Chilam Balam De Chumayel
Enviado por QANIL • 16 de Agosto de 2014 • 4.580 Palabras (19 Páginas) • 353 Visitas
CHILAM BALAM DE
CHUMAYEL
Diagrama que muestra el curso del Sol en el cielo
En este V centenario del "descubrimiento" de América son muy pocas las
voces que han dicho algo sobre la tradición precolombina. Parecería que un
prejuicio impidiera a los estudiosos de lo esotérico ocuparse de un tema que
se presenta clarísimo respecto a la Cosmogonía Perenne. Eso, sin mencionar
que lo esencialmente indígena ha quedado completamente de lado en las
celebraciones, aunque se trate de aparentar lo contrario.
La rueda de los katunes
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CHILAM BALAM DE CHUMAYEL
El Chilam Balam de Chumayel es acaso el más importante de los Chilam
Balams, textos sagrados y proféticos escritos por los sacerdotes Mayas
especialmente en Yucatán durante la conquista española. Los autores de esta
obra esotérica y difícil como toda escritura sacra y tradicional, como todo
libro de sabiduría, parecen ampararse en la religión cristiana para de este
modo poder transmitir las doctrines cosmogónicas autóctonas las cuales son
asimiladas a la religión de los conquistadores, como sucede hasta nuestros
días; esto constituye una prueba de la capacidad y la comprensión de los
sabios y sacerdotes indígenas, los que fueron capaces de entrever la unidad
fundamental de sus creencias y la similaridad de la cosmovisión de
vencedores y vencidos, la que también fue advertida por los mejores
religiosos europeos en sus crónicas. Reproducimos aquí textos de la versión
realizada por Antonio Mediz Bolio editada en Costa Rica en 1943 y
actualmente publicada por la SEP de México, con prólogo, introducción y
notas de Mercedes de la Garza, aunque no incluimos sus excelentes
comentarios. Ralph Roys también tradujo estos textos del maya al inglés: The
Chilam Balam of Chumayel, Oklahoma Press, Norman, 1933 y The maya
katun prophescies of the book of Chilam Balam, Carnegie Institution of
Washington D. C., 1954. También existe una versión al Castellano sintetizada
de Alfredo Barrera Vásquez y Silvia Rendón: El libro de los libros de Chilam
Balam, F.C.E., México, 1948. Igualmente hay otra edición de M. Rivera, que
se basa en la de Médiz Bolio pero levemente modificada: Chilam Balam de
Chumayel, Historia 16, Madrid, 1986. En realidad las distintas versiones
coinciden de modo general y no se altera en ellas los valores simbólicos y
metafísicos. Los especialistas creen que todos estos escritos indígenas, de
expresión cristianizada, son copias de libros jeroglíficos antiguos, adaptados
a las nuevas modalidades del paso del tiempo; recopilaciones, para salvar su
tradición cosmogónica y metafísica original, presentar así su verdad y
realizar su identidad. A continuación publicamos algunos textos de este
conjunto, especie de "almanaque", estructura que corresponde igual-mente a
los códices precolombinos; obsérvense también los extraños latines y su
rústico encanto, su ambigüedad y valores fonético-rítmicos. Agregamos a la
versión de Médiz Bolio del Libro de los Espíritus, y del Trece Ahau Katún, la
inglesa de Ralph Roys traducida al español por María Montoliú Villar,
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tomada de su obra Cuando los dioses despertaron, U.N.A.M., México, 1989,
trabajo que oportunamente comentaremos; creemos que para el lector será
interesante cotejar ambas versiones.
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Texto
"Dominus vobiscum, decían todos cantando allí donde no había cielos ni
tierra.
Del abismo nació la tierra, cuando no había cielos ni tierra.
El que es la Divinidad y el Poder, labró la gran Piedra de la Gracia, (Tun
Gracia) allí donde antiguamente no había cielo.
Y de allí nacieron Siete Piedras sagradas (Tunes), Siete Guerreros (Katunes)
suspendidos en el espíritu, Siete llamas elegidas.
Y se movieron. Y siete fueron sus gracias también, y siete sus santos.
Y sucedió que incontables gracias nacieron de una piedra de gracia. Y fue la
inmensidad de las noches, allí donde antiguamente no había Dios, porque no
habían recibido a su Dios, que solo por si mismo estaba dentro de la Gracia,
dentro de las tinieblas, allí donde no había cielos ni tierra.
Y fue formado al fin un Guerrero, cuando no había nacido el Primer Guerrero,
y tenía los cabellos en guedejas.
Aden ti parami. Y fue su divinidad. Y entonces salió y se hizo varón en la
segunda infinita Piedra de Gracia. Alpinon es el nombre de su ángel.
Cuando hubo nacido, salió y pidió su Segunda Gracia, en la segunda
inmensidad de la noche, donde antes nadie había. Y recibió su divinidad é1
solo por si mismo.
Y cuando vino a salir, "ofirmar" dulcemente dijo. Y recibió su divinidad é1
solo por sí mismo. Y salió y fue a la tercera infinita Piedra de Gracia.
Albacongel es el nombre de su ángel, el de la tercera Gracia.
Fue a la cuarta infinita Piedra de Gracia, en la cuarta noche. Atea Ohe es el
nombre de su ángel. Naciendo, quiso su cuarta Gracia, y empezó a decirse
solo en sí mismo: "Ah, Dios Poderoso, yo no soy nadie, pues, por mí mismo".
-Así decía en su esencia, en su divinidad.
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"Me voy", suavemente dijo.
Y fue a la quinta infinita Piedra de Gracia, en la quinta infinita noche. Cuando
hubo nacido el Quinto Guerrero quiso su Quinta Gracia. Y se levantaron las
palabras de su divinidad y nació su ángel. Decipto es su nombre.
Y dijo: "Me voy. Yo soy, pues. Soy Dios, pues. Soy poderoso, pues." -Así
hablaba por sí misma su divinidad. "Aninite dei sin", decía cuando recibió su
divinidad por si mismo.
Y fue a la sexta infinita Piedra de Gracia, en la sexta medida de la noche, el
Sexto Guerrero (Katún). ¡dioses poderosos, oíd mi voz. Nadie hay en mi
soledad.
Cuando hubo nacido, quiso su Séptima Gracia. Conlamil es el nombre de su
ángel. -¡Yo os adoro, dioses, oíd mi voz! ¡No hay nadie. Nadie escucha mi
voz! -así suavemente hablaba y decía, mientras nacía su Séptima Gracia.
Contento nació el séptimo Guerrero (Katún). Siete veces se alumbraron las
siete medidas de la noche, siete veces infinitas.
"Abiento bocayento de la Zipilna de fente note sustina gracia. Trece mili y no
cargo bende". Primera, segunda, tercera,
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