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.EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO


Enviado por   •  4 de Mayo de 2016  •  Trabajo  •  4.761 Palabras (20 Páginas)  •  1.207 Visitas

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EVANGELIZAR EN UN MUNDO POSTCRISTIANO

Luis Gonzales Carvajal

LA NUEVA EVANGELIZACION

Convocados a una nueva evangelización

Evangelizar significa literalmente anunciar una buena noticia, ofrecimiento libre de la buena noticia de Jesús. La evangelización no es una tarea de la iglesia, sino la tarea de la iglesia.

La evangelización fue durante mucho tiempo la obra del occidente cristiano hacia los pueblos paganos, fuimos reconociéndonos, uno tras otro, como tierras de misión. Durante el pontificado de Juan Pablo II, la acción evangelizadora ha recibido un nuevo impulso. Podríamos decir sin exagerar que los llamamientos a emprender una nueva evangelización se han ido convirtiendo en un verdadero leit-motiv. La nueva evangelización se Refiere al anuncio del evangelio en aquellos países de tradición cristiana donde la fe  no es ya una realidad viva y operante, donde grupos enteros de bautizados han perdido el sentido vivo de la feo incluso ya no se reconocen ya como miembros de la iglesia, llevando una existencia alejada de Cristo y de su evangelio. En este caso es necesaria una nueva evangelización.

Una ambigüedad que es preciso clarificar

LA nueva evangelización surge en América Latina como respuesta a los problemas que presenta la realidad de un continente en que se da un divorcio ente fe y vida, hasta producir clamorosas situaciones de injusticia, desigualdad social y violencia.

En las iglesias europeas se advierte al contrario una postura más fría, de esto viene las exhortaciones del Papa a hacer surgir el alma cristiana de Europa.

Si algo debe preocuparnos es más bien la herencia del pasado, que la gente siga viendo a la iglesia más como un poder mundano que como una instancia religiosa y moral: débil, si se compara con poderes mundanos, pero fuerte con la fuerza de Cristo.

LA iglesia solo podrá evangelizar verdaderamente cuando logre vivir sin apoyarse en el poder civil; la iglesia no pone su esperanza en privilegios otorgados por el poder civil; mas aun renunciara al ejercicio de ciertos derechos. Parece como si la iglesia hubiera meditado sobre la venida de Cristo.

La buena tierra y el pedregal que florece

La parábola del sembrador nos recuerda que según sean las disposiciones del terreno que acoge la palabra de Dios, así será el fruto. La iglesia de Europa está más cerca del terreno pedregoso que de la buena tierra.

Como sembrador de la parábola, nosotros debemos poner a prueba todos los terrenos; tenemos que arriesgar la Palabra hasta en aquellos lugares que menos receptivos parecen.

En un reciente congreso decía: somos muchos los que habíamos pensado que la religión e incluso la fe religiosa desaparecerían, naturalmente gracias a los avances del pensamiento científico vistos los tiempos que corren, eso no deja de ser una irrealidad que debemos asumir.

El moderno experimento de vivir sin religión ha fracasado, los evangelizadores tenemos conciencia de estar ante una empresa verdaderamente difícil desde el punto de vista humano, será más fácil que emprendamos la tarea poniendo nuestra confianza en Dios.

El terreno pedregoso del que hablábamos hace rato tal vez florece ya que para dios nada es imposible.

¡Ay de mí, si no evangelizase!

El catolicismo de los años cuarenta fue arrogante, reinaba un mundo hostil, con una religiosidad dogmática, dura, casi castrense. En España el resultado de la guerra civil, fue el tiempo de las manifestaciones masivas de religiosidad.

Tomar conciencia de que la inmensa mayoría de los miembros de la iglesia no están participando activamente en la tarea evangelizadora, es tanto como tomar conciencia de que nuestra fe se ha apagado y de que nosotros mismos necesitamos ser evangelizados. La iglesia misma es tierra de misión.

Evangelizar con el testimonio personal

 La Buena nueva decía Pablo VI, debe ser proclamada en primer lugar, mediante el testimonio. Desde la perspectiva evangelizadora que aquí nos ocupa, no deberíamos ignorar que el acuartelamiento de los cristianos en espacios propios será siempre expresión de una iglesia preocupada por proteger la fe de los creyentes, más de una iglesia inquieta por acercar el evangelio a los que están fuera.

Evangelizar con el testimonio comunitario

Desde los orígenes cristianos ha tenido un papel decisivo el testimonio comunitario, basada en la familiaridad con Dios; en la igualdad humana: “no llaméis a nadie padre, ni maestro, ni señor en la tierra”; en el servicio: “Ya sabéis que en la tierra lo normal es que los jefes se endiosen, que no sea así.

En la libertad: para ser libres nos liberó Cristo, en el compartir frente al tener, el dinero  ya no puede ser por más tiempo tu señor, y el amor incondicional.

Dijo Jesús, vosotros sois la luz del mundo, no puede ocultarse una ciudad situada sobre el monte. Para que la iglesia lleve a cabo la misión que le ha sido encomendada – anunciar y extender es Reino de Dios – lo único decisivo es que no se mundanice. Lo importante no es el tamaño de la ciudad si no la fascinación que ejerce.

Evangelizar con la palabra

No hay evangelización verdadera mientras no se anuncie el nombre, la doctrina, la vida, las promesas, el reino, el misterio de Jesús de Nazaret, Hijo de Dios.

El lenguaje de la evangelización debería ser eminentemente narrativo. LA exposición teológica, la catequesis e incluso la celebración han estado muchas veces pendientes de demostrar la fe, en vez de proponerla con la alegría del que ha encontrado un tesoro.

Como dijo Pablo VI, Cristo se ha hecho contemporáneo de algunos hambres y ha hablado su lenguaje, las palabras de Jesús fueron y siempre serán palabra de Dios expresada en palabras de hombre.

Como es lógico, el problema de las relaciones entre la fe y la cultura se ha planteado con especial intensidad cada vez que ha aparecido una ruptura entre ambas. Cuando la fe está bien aclimatada a una cultura determinada, es comprensible que se produzca una resistencia instintiva frente a lo nuevo.

El Papa Juan, invito a los católicos a reemprender el dialogo fe-cultura y a reformular el evangelio en una categoría que fueran inteligibles para nuestros contemporáneos. Desde entonces se han dado pasos gigantescos, la iglesia se siente urgida a proponer una nueva síntesis creativa entre el evangelio y la vida.

Evangelizar transformando la realidad

Jesús el Cristo que vino al mundo para inaugurar el Reinado de Dios y fue crucificado por ello, sigue vivo y desde entonces el reinado de Dios continua extendiéndose.

Evangelizar será por tanto, comunicar a toda la humanidad la Buena Noticia. El hombre contemporáneo escucha más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan. Sin embargo este planteamiento sigue anclado en la concepción tradicional. La nueva evangelización no sería autentica si no seguiría las huellas de Jesús, que fue enviado a evangelizar a los pobres, pues aprendamos nosotros también.

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