El Juego De La Vida

Introducción.

Los seres humanos somos el resultado de nuestros pensamientos y nuestras acciones conscientes, subconscientes o superconcientes que se manifiestan en conductas observables y pensamientos que dirigen nuestros destinos, con la gran oportunidad de cambiar nuestra realidad actual con el simple hecho de desearlo, pensando en todo momento que todo lo que sucede no es producto de la casualidad sino que así estaba predestinado que ocurra y permitiendo que nuestras intuiciones se materialicen sin dejar de pensar en el bienestar de todos los que nos rodean.

Nuestra vida, que un muchas ocasiones pareciera estar plagada de adversidades, es en realidad el reflejo de nuestros temores que se materializan, pero que como hijos de Dios tenemos la oportunidad de transformar para nuestro propio bien a través del amor.

La convivencia diaria con nuestros semejantes nos brinda a diario estas oportunidades de transformación a través de acciones asertivas con la gran satisfacción de ayudar antes de recibir.

La vida es un juego que Dios brinda y que nosotros construimos de acuerdo a nuestras propias normas, creencias, cultura, reglas y decisiones, en la cual debería estar como eje primordial el bienestar del prójimo, mediante la puesta en práctica de los valores universales de humildad, bondad, generosidad, honestidad, confianza, compasión, amor, etc.

En la vida misma, el positivismo es un elemento muy importante ya que es la base que ayuda a vivir con entusiasmo, guiando al éxito, transmitiendo una vibra de alegría y con esto recibiendo un buen karma, todo con reciprocidad aunque no se haga con ese fin.

El karma es algo que no se manifiesta en el presente, es el fruto que se cosechará de lo ya sembrado, es por eso que se debe ir aportando buenas acciones o deseos hacia nuestros semejantes, sin la ambiciosa idea de llegar a recibir algo a cambio, pues las acciones se deben hacer con buena voluntad, sin codicia o avaricia, por el simple placer de dar hasta que duela.

Es importante vivir el día a día, no quedarse en el pasado estacionando los problemas que se hayan presentado en algún momento, dejarlos a un lado y reorganizar las ideas con un sentimiento de pureza y prosperidad, visualizando siempre lo mejor, dibujando una sonrisa para completar la imagen perfecta que se quiera en ese momento con esto atrayendo ese sentimiento positivo y así obtener lo deseado en un futuro.

Somos el reflejo de nuestros propios pensamientos y acciones y el mundo conspira para que suceda todo lo que deseamos sin importar si es positivo o negativo.

A través de nuestra vida vamos construyendo un ser que determina nuestra forma de vida y que tiene un espíritu que actúa de manera subconsciente con las ideas que previamente le vamos dando a manera de “programación” y que se exteriorizan tarde o temprano; el espíritu consciente es la manera en la que nos manifestamos en nuestro diario vivir, con nuestros miedos, acciones, fortalezas, trabajos, etc. y que de manera voluntaria modificamos de acuerdo a las circunstancias que se presenten pero que tiene repercusiones en el subconsciente mediante ideas de lo que queremos o esperamos que suceda; y el superconciente que es el logro de la perfección, mediante acciones y pensamientos que garanticen el bienestar real de nosotros mismos, haciendo lo que realmente nos hagan sentir que hemos tomado las decisiones correctas para estar plenos y en paz, convirtiéndonos en seres únicos e irrepetibles porque fuimos creados para realizar precisamente lo que se realiza.

Para lograr la estabilidad física y emocional, es preciso tomar en cuenta nuestras intuiciones que son la fuerza interna que nos señala

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