Como Hacer Frente A La Rotura De Una Relación Amorosa.
Enviado por 141530 • 28 de Febrero de 2014 • 1.561 Palabras (7 Páginas) • 363 Visitas
Cómo hacer frente a la ruptura de una relación amorosa
Si alguna vez has estado enamorado(a), entonces has podido conocer una de las sensaciones más maravillosas que existen en la vida. En ocasiones suelo preguntar en mis conferencias si la audiencia cree que es bueno o es malo enamorarse, a lo que generalmente responden positivamente. Luego, yo suelo afirmar, “Pues fíjense que no. Enamorarse no es bueno… ¡es buenísimo!”
No obstante, si has tenido que experimentar la desilusión de (lo que en esta ocasión llamaré) un “amor imposible”, entonces has cargado con uno de los conflictos emocionales más complicados que existe. He tenido la oportunidad de platicar con muchos jóvenes y señoritas que se encuentran en una relación “equivocada”, o sencillamente “enamorados de la persona incorrecta”, y no saben cómo lidiar con el asunto (y te confieso algo… he pasado por allí; sé que no es fácil).
Quizás sea un muchacho que ha sido rechazado por su novia; o una señorita cuyo novio es abusivo con ella, o tal vez alguien que está enamorado de una persona comprometida. En estos, y tantos casos más, suelo escuchar de ellos “yo sé que no está bien” o “entiendo que debemos terminar” aunque luego agregan la frase épica que complica toda su existencia “¡pero estoy enamorado de ella!”, o bien “¡pero no puedo dejar de quererlo!”. Siento, luego existo.
A veces, nuestras emociones pueden ser muy fuertes, y permitimos que dominen incluso nuestros pensamientos o nuestra conducta, al extremo de hacer cosas que luego nos darían mucha pena (como en el caso de Sergio). O tal vez después nos sentimos mal por las decisiones que hemos tomado o actitudes que hemos tenido.
En ocasiones, los sentimientos son tan reales, que no sabemos cómo controlarlos, o cómo librarnos de ellos. Entendemos lo que debemos hacer, pero no lo logramos porque nuestro corazón nos dice lo contrario. Siento, luego existo.
Creo que esto constituye uno de los líos más complicados con los que tenemos aprender a luchar. Si no maduramos (rápidamente) en nuestra vida emocional, cuatro cosas van a suceder: (1) vamos a andar cargando un peso encima (que no deberíamos llevar), (2) vamos a dañar nuestras relaciones (incluso las que tanto valoramos), (3) perderemos de vista nuestras prioridades de la vida (porque nuestros sentimientos serán lo primordial) y (4) caeremos en una espiral descendiente (sintiéndonos cada vez peor por manejar inapropiadamente la situación). Puedo afirmarlo, por observación y por experiencia.
Así que, si estás enamorado(a) y sabes (no sientes… e-n-t-i-e-n-d-e-s) que necesitas hacer un cambio al respecto (que es lo correcto y saludable), permíteme sugerirte tres decisiones que debes comenzar a tomar ahora. No hay un camino fácil; no existe una solución rápida. Enamorarse es sencillo; des-enamorarse no.
1. YA NO INTENTES CAMBIAR TUS SENTIMIENTOS; CAMBIA MEJOR TUS PENSAMIENTOS.
He aprendido que Dios no espera tanto que cambiemos cómo nos sentimos, sino anhela una transformación real de nuestra forma de pensar:
No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios, buena, agradable y perfecta. (Romanos 12:2)
Finalmente, hermanos, piensen en todo lo que es verdadero, en todo lo que merece respeto, en todo lo que es justo y bueno; piensen en todo lo que se reconoce como una virtud, y en todo lo que es agradable y merece ser alabado. (Filipenses 4:8).
La razón es doble: por un lado, es imposible cambiar un sentimiento voluntariamente (por ejemplo, si en este momento te encuentras feliz o triste, ¿sería posible simplemente decirte que cambies eso en este instante?), y por el otro, son los pensamientos quienes dan nacimiento a los sentimientos (antes de una emoción en el corazón, siempre existió una idea en la mente).
Por lo tanto, asegúrate de invertir tiempo en alimentar tu cerebro con los principios correctos. Quizás necesites dejar de escuchar esas canciones “románticas” (o mejor dicho, depresivas… ¿Te has dado cuenta que en todas esas canciones las cosas siempre terminan mal?) o dejar de ver esas películas románticas (que solo te recuerdan que tu historia amorosa no siempre tiene un final feliz).
2. YA NO INTENTES OLVIDAR; PIENSA MEJOR EN ALGO MÁS
Si alguna vez te escuchaste decir (o al menos lo pensaste) “es que no puedo dejar de pensar en él(ella)”, quiero contarte dos noticias (una buena y una mala). La mala (que no es tan mala realmente) es que en efecto, no has sido diseñado para olvidar. Tenemos la capacidad de recordar, y podemos estimular nuestra memoria; pero no tenemos la capacidad de olvidar conscientemente. ¿Recuerdas que almorzaste ayer? Si, pues… ahora mismo, te ordeno que lo olvides. ¿Pudiste? Yo tampoco. Por ende, cada vez que te propones ya no recordarlo(a), ya no pensar en él(ella) estás proponiéndote algo virtualmente
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