Amar A Dios Sobre Todas Las Cosas
Enviado por TareasAccesibles • 27 de Febrero de 2014 • 479 Palabras (2 Páginas) • 730 Visitas
PRIMER MANDAMIENTO:
AMARAS A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS
Narra el Evangelio que un Doctor de la Ley se acercó a Jesús con la intención de tentarlo: Maestro, ¿cuál es el principal mandamiento de la Ley? La respuesta del Señor, conocida por todos, fue: “Amarás al señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y primer mandamiento” (Mt. 22, 36-38).
Además de ser el primer precepto divino, este mandamiento de alguna manera los incluye a todos: cualquier transgresión a la ley de Dios viene precedida por la carencia de amor a El.
El mandato de amar a Dios sobre todas las cosas conlleva la necesidad de vivir las virtudes de la fe, la esperanza, la caridad y la virtud de la religión:
- la fe, porque para amar a Dios antes hay que creer en El;
- la esperanza, porque el amor exige la confianza en sus bondades;
- la caridad, por ser el objeto propio del mandamiento;
- la religión, en cuanto que es la virtud que regula las relaciones del hombre con Dios.
Los pecados contra las cuatro virtudes antes mencionadas constituyen el ámbito de prohibiciones del primer mandamiento.
- La especie moral ínfima de los pecados contra este precepto se trata al estudiar cada virtud.
LA FE
DEFINICION Y NATURALEZA DE LA FE
La fe es la virtud sobrenatural por la que creemos ser verdadero todo lo que Dios ha revelado.La fe
Puesto que las realidades sobrenaturales exceden la capacidad natural de la mente humana, es preciso que Dios infunda en la inteligencia una gracia particular para que el hombre sea capaz de asentir a su mensaje: esa gracia es la virtud de la fe.
El modo habitual por el que se produce la primera infusión de la virtud sobrenatural de la fe es el bautismo.
La fe es requisito fundamental para alcanzar la salvación: el que creyere y fuere bautizado se salvará, y el que no creyere se condenará (Mc. 16, 16; cfr. también Jn. 3, 18; Dz. 799 y 1793; CIC, c. 748 & 1).
No es difícil advertir la necesidad absoluta de la fe para alcanzar la vida eterna: resulta imposible una unión íntima con Dios eso es la vida eterna si no se da antes por la fe un primer contacto, una unión inicial.
La fe es un conocimiento intelectual de las verdades reveladas por Dios pero que, sin embargo, se ha de plasmar después en actos concretos que la manifiesten: se ha de hacer vida.
Así como el que carece de fe no se salva, tampoco se salva el que, teniendo fe, no la manifiesta con obras: “como el cuerpo sin el espíritu es muerto, así también es muerta la fe sin obras” (Sant. 2, 26).
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