ESTRUCTURANDO SU IGLESIA PARA EL CRECIMIENTO
Enviado por Maria Jose Gonzalez • 14 de Junio de 2017 • Trabajo • 4.153 Palabras (17 Páginas) • 556 Visitas
ESTRUCTURANDO SU IGLESIA PARA EL CRECIMIENTO
Por Bryan Cutshall, D.Min.
Barreras del Crecimiento
La estructura es absolutamente necesaria para romper las barreras de crecimiento. Para aquellos que no están ya familiarizados con el concepto de barreras del crecimiento, es la teoría de que las iglesias tienden a alcanzar una cierta plataforma donde confrontan una barrera más allá de la cual no pueden crecer. Por lo tanto, nivelada, la iglesia puede quedarse ahí por años. Si un líder estructura para el crecimiento debe hacerlo al menos un nivel adelante de la plataforma presente. Esto permitirá a la iglesia superar esa plataforma y no golpear la barrera en absoluto porque el impulso en ese crecimiento le permitirá elevarse directamente por sobre ella. Debido a que uno no puede construir sobre algo que no existe el plantador de iglesias constantemente debe mirar hacia delante, planeando por adelantado el próximo nivel de crecimiento.
Los expertos en crecimiento de la iglesia han definido un número de tamaños de iglesias o niveles. Es necesario entender estos mientras avanza este capítulo porque cada nivel será examinado con algún detalle:
- Iglesia familiar (0 a 75)
- Iglesia pastoral (75 a 200)
- Iglesia de personal (200 a 400)
- Iglesia de liderazgo (400 a 800)
- Iglesia corporativa (800 a 1.500)
- Mega-iglesia (1.500 a 4.000)
- Meta-iglesia (4.000 a ?)
La Estructura Debe Preceder al Crecimiento
Una razón por la que las iglesias se estancan y no pueden crecer más allá es el poco afortunado concepto de que se reestructurarán después del crecimiento. Pero la estructura toma tiempo. Requiere capacitación. A veces requiere reclutamiento y la contratación de nuevo personal. Ciertamente implica desarrollo. De hecho, la estructura muchas veces lleva tanto tiempo que es muy difícil hacerlo después de que uno ha experimentado el crecimiento. Lo que les pasa a muchas de estas iglesias es que vuelven atrás, a su nivel original, antes de que la nueva estructura sea establecida.
Un buen ejemplo de este concepto es la construcción de una casa. Uno tiene una casa pero quiere construir un nuevo hogar. Primero debe venir la superestructura. Con la superestructura en su lugar luego viene el enlucido, la pintura, la alfombra y el mobiliario. Cuando alguien camina en este nuevo hogar todo lo que ve es el producto terminado. Le da muy poca o ninguna consideración a la estructura. Pero el hecho permanece, uno no puede tener una hermosa casa terminada hasta que la estructura esté en su lugar.
Lo mismo es aplicable para el crecimiento de la iglesia. Uno no puede construir sobre algo que no existe. La estructura tiene que preceder al crecimiento. Para que una iglesia obtenga ímpetu y crezca más allá de las barreras existentes es necesario que el liderazgo estructure para el crecimiento un nivel adelante de donde la iglesia actualmente está en lugar de la idea más convencional de que “cuando crezcamos hasta un cierto tamaño, entonces nos estructuraremos”.
La Iglesia Familiar (0 a 75)
El nivel de iglesia familiar representa mayormente el promedio de iglesias diseminadas a lo largo de los Estados Unidos hoy con una membresía de entre 10 a 75. Es ante todo un grupo de familias salidas de la comunidad que conforman una congregación de iglesia tradicional. La mayoría de estas iglesias pequeñas consisten de 5 a 10 familias unidas y como una regla, muy tradicionales. Los pastores vienen y van dentro de estas iglesias, la mayoría ejerciendo su trabajo de dos a cuatro años. En este nivel de iglesia familiar los cambios pastorales ocurren más frecuentemente. Uno no debe tomar esta declaración como demasiado negativa. Las iglesias familiares juegan un rol vital en la vida americana ayudando a preservar los valores familiares, enseñando a los niños e impactando los estándares morales y de vida de los miembros de la familia, a menudo muchos años después de que se han domiciliado en otra parte. También aquellas personas dedicadas que pastorean estos rebaños dan un noble servicio: inspiran, consuelan al enfermo, realizan bodas y entierran a los muertos. Estos son servicios que la gente necesita y son sacrificios que Dios seguramente recompensará.
Una razón por la que ocurren muchos cambios pastorales en este nivel es porque el pastor muchas veces no es el verdadero líder de la iglesia. El liderazgo no es por posición. El liderazgo es por influencia y poder, algo que muy a menudo descansará en los hombros de una fuerte familia miembro más que en un pastor de quien es entendido, estará presente hoy y se habrá ido mañana. Otra vez, esto no es para insinuar algo totalmente negativo o para igualar todos estos líderes familiares o ancianos con el proverbial “jefes de iglesia”. Un jefe de iglesia es esencialmente “alguien que interrumpe, controla y entorpece el trabajo de la iglesia”. El jefe de iglesia es visto generalmente como un problemático. En la iglesia familiar el poder puede descansar en los hombros de hombres y mujeres piadosos y dedicados sin los cuales la iglesia no existiría. Estas son las personas que sostienen las cosas, pagan las deudas y se sacrifican para mantener la iglesia avanzando a través de tiempos buenos y malos. Sin embargo, sobre ellos descansa el poder y el prestigio del liderazgo. Ellos tienen la influencia, y un pastor no puede caminar en la ciudad y hacerse cargo en unos pocos días y semanas. Estas son personas a quienes todos miran y en quienes confían para las decisiones de la iglesia.
El crecimiento en este nivel es lento principalmente debido a que es difícil para un pastor entrar en un grupo de nivel familiar: no imposible, pero difícil. El rol fundamental del pastor en este nivel es básicamente mantener felices a estas personas. No es tiempo aún para que el pastor vaya y lance su gran visión para tratar de motivar a la iglesia o moverla en una dirección totalmente diferente. La iglesia simplemente no está preparada para eso. Esta iglesia quiere un pastor que venga y los ame, los cuide, los alimente espiritualmente y básicamente los mantenga felices. Por supuesto, el pastor no tendrá oportunidad de tener a estas personas felices por mucho tiempo si el “poder base o aquellos con la influencia” no están felices.
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