querían reconocer a Jesús como el Mesías de Dios.

• Nos muestra que la provisión de Cristo es inagotable y siempre es suficiente para cubrir cualquier necesidad.

• Notemos también que la primera multiplicación tuvo lugar entre judíos, mientras que la segunda fue en la región de Decápolis, donde la población era mayoritariamente gentil. De este hecho podemos aprender que Cristo vino a satisfacer el "hambre" tanto de los judíos como de los gentiles.

• Y dada la reiterada falta de comprensión y la poca fe de los discípulos, la repetición del milagro era lógica.

"En aquellos días, como había una gran multitud"

Aunque esta expresión "en aquellos días" es un tanto imprecisa, sin embargo sirve para situarnos en el mismo ambiente de los últimos incidentes que ha narrado el evangelista, lo que nos coloca en territorio gentil dentro de la región de Decápolis (Mr 7:31). Y nos da a entender, que a pesar de los esfuerzos del Señor para que la gente no divulgara sus milagros (Mr 7:36), su fama iba creciendo también en estas partes de mayoría gentil. Este hecho se ve confirmado aún más porque como Jesús señaló, "algunos habían venido de lejos" (Mr 8:3).

Tal era la admiración que sentían por Jesús, que las multitudes le seguían sin tomar en consideración que la comida se les había terminado y que se encontraban en un lugar desierto. ¡Tan magnética era su presencia, tan maravillosas sus palabras y obras, que los que le acompañaban sentían que era casi imposible dejarle!

"Tengo compasión de la gente"

Jesús se percató de la necesidad de la gente y llamó a sus discípulos. Con esto quería enseñarles que el verdadero siervo de Dios debe ser capaz de ver las necesidades de las personas y preocuparse por ellas con un corazón tierno.

Compasión: literalmente "sufrir juntos", "tratar con emociones”.) Es un sentimiento humano que se manifiesta a partir y comprendiendo el sufrimiento de otro ser. Más intensa que la empatía, la compasión es la percepción y comprensión del sufrimiento del otro, y el deseo de aliviar, reducir o eliminar por completo tal sufrimiento.

Y una de las tragedias que ha sucedido en nuestra sociedad, es que como vivimos en una sociedad tan materialista, la compasión no es algo que normalmente esté en el corazón de la gente que tiene la habilidad para dar bienes materiales a quienes lo necesiten. Requiere compasión para soltar. En cambio, se nos ha enseñado retener.

Pero al mismo tiempo, estaba dándoles a los discípulos una segunda oportunidad. No olvidemos que la situación era similar a la que habían vivido poco tiempo antes, pero allí no habían sido capaces de estar a la altura de lo que Jesús esperaba de ellos. El Señor vuelve a repetir la lección para ellos. La verdad es que esto es exactamente lo que el Señor hace muchas veces con nosotros también; hay ciertas cuestiones básicas que debemos aprender antes de continuar con otras nuevas, y el Señor mismo se encarga de volvernos a llevar a situaciones similares donde tenemos que volver a enfrentar nuestros fracasos, pero dándonos nuevas oportunidades.

Una de estas cosas que los discípulos no lograron entender adecuadamente la primera vez, era la responsabilidad que ellos mismos tenían frente a la multitud, y el corazón compasivo que les hacía falta para atenderles.

Entonces, Jesús está tratando de enseñarles que necesitan compasión, y que si son sus ministros,

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