¿Dónde Dice La Biblia Que El día De Culto Ha Sido Cambiado Del sábado Al Domingo?
Enviado por Carlos1712 • 27 de Mayo de 2013 • 6.811 Palabras (28 Páginas) • 496 Visitas
Donde dice en la Biblia que el día de culto ha sido cambiado del sábado al domingo?
Donde dice en la Biblia que el día de culto ha sido cambiado del sábado al domingo?
Autor:Paulo Arieu
Introducción:
“Jesucristo dijo de los fariseos: “En vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres, porque, dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres… Bien invalidáis el mandamiento de Dios para guardar vuestra tradición” (Mar. 7:7-9).
En los ultimos dias he conversado con varias personas allegadas a mi, que me han hecho esta pregunta. Donde dice en la Biblia que el día de culto ha sido cambiado del sábado al domingo? La Iglesia cristiana adventista, denominación cristiana a la cual respetamos profundamente, insiste en que hay que guardar el sabado y no el domingo, como hacemos los evangélicos, diciéndonos que esta práctica proviene de los católicos romanos y que el domingo fue instituido por Constantino.[1]
Jesucristo enseñó: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios” (Luc. 4:4). También aclaró que la Biblia no se contradice a sí misma, pues dijo:
“La Escritura no puede ser quebrantada” (Jn. 10:35)
El apóstol Pablo habló más sobre el tema, diciendo:
“Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Tim. 3:16-17)
Si estamos dispuestos a creer estas palabras inspiradas, no será difícil entender este importante tema, pues la Biblia habla desde el Génesis hasta el Apocalipsis sobre el verdadero día de descanso que Dios estableció. En realidad, este es uno de los temas más claros y fáciles de entender en toda la Biblia; siempre y cuando lo estudiemos con el deseo sincero de saber la verdad y sin temor del “qué dirán”. ¿Tiene usted la fe y el valor para hacer lo que Dios claramente ordena, sin importar lo que piensen los demás? Es dificil, se lo puedo asegurar.Implica un valor y una lucha interior bárbara. Asi eran los cristianos primitivos: “Esclavos de Cristo”
“… Jesús nos libera de un cautiverio para, al llegar a ser su posesión, trasladarnos a una esclavitud de realeza. Quienes quieren ser sus hijos deben de estar dispuestos a ser sus esclavos”(Dr. R. C. Sproul) [6]
Recuerde que en los días de Jesucristo, muchos líderes religiosos sabían que Él era el Cristo, pero no lo reconocían precisamente por esto:
“Porque amaban más la gloria de los hombres que la gloria de Dios” (Jn. 12:43)
La práctica del sábado por los judios, en la época de la Iglesia Primitiva
Aunque los romanos nunca entendieron a los judíos, fueron en extremo tolerantes con ellos. La razón de esta actitud es que los judíos, al apoyar a Julio César, habían respaldado a un vencedor: fueron sus soldados y lo defendieron lealmente. Por su parte, él mostró su gratitud concediéndoles notables privilegios, confirmados mediante estatuto. En Antigüedades de los judíos. Josefo transcribe con orgullo la lista completa de todas estas reglamentaciones. Nadie podía impedir a los judíos que cumpliesen con sus sacrificios o con otros deberes religiosos. No podían ser obligados a quebrantar el sábado, ni aun estando en el servicio militar. Tampoco eran reclutados para el ejército: Dolabella los eximió expresamente del servicio militar. Se les garantizaba el sumo sacerdote y se respetaban sus reglamentaciones alimentarias. En las grandes ciudades corno Roma,, Babilionia, Alejandría y Antioquía contaban con su propia gerousia o senado, encabezado por un etnarca que era considerado un importante personaje civil. Poseían sus propias cortes de justicia, que no sólo estaban autorizadas para imponer multas sino también para infligir castigos corporales. Ciertamente, su situación protegida era muy envidiada, como obviamente lo demuestran los continuos desmanes que provocaba la presencia de los judíos en Alejandría. Tan ventajosa era su situación que, posteriormente, cuando los cristianos fueron perseguidos, los judíos que creían en Cristo estaban tentados a apostatar por causa de los beneficios económicos y sociales que poseían en su carácter de judíos.[7]
La práctica del domingo
Los cristianos eran acusados de hacer peligrar la seguridad del estado debido a su organización eclesiástica. El temor a las revueltas hacía que el gobierno desconfiara de los partidos, grupos organizados, y asociaciones. Por tanto prohibió cualquier tipo de asociación. La iglesia se hizo cada vez más organizada, con obispos en muchas de las ciudades. En cada congregación había ancianos y diáconos. Se llevaban a cabo sínodos regionales y de distrito. Ante cualquier diferencia entre la ley del imperio y la ley de la iglesia, los cristianos obedecían la ley de la iglesia. Se llamaban a sí mismos “soldados de Cristo”. Aparte de estas acusaciones graves, había otras de menor importancia: las Escrituras cristianas se contradecían; el cristianismo era nuevo comparado con las religiones antiguas del imperio; los cristianos consideraban el domingo como un día sagrado y se negaban a trabajar; la resurrección de Jesús era una invención de sus discípulos; Jesús había sido incapaz de convencer a su propio pueblo de su mensaje mesiánico; era un hijo ilegítimo; si Jesús era divino, ¿por qué se asoció con publicanos y pecadores, vivió en pobreza, y murió en una cruz? [4]
Ahora bien, cuando consideramos el lugar casi divino concedido a la ley en el judaísmo, puede entenderse fácilmente que la subestimación, aunque más no fuera de su parte ceremonial, tenía que producir indefectiblemente el alejamiento de los judíos. Peor todavía: el rito sagrado de la cincuncisión pronto fue abandonado por este nuevo movimiento. La misma señal del pueblo de Dios que había permanecido desde los días de Moisés, y aun desde Abraham, era arrojada impíamente al montón de los desperdicios. El ingreso al pueblo de Dios se ofrecía ahora en términos de igualdad tanto a los griegos como a los bárbaros. Y esto sin insistencia alguna en el costoso arrepentimiento expresado simbólicamente mediante la circuncisión, es decir, el corte de la impureza gentil. Todo esto causaba una verdadera consternación. En vez de la devoción al antiguo Dios de la tora, este nuevo culto enseñaba a adorar a un segundo Dios, nacido de una virgen y ejecutado como un criminal. En lugar del sábado, se guardaba el primer día de la semana, llamándolo provocativamente «día del Señor», como si éste no fuera el séptimo día, elegido especialmente por
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