Conceptos De Amor En San Agustín, Primer Capitulo

Relatoría del capítulo I concepto de amor en san Agustín.

LA ESTRUCTURA DEL ANHELO (APPETITUS)

Dado que estamos sumergidos en la tempestad del engaño y la ingenuidad del dogma, Arendt, siempre con mirada crítica y cautelosa emprende un arduo viaje cuyo primer paso es dar cuenta de lo que sería una concepción certera e ineludible del concepto de amor Agustiniano.

En el primero de los capítulos titulado, la estructura del anhelo (appetitus), Arendt, se ocupa de clarificar la significación de amor en el cristianismo afirmando, “amar no es otra cosa que anhelar algo por sí mismo” con esta afirmación parte a hacer un análisis de la vivencia humana tomando como base dos términos fundamentales, amor y anhelo, el amor es un tipo de anhelo, anhelo que se encuentra en constante movimiento por la búsqueda del mismo, este a su vez se haya determinado por lo que se busca, pero dicha búsqueda va encaminada hacia algo que ya se conoce, motivo por el cual la autora lo da como fatídico puesto que no trae consigo nada nuevo y ese anhelo es a mi entender la búsqueda de conquistar un bien muy propio y satisfacer lo que se ha implantado como necesidad por parte de la tradición. La dificultad con la que tropieza el anhelo es que una vez conseguido este, el deseo cesa, a menos claro está que lo conseguido se pierda. En cuanto a la obtención del anhelo se funde en lo que se conoce por felicidad, término que dentro del texto se concibe como la adquisición de una serie de bienes que le harán sentirse satisfecho o feliz, pero ese anhelo por el amor o felicidad tiende a convertirse en temor puesto que aqueja a las personas la idea de no alcanzar dicha felicidad, y en el caso de que sea adquirida es causante de incertidumbre el hecho de perder eso que tanto se idealizó en un momento dado. El apuro constante en la construcción del futuro impide que las personas coexistan en el contexto vigente, hecho promotor de una vivencia efímera en el ambiente fáctico, dentro de este contexto cabe resaltar que el presente no se encuentra presidido por las vicisitudes futuras, sino por lo que se espera del mismo, bien sean buenas o malas, lo que se anhela o se evita.

Dado que una vez obtenido ese anhelo se extravié, solo resta sumirse en unos de los tantos más trascendentales intrínsecamente explicados en el contenido del libro, el pesar, perder el bien y conllevar la perdida, es decir haber conquistado el anhelo y haberlo perdido, para San Agustín la felicidad de tener no se contrasta con el pesar sino con el temor a perder, pero como se advierte inicialmente cada concepto agustiniano debe analizarse a profundidad, para comprender la transcendencia verdadera de los mismos.

El inconveniente que conlleva la felicidad humana es que está anegada en el temor , pues no preocupa la falta de posesión sino la seguridad de posesión, en donde se presenta como necesidad hacer un análisis del termino posesión, ya que nada sujeto a perdida puede convertirse en posesión. Cada individuo ambiciona entes diferentes por lo que no todos darán por sentado que algo es bueno o malo y no se pluraliza la idea de lo bueno y lo malo, pero todo el mundo concuerda en querer vivir la vida de una forma feliz, es decir logrando la obtención de esos anhelos o amores propios. San Agustín suple ese temor a la perdida con la idea de que cada cual conseguirá una vida feliz y eterna cumpliendo una serie de cometidos, pues en el pensamiento agustiniano nos encontramos con que este alega que la vida en constante peligro de muerte, no es vida verdadera y legitima que la vida verdadera es aquella que es a la vez eterna y feliz. Argumento bastante fuerte pues la mayor parte de las personas concuerdan

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