EL SECRETO MEJOR GUARDADO EN LA BIBLIA

EL SECRETO MEJOR GUARDADO EN LA BIBLIA

Subtítulo: ¡EL SECRETO QUE PUEDE DARLE UN GIRO TOTAL A TU VIDA!

Parece ser que muchas personas hoy en día están buscando un profundo y oscuro secreto que ha estado oculto de las multitudes; uno, que si es utilizado, proporcionará gratificación inmediata, a aquel individuo suficientemente sabio para reconocer su valor. Los periódicos constantemente contemplan estas expectaciones—asombrosas promesas de pérdida de peso con ciertas dietas, fortunas que pueden ser ganadas siguiendo el consejo del más reciente gurú financiero, y un montón de declaraciones tan numerosas (y tontas) que no son dignas de mencionar. Aún más asombroso es el hecho de que millones y millones de dólares son producidos por aquellas personas que promueven y perpetúan tan cuestionables anuncios. Parecería que para que tales ¨estafas¨ continúen teniendo éxito, debe haber algo dentro de la psiquis colectiva pública que añora "una furia competitiva". Las damas definitivamente quieren mantenerse arriba en la competencia y prueban ser una eterna bonanza para las industrias de cosméticos y pérdida de peso—constantemente están buscando la más reciente información acerca de qué funciona y qué no. Y no dejan de involucrar a los hombres en esto—La apariencia personal y las finanzas a menudo tienen alto valor en sus listas y ciertamente no están escuchando a la ligera los ¨consejos calientes¨. A pesar de lo humorística que esta condición humana pueda parecer, nosotros no queremos perder de vista el hecho de que de vez en cuando la ¨información interior¨ se vuelve realidad en el exterior.

¡Pssst! ¡Cristiano, tengo noticias para usted! Las probabilidades de que usted haya sido instruido en algo de la Palabra de Dios y nunca haya captado todas sus implicaciones, son muy altas—aplicarlas a su diario vivir. Este "secreto abierto"— es uno que ha sido totalmente revelado en la palabra de Dios, pero enormemente descuidado por los Cristianos durante la era de la Iglesia —concierne al plan de Dios para tus deberes como Su mayordomo. Desafortunadamente, dondequiera que la palabra mayordomía es mencionada en la iglesia promedio, tu puedes casi sentir el efecto inmediato que esto tiene en la congregación. "¡Ese predicador nunca está satisfecho! Está pidiendo dinero otra vez!" El mensaje tácito destella por los bancos más rápido que la velocidad de la luz. "¿Por qué?, nosotros le pagamos tanto ahora, yo estoy cansado de tratar de alimentar todos los huérfanos del mundo!" "Cada vez que volteo, el plato de la ofrenda es mostrado en mis narices y si esto no para pronto, yo me voy a rendir!" Honestamente—¿alguna vez has tenido estos pensamientos o algunos similares? Como pastor, yo sé que el miembro de la iglesia promedio prefiere oír un sermón acerca de cualquier otro tema que no sea sobre dar! ¿Por qué supone usted que esto es cierto? Yo pienso que hay varios motivos, no la menor parte de esto es una equivocación total delante de lo que la Biblia tiene que decir acerca de nuestra responsabilidad individual como mayordomos y las tremendas recompensas para aquellos que lo toman en serio.

Yo tengo cinco nietos—cuatro pequeños traviesos y una pequeña y preciosa niña. Es muy educativo mirarlos apenas se agitan y luchan! Usted ve, compartir es un concepto totalmente extraño para ellos. ¿Dónde obtuvieron ellos su egoísmo? Bueno, ese es un tema de sermón que reservaremos para otro momento, pero es suficiente decir que ellos estaban PRE-programados a resistir todo intento de otro a invadir su espacio. A fin de tener niños obedientes y con buenos modales, los nuevos padres deben aprender rápidamente que estos "pequeños paquetes del cielo" deben ser supervisados constantemente e instruidos de que el comportamiento egoísta no es aceptable. Es poco probable que unas cuantas amonestaciones hagan el trabajo—la mayoría de los niños son tan testarudos que literalmente toma años de paciencia persistente por parte de los padres, para erradicar(al menos) las manifestaciones del "mi y mío". Yo pienso que un buen argumento puede ser formado por la premisa de que ninguno de nosotros ha superado completamente el rasgo más básico de la naturaleza humana. ¿Es algo extraño entonces, que todos nosotros tengamos la tendencia de ser "agarrados" con nuestro dinero y nuestras posesiones? Es de esperar que cuando somos salvos—nacidos de Nuevo dentro de la familia de Dios y siendo cristianos— cooperaremos completamente con el Espíritu Santo en lograr la victoria sobre este pecado pueril de la carne.

Así vemos que nuestras naturaleza humana básica juega un papel principal en nuestra renuencia a tener gracia y ser generosos en dar, pero existe otro factor que a menudo es ignorado completamente. Estoy convencido que la mayoría de los Cristianos desconocen lo que los términos Bíblicos mayordomo y mayordomía significan— Oh, lo han oído mencionar varias veces en sermones de mayordomía—Cuando los cofres tienen poco y se necesitan nuevos edificios—pero para la mayoría de ellos son sinónimos de: "el predicador quiere más dinero!". Para conocer lo que estos términos realmente significan, debemos ir al libro de Génesis, capítulo quince—versículo uno, dos y tres: " Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa. (Reina Valera-Revisión de 1960)

El mayordomo en los tiempos Bíblicos era usualmente un sirviente, o en algunos casos un esclavo, que se había merecido el respeto y la confianza del amo de la casa. Esta confianza era tan completa que el amo ponía en sus manos toda la operación de su estado. Lo que era aun más único en esta relación era el hecho de que el mayordomo asumía esencialmente el poder y la influencia de su amo y vivía el mismo estilo de vida. Mientras el mayordomo se mantenía fiel, se le permitía estos privilegios especiales. Como diríamos hoy en día, "¡Era un buen trato para el mayordomo!"

Otro personaje Bíblico bien conocido es José. Encontramos su historia también en el libro de Génesis, donde comenzaremos nuestra lectura en el capítulo 39, versículo 8. José está hablando con la esposa de su amo Potifar y está rehusando llevar a cabo sus planes malvados con él: "Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en

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