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El Cantar De Los Cantares


Enviado por   •  28 de Agosto de 2013  •  2.591 Palabras (11 Páginas)  •  392 Visitas

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Capítulo 1

La esposa y las hijas de Jerusalén

1:1 Cantar de los cantares, el cual es de Salomón.

1:2 ¡Oh, si él me besara con besos de su boca!

Porque mejores son tus amores que el vino.

1:3 A más del olor de tus suaves ungüentos,

Tu nombre es como ungüento derramado;

Por eso las doncellas te aman.

1:4 Atráeme; en pos de ti correremos.

El rey me ha metido en sus cámaras;

Nos gozaremos y alegraremos en ti;

Nos acordaremos de tus amores más que del vino;

Con razón te aman.

1:5 Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable

Como las tiendas de Cedar,

Como las cortinas de Salomón.

1:6 No reparéis en que soy morena,

Porque el sol me miró.

Los hijos de mi madre se airaron contra mí;

Me pusieron a guardar las viñas;

Y mi viña, que era mía, no guardé.

1:7 Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma,

Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía;

Pues ¿por qué había de estar yo como errante

Junto a los rebaños de tus compañeros?

1:8 Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres,

Ve, sigue las huellas del rebaño,

Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.

La esposa y el esposo

1:9 A yegua de los carros de Faraón

Te he comparado, amiga mía.

1:10 Hermosas son tus mejillas entre los pendientes,

Tu cuello entre los collares.

1:11 Zarcillos de oro te haremos,

Tachonados de plata.

1:12 Mientras el rey estaba en su reclinatorio,

Mi nardo dio su olor.

1:13 Mi amado es para mí un manojito de mirra,

Que reposa entre mis pechos.

1:14 Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi

Es para mí mi amado.

1:15 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía;

He aquí eres bella; tus ojos son como palomas.

1:16 He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce;

Nuestro lecho es de flores.

1:17 Las vigas de nuestra casa son de cedro,

Y de ciprés los artesonados.

Capítulo 2

2:1 Yo soy la rosa de Sarón,

Y el lirio de los valles.

2:2 Como el lirio entre los espinos,

Así es mi amiga entre las doncellas.

2:3 Como el manzano entre los árboles silvestres,

Así es mi amado entre los jóvenes;

Bajo la sombra del deseado me senté,

Y su fruto fue dulce a mi paladar.

2:4 Me llevó a la casa del banquete,

Y su bandera sobre mí fue amor.

2:5 Sustentadme con pasas, confortadme con manzanas;

Porque estoy enferma de amor.

2:6 Su izquierda esté debajo de mi cabeza,

Y su derecha me abrace.

2:7 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén,

Por los corzos y por las ciervas del campo,

Que no despertéis ni hagáis velar al amor,

Hasta que quiera.

2:8 ¡La voz de mi amado! He aquí él viene

Saltando sobre los montes,

Brincando sobre los collados.

2:9 Mi amado es semejante al corzo,

O al cervatillo.

Helo aquí, está tras nuestra pared,

Mirando por las ventanas,

Atisbando por las celosías.

2:10 Mi amado habló, y me dijo:

Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.

2:11 Porque he aquí ha pasado el invierno,

Se ha mudado, la lluvia se fue;

2:12 Se han mostrado las flores en la tierra,

El tiempo de la canción ha venido,

Y en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola.

2:13 La higuera ha echado sus higos,

Y las vides en cierne dieron olor;

Levántate, oh amiga mía, hermosa mía, y ven.

2:14 Paloma mía, que estás en los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes,

Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz;

Porque dulce es la voz tuya, y hermoso tu aspecto.

2:15 Cazadnos las zorras, las zorras pequeñas, que echan a perder las viñas;

Porque nuestras viñas están en cierne.

2:16 Mi amado es mío, y yo suya;

El apacienta entre lirios.

2:17 Hasta que apunte el día, y huyan las sombras,

Vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o como el cervatillo

Sobre los montes de Beter.

Capítulo 3

El ensueño de la esposa

3:1 Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma;

Lo busqué, y no lo hallé.

3:2 Y dije: Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad;

Por las calles y por las plazas

Buscaré al que ama mi alma;

Lo busqué, y no lo hallé.

3:3 Me hallaron los guardas que rondan la ciudad,

Y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma?

3:4 Apenas hube pasado de ellos un poco,

Hallé luego al que ama mi alma;

Lo así, y no lo dejé,

Hasta que lo metí en casa de mi madre,

Y en la cámara de la que me dio a luz.

3:5 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén,

Por los corzos y por las ciervas del campo,

Que no despertéis ni hagáis velar al amor,

Hasta que quiera.

El cortejo de bodas

3:6 ¿Quién es ésta que sube del desierto como columna de humo,

Sahumada de mirra y de incienso

Y de todo polvo aromático?

3:7 He aquí es la litera de Salomón;

Sesenta valientes la rodean,

De los fuertes de Israel.

3:8 Todos ellos tienen espadas, diestros en la guerra;

Cada uno su espada sobre su muslo,

Por los temores de la noche.

3:9 El rey Salomón se hizo una carroza

De madera del Líbano.

3:10 Hizo sus columnas de plata,

Su respaldo de oro,

Su asiento de grana,

Su interior recamado de amor

Por las doncellas de Jerusalén.

3:11 Salid, oh doncellas de Sion, y ved al rey Salomón

Con la corona con que le coronó su madre en el día de su desposorio,

Y el día del gozo de su corazón.

Capítulo 4

El esposo alaba a la esposa

4:1 He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú eres hermosa;

Tus ojos entre tus guedejas como de paloma;

Tus cabellos como manada de cabras

Que se recuestan en las laderas de Galaad.

4:2 Tus dientes como manadas de ovejas trasquiladas,

Que suben del lavadero,

Todas con crías gemelas,

...

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