Cap. 6 Doctrina Social de la Iglesia

CAPITULO SEXTO, EL TRABAJO HUMANO (resumen)

I.        ASPECTOS BÍBLICOS

El hombre tiene el dominio sobre la tierra y los animales que en ella habitan, un dominio “dado” por el Creador que representa la justicia ante toda su creación por lo que ese dominio dado al hombre deberá ser ejercido con responsabilidad, así como un trabajo que lo haga merecedor.

Jesús trata de mostrar a los hombres como el trabajo debe ser apreciado, no solo por la recompensa (paga) que le sigue, sino por el significado de honrar la creación, de igual forma no afanarse en el acumulamiento de riqueza y dándose también tiempo de alimentar el lado espiritual. Se debe trabajar no solo por el beneficio individual, sino por el mismo apoyo que se les puede dar en momentos de necesidad a los miembros de la comunidad en que se vive, sin llegar a depender de los demás en ese espíritu de cooperación.

Con esta nueva inquietud nacen las nuevas expresiones de preocupación ante el cuidado de los derechos de los trabajadores, así como obligaciones de éstos y los patrones, tratando de equilibrar las relaciones en pro de un desarrollo no solo económico sino cultural y moral.

III.        DIGNIDAD EN EL TRABAJO

La dignidad del trabajo se cimienta sobre la naturaleza subjetiva del mismo, donde se manifiesta la humanidad, la esencia y los valores de cada individuo en su quehacer, anteponiéndose al sentido objetivo del trabajo donde la producción es la finalidad.

De igual forma para poder darle su justo valor al trabajo, es necesario verlo no como un elemento de una colectividad que juntos rendirán el fruto deseado y poder ser retribuido con equidad respecto al resto de sus componentes.

En la relación Trabajo-Capital se establece la prioridad del primero sobre el segundo, en el sentido de la esencia del trabajo es la producción misma y el capital los medios para ello, mas sin embargo la complementariedad los hace indispensables para el fin último. El Trabajo, como expresión misma de quienes lo ejecutan toma cada vez mayor importancia, pues depende de éstos la eficiencia con que el capital se utiliza, la creatividad y talento como valor de éstos.

El descanso se hace indispensable, no solo para aliviar el cuerpo sino para alimentar la hombre con actividades más allá de la acumulación personal y retribuir a la familia, cercanos, comunidad y Dios (según establece la doctrina de la iglesia), convirtiéndose en un derecho al que todo trabajar debe tener acceso aun cuando la necesidad económica se apremiante.

IV.        DERECHO AL TRABAJO

La accesibilidad a un trabajo constituye un derecho fundamental para poder integrar a los individuos a una comunidad donde por su misma índole de asociación ven hacia un bien común. La carencia de empleo así como subempleos resulta en exclusión de la participación en sociedad y falta de realización personal. De igual forma, conservación de los empleos dependen cada vez más de las capacidades técnicas y profesionalización, por lo que es imperante para los gobiernos implementar sistemas de formación y educación a fin de que integrar a los individuos en una sociedad productiva, así como salvaguardar el derecho al trabajo asegurando fuentes de empleo como parte de su responsabilidad social.

El derecho al trabajo asegura la formación integral de las familias, dotándolas de los recursos indispensables para su subsistencia (techo, comida, educación y salud) siendo de suma importancia dada su naturaleza como “base de una sociedad”, siendo partícipes a esta contribución tanto hombres como mujeres, las cuales deben tener el mismo derecho de acceso a trabajo.

V.        DERECHOS DE LOS TRABAJADORES

Los derechos a los que lo trabajadores deberían tener acceso son vastos y de diferente índole, tanto en el ámbito económico como en el humano, como son:

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