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Del Antiguo Testamento, leemos el libro de Job y del Nuevo, la Primera Carta de Pedro, sin desconocer los aportes de los otros libros sagrados.


Enviado por   •  4 de Marzo de 2017  •  Apuntes  •  1.299 Palabras (6 Páginas)  •  386 Visitas

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SENTIDO DE LA CRUZ

Valor del sufrimiento cristiano

P. Galo Sánchez PSS

sanchgalo@gmail.com

El sufrimiento es algo propio de nuestra condición humana, pero, ¿cuál es su razón de ser? Vivimos en medio a realidades que nos superan, nos confunden, nos agobian…, nos hacen sufrir. Somos huéspedes de un mundo que no es nuestro. Desconocemos los límites del micro y macro mundo en que vivimos. Gustamos, es verdad, el agridulce de nuestras esporádicas conquistas, sin embargo, sentimos la necesidad de una luz superior que nos lleve más allá de nuestro alcance.

Del Antiguo Testamento, leemos el libro de Job y del Nuevo, la Primera Carta de Pedro, sin desconocer los aportes de los otros libros sagrados.

Antiguo Testamento

El problema que el libro de Job plantea surge en el ámbito de la fe. “¿Por qué sufrir”? se pregunta Job (3,11.20), varón próspero por ser justo (1,1-5) a quien Dios prueba con el sufrimiento “injusto”, sin motivo (2,1-7). Para la doctrina de la retribución era suficiente estar en regla con los postulados que rigen la vida moral para evitar el sufrimiento. Job era temeroso de Dios y se apartaba del mal y, con eso, había asegurado su inmunidad al sufrimiento - pensaba él. Introduciendo el sufrimiento sin motivo, el autor arma una trama que nos entretiene con cuarenta y dos capítulos hasta darnos a entender que el sufrir es parte integrante del misterio de amor que constituye nuestra vida. Dios hizo al hombre y lo hizo hombre y mujer (Gn 1,27) de “muy buena” calidad (Gn 1,31), inclusive semejantes a Él, pero no dioses. La imperfección del hombre exige establecer entre los humanos una jerarquía de valores, sobre la base de un principio universal llamado “retribución”. Dios, aun respetando ese convencionalismo de la retribución de los humanos, hace notar que Él mismo y el mundo que Él creó no están sujetos al dogma de la retribución. Para tal fin, en el libro de Job, se utiliza el sufrimiento sin motivo, representación del mucho dolor existente entre los humanos. El dolor es un instrumento para comprobar el grado de fe, particularmente del justo. La tenacidad con que Job defiende su integridad moral resalta el valor de su conciencia, pero no lo libera de la angustia que le acarrea su padecer “injusto”. La certeza de Job de que Dios le responderá a sus reclamos le abre a la esperanza. El silencio del justo después de tanto argumentar (31,40c), finalmente permite la respuesta de Dios. Era necesario callar y permitir que Dios le hablara (ver a Dios, cf. 42,6) para acabar su angustia y resentimiento, y vivir en paz aun teniendo que sufrir.

Por el libro de Job entendemos que el sufrimiento del ser humano tiene un halo de misterio, conocido por Dios y no puede ser resuelto sino a la luz de su presencia suprema. Una vez aceptado el dolor de la mano de Dios, ya no está en esa situación lastimera e insoportable. El camino abierto por el libro de Job nos abre una expectativa: la cruz de Cristo, ¿da sentido a nuestro sufrimiento?

Nuevo Testamento

La Primera Carta de Pedro representa la esperanza cristiana en tiempos de prueba, su tema central es “el sufrimiento” y esta palabra, u otras con sentido afín, aparecen a menudo y dominan el contenido de la carta. Ya en el saludo inicial (1,1-2), los cristianos aparecemos “rociados” con la sangre de Cristo. La primera parte (1,3-12) presenta el tema: somos herederos de la Salvación porque Cristo nos ha “reengendrado”. Por eso “rebozamos de alegría” aunque tengamos que ser “afligidos con diversas pruebas”. La segunda parte (1,12-5,9) desarrolla el tema: varios imperativos caracterizan nuestro ser y nuestro deber ser. La imagen de la piedra nos lleva al sentido del sufrimiento: nuestra participación en la vida de Cristo. Él es la “piedra viva” “elegida y preciosa ante Dios” (2,4.7). Nosotros, “cual piedras vivas”, participamos del edificio de la Iglesia. Por

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