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DECLARACIÓN “GRAVISSIMUM EDUCATIONIS MOMEMTUM”


Enviado por   •  5 de Marzo de 2018  •  Resumen  •  2.200 Palabras (9 Páginas)  •  326 Visitas

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DECLARACIÓN “GRAVISSIMUM EDUCATIONIS MOMEMTUM”

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Introducción

Debiendo atender la santa Madre Iglesia a toda la vida del hombre, le toca una parte del progreso y en la extensión de la educación. Por tanto, siendo que en los jóvenes se contiene toda la esperanza del progreso de la sociedad humana, la Iglesia buscar los medios para garantizar “la educación cristiana de la juventud”. Para ello se quiere valer de los avances de la técnica y de la investigación científica y de los medios de comunicación social que abundan en la actualidad.

Educación: derecho universal, noción, medios, cristiana, padres.

Todos los hombre tienen derecho a una educación, para que llegue a encontrar su fin ultimo y de salvaguarde el bien de las sociedades. Hay que ayudar, pues, a los niños y adolescentes a desarrollar armónicamente sus capacidades; inícienlos conforme avanza su edad en temas convenientes de su sexualidad y la vida social; que se les estimula a apreciar con recta conciencia los valores morales, a conocer y amar a Dios.

Todos los cristianos tienen derecho a la educación cristiana, para que se hagan cada día más consientes del don recibido de la fe; consientes de su vocación den testimonio de la esperanza que en ellos hay y, así, también fomenten la educación cristiana del mundo. Los pastores de almas tienen la obligación de disponer de todos los medios para alcanzar este cometido con su grey, especialmente con los jóvenes.

Los padres son los principales obligados de la educación de su prole. Para ello, deben formar un ambiente familiar animado por el amor, por la piedad a Dios y hacia los hombres; es la primera escuela de las virtudes sociales; por tanto necesita la ayuda de toda la sociedad.

A la sociedad civil le pertenece disponer todo los que requiere para el bien común; su obligación es proveer de varias formas de educación de la juventud, tutelar los derechos y obligaciones de los padres y de aquellos que e intervienen en el sistema educativo.

La Iglesia, mediante la instrucción catequética, debe robustecer la fe de los que la reciban; ella lleva una consiente y activa participación del misterio litúrgico. Ésta, en su práctica debe utilizar  instrumentes adecuados, tales como: los medios de comunicación social, grupos culturales y deportivos, asociaciones de jóvenes y las escuelas.

La escuela es el medio as importante para la educación, ya que ella desarrolla la capacidad del recto juicio, introduce en la cultura, promueve el sentido de los valores, entre otros. Por ello, la vocación de los educadores requiere dotes especiales del alma y del corazón.

Escuelas y universidades católicas

Coordinación

Las escuelas católicas tiene como primordial tarea el buscar las fines culturales y la formación humana de la juventud, en un ambiente escolar animado por el espíritu evangélico de libertad y caridad; de manera que quede iluminado por la fe el conocimiento de los estudiantes, acerca del mundo, la vida y el hombre, y conseguir servir a la difusión del Reino de Dios.

Los maestro procuren instruirse convenientemente  en la ciencia, tanto profana y religiosa;  no olviden actualizarse, según los descubrimientos actuales. Esfuércense en  estimular la actividad personal de lo estudiantes, y terminados los estudios, sigan atendiéndolos con sus consejos; que sus funciones sean un verdadero apostolado.

Se deben actualizar y crear escuelas católicas a la medida de los tiempos actuales. Se han de establecer escuelas profesionales, técnicas, institutos de formación de adultos, para asistencia social, y la escuela para maestro de educación religiosa.

Por otro lado, las facultades y universidades católicas cultiven según sus principios, sus propios métodos y la propia libertad e la investigación científica, de manera que se profundice en la comprensión de dichas disciplinas, y que se muestre como la fe y la razón pueden ir armónicamente encaminadas a la verdad.

Con relación al cuidado espiritual de las estudiantes, no se tenga sola atención para aquellos de las universidades católicas, sino también promuévase en universidades no católicas.

Foméntese entre las escuelas católicas una conveniente coordinación; igualmente, las facultades de cada universidad han de ayudarse mutuamente, en cuanto la materia lo permita. Así, se obtendrán fruto esplendidos en materia académica y para el bien de todo el género humano.

Conclusiones

En momentos en que la educación de nuestro país está pasando por una crisis de sentido, en la que se ha ido sacando gradualmente enseñanzas fundamentales que la correcta educación moral y critica de la sociedad; es menester que la Iglesia, acudir a sus propias palabras, y esforzarse por intervenir y poner sus fuerzas en educar conveniente a sus fieles.

Ningún hombre se debe quedar con los brazos cruzados ante tan indigesta situación. ¿Por qué no escucho a los padres quejarse por la carencia de una educación adecuada de sus hijos? ¿Por qué no veo a los jóvenes reclamar una mejor educación? Nos falta una correcta instrucción en valores y en dignidad humana. Por la falta que hay de ella, es necesario que la Iglesia la garantice a los suyos.

DECLARACIÓN “DIGNITATIS HUMANAE

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Introducción

Hoy, crece entre los hombre el deseo de los hombre gocen y usen s propio criterio y de un libertad responsable, guiados por la conciencia del deber. Esta exigencia de libertad se refiere a los bienes del espíritu humano, sobre todo en lo que se refiere al libre ejercicio de la religión.  

Dado que todos los hombres están obligados a buscar la verdad, especialmente en lo que se refiere a  Dios y a su Iglesia, acogerla y ponerla en práctica, este sato Concilio quiere iluminar esta búsqueda de la verdad, declarando “sobre la libertad religiosa

Noción de la libertad religiosa

Toda persona tiene derecho a la libertad religiosa; para acogerla, todos han de estar inmunes a la coacción, fundado en la dignidad misma del hombre. Esto ha de ser reconocido en el ordenamiento jurídico de a sociedad.

Todos los hombres tienen la obligación moral de buscar la verdad, sobre todo la que se refiere a la religión. Ella de be buscarse mediante una libre investigación; una vez conocida esta, se abrazará profundamente.

El hombre percibe y reconoce por medio de su conciencia los dictámenes de la ley divina; conciencia que tiene la obligación de seguir fielmente, para llegar a Dios. De igual manera, la misma naturaleza del hombre exige que éste profese su religión de forma comunitaria. Por tanto, la autoridad civil, cuyo fin propio es velar por el bien común, debe reconocer la vida religiosa de los ciudadanos y favorecerla, ya sea la que se manifiesta en particular o en comunidad.

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