Cotejo comparativo libros: Génesis y Popol Vuh

Cotejo comparativo libros: Génesis y Popol Vuh

Antes de los patriarcas y las peripecias.

Al comienzo todo se encontraba inmóvil y en silencio sobre la faz del mundo. Sólo existía el cielo y las aguas, señalan la Biblia y el Popol Vuh, ambos manuscritos espirituales que narran la creación de la Tierra.

Mientras que en la cultura Guatemalteca, se señala que el grupo de deidades habitaban bajo el mar, en el libro del cristianismo se dice que “el espíritu de Elohim se cernía sobre la haz de las aguas.” (Gn 1:2). En ambos casos, es por medio de la palabra que se lleva a cabo el acto de creación; primero disipando las tinieblas por medio de la luz – solo en la Biblia señalando la creación del sol-, y luego dando lugar a la tierra sobre los mares, y el nacimiento de la vida que existiría sobre esta: árboles y animales.

Uno de los puntos en los que difieren, es que mientras en la Biblia, Dios ve que es buena su creación y la bendice, en Popol Vuh, los Formadores no se ven satisfechos con la incapacidad de sus criaturas para alabarlos, razón por la cual son castigados.

La formación del ser humano se da después, en parte para cuidar y dominar a las otras especies, y en parte para adorar a quienes les dieron la vida. Hombre y mujer fueron originados de manera diferente. En el cristianismo, se señala que fueron forjados con barro y se les “insufló en sus narices aliento de vida” (Gn 1:7), mientras que en el pueblo Quiché tras ser descartada la opción del barro, el nuevo ser humano surge del maíz y la madera.

Estos “fueron los primeros hombres que en gran número existieron sobre la faz de la tierra” (Recinos, 2012), no obstante, en ambas culturas se indica, cómo el desobedecer y olvidar a sus creadores lleva a la humanidad a caer en desgracia. En la Biblia, por haber comido el fruto del árbol prohibido y gozar de entendimiento entre el bien y el mal, mas pese a ello, obrar con malicia; y por su parte, en Popol Vuh,  por no tener alma ni sustancia, explicación por la cual no eran capaces de reflexionar.

Cayó un diluvió que les aniquiló como especie, la naturaleza se reveló contra ellos. Sólo sobrevivieron unos pocos, en el caso del cristianismo, por un arca en donde iban los escogidos para poder emprender una nueva vida, y en el caso guatemalteco como la “ruina de (…) los hombres hechos para ser destruidos y aniquilados” (Recinos, 2012).

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