Altar Familiar
Enviado por oscardgn • 14 de Marzo de 2014 • 546 Palabras (3 Páginas) • 348 Visitas
ESCRITURA
"Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha".1 Corintios 13:3
AUXILIO EN LA LLUVIA
Una noche de febrero de 1965, a las 11:30 p.m., una mujer afroamericana, estaba parada a un lado de una autopista en Alabama, tratando de soportar una fuerte tormenta. Su carro se había varado y necesitaba desesperadamente que la llevaran. Toda mojada, ella decidió detener el próximo automóvil que pasara.
Un joven blanco se detuvo a ayudarla a pesar de todos los conflictos que habían ocurrido esos días con el racismo. El joven la llevó a un lugar seguro, la ayudó a obtener asistencia y la puso luego en un taxi. Ella parecía estar bastante apurada, pero anotó la dirección del joven, le agradeció y se fue. Pasaron siete días, cuando tocaron a la puerta de la casa del joven. Para su sorpresa, un televisor de pantalla gigante a color le fue entregado por correo a su hogar. Tenía una nota especial junto al paquete. La tarjeta escrita a mano decía: "Muchísimas gracias por ayudarme en la autopista la otra noche. La lluvia anegó no sólo mi ropa sino mi espíritu. Entonces apareció usted. Gracias a usted, pude llegar al lado de la cama de mi marido agonizante, justo antes de que muriera. Dios lo bendiga por ayudarme y servir a otros sin interés.
Sinceramente: Señora de Nat King Cole” (famoso cantante y pianista de Estados Unidos en los años 50).
REFLEXION
Tenemos numerosas razones para no dar a otros. Hemos sido heridos, abusados u ofendidos en el proceso del crecimiento, y no estamos dispuestos a exponernos nuevamente a tales situaciones. El pasado nos recuerda lo que anduvo mal y nos encadena a no cambiar el futuro.
No obstante, llegamos a aceptar hábitos, heridas, complejos y adicciones como parte de nuestra personalidad al punto de que si intentamos cambiar pensamos que estamos cambiando de personalidad. El egoísmo no es parte de nuestra personalidad, pero se hace parte cuando lo aceptamos como necesario y lo justificamos por nuestras malas experiencias en la vida.
La verdad sea dicha, mucho de lo que llamamos personalidad no es parte de ella, ni está en el plan de Dios para la vida de cada uno. Podemos decidir cambiar, aprender buenos hábitos, viva una vida más plena y con propósito, pero necesitamos empezar a dar, a compartir, a ayudar sin esperar nada a cambio. Lo que nos hace susceptibles a ser lastimados es que damos casi siempre esperando algo a cambio y por eso somos defraudados muchas veces. La ley espiritual dice lo contrario, que debemos dar sin esperar nada a cambio, así, si nadie te agradece o devuelve el favor tus sentimientos permanecen sanos, solo entonces podrás recibir lo que necesitas de Dios.
Por supuesto no es solo dar
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