El Santo en el Apocalípsis

La santidad de Dios  (Ap 4,8).

En Apocalipsis 4,8 dice: “Los cuatro Vivientes tienen cada uno seis alas, están llenos de ojos todo alrededor y por dentro, y repiten sin descanso día y noche: «Santo, Santo, Santo, Señor, Dios Todopoderoso, `Aquel que era, que es y que va a venir’.”. Estos seres están llenos de ojos porque son los ojos de Aquel que todo lo ve. Analizamos en 2 Crónicas 16,9: “Porque los ojos de Yahvé contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él”. Estos cuatro seres vivientes no descansan ni de día ni de noche, dando gloria a Dios en todo momento. Esta es también una de las características de Dios, como se ve en el Salmo 121,4: “He aquí, no se adormecerá ni dormirá el que guarda a Israel”.

El clamor perpetuo de estos cuatro seres es: “Santo, santo, santo, Señor Dios Todopoderoso” (cf. Is. 6,3). La santidad es el aspecto fundamental de la naturaleza de Dios. Por cuanto Dios es santo, desea que sus hijos sean igualmente santos. 1Pedro 1,15-16 dice: “Sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”. Levítico 20,7-8 dice: “Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Yahvé soy vuestro Dios. Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Yahvé que os santifico”. Esto sugiere que la santidad es necesaria para poder guardar los mandamientos de Dios.

Hay que hacer una definición acerca de la verdadera santidad. La santidad literalmente significa estar separado y apartado en cuerpo, alma y espíritu de todo aquello que desagrada al Señor en pensamiento, palabra o acción. Es estar separado del mundo, de la carne y del diablo. Sin embargo, esta separación sólo constituye un aspecto de la santidad. Para volverse santos, se debe estar completamente unidos a Dios, el Único que es santo.

Los cuatro seres vivientes dan continuamente gloria al Hijo, de quien se dice “El que era” (lo que significa que vivió en la tierra) y “que es” y “que ha de venir” (se refiere a la Parusía del Señor). Uno de los ministerios principales de los cuatro seres es adorar a Dios Padre y al Hijo.

El Hijo confirma en Juan 4,23-24 el deseo del Padre de ser adorado, diciendo: “Mas la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren”.

La santidad de Dios se revela por medio de la salvación la cual se recibe de manera progresiva en Is 6, 3 y en Ap 4,8 se puede observar como las dos visiones “Santo, Santo, Santo” la trilogía del Santo en los dos testamentos nos ubica que el primero Dios se revela por medio de la ira para santificar a su pueblo mientras en el segundo testamento de vislumbra el amor misericordioso de Dios. La Trinidad se hace presente en la unidad.

La santidad Hoy

Si se ve un poco en la historia del AT  se observa como Dios aparto para sí a un pueblo y lo declaró santo, hasta objetos los proclamo santos como la tierra donde estuvo Moisés, y un día de la semana fue declarado santo exclusivamente para Dios e igual personas consagradas al servicio de Dios, por lo que solamente a dios se le atribuye la manera de santificar de que las personas se purifique y sean limpios que no tengan ninguna contaminación.

Pero en el NT este sentido de santidad fue transformado por Jesús en donde si la persona obviamente por su condición de humano tienen a la concupiscencia  pero esto no impide que se acerque a Dios con un corazón puro, a lo que se quiere referir es a su pensamientos a su manera de obrar, el propósito de santidad está en el servicio a Dios en beneficio de los demás siendo misericordiosos y compasivos como Dios es con cada uno.

Hoy en día el tema de santidad no se lo toma en cuenta, se piensa que es algo para personas adultas o solo para quienes están en una comunidad religiosa o han optado por el sacerdocio. Pero a lo largo de la historia se tiene la vida de algunos santos los cuales a pesar de que una parte de la sociedad no les llame la atención sobre la santidad, ellos han asumido un estilo de vida donde asiduamente experimentan o sienten la necesidad de vivir la misericordia con quienes lo necesitan, como Dios lo hace por medio de su Hijo y de las personas que han optado por un estado de gracia de vivir por las necesidades del otro.

Se cree que en la actualidad la misión de santificar a Dios con la vida es difícil debido a la propia fragilidad, debilidad ante las tentaciones que se presenta en el diario vivir y es volver a caer o pecar otra vez en lo mismo, a pesar de los esfuerzos que se realiza, no se confía en la bondad de Dios Él mismo ha dicho que lo que imposible para el hombre para Dios es posible, por lo que, sí la santidad es ante todo obra de Dios en Él mismo realiza en cada uno, Él dará los medios para que el ser humano lo santifique en su vida, pero a la vez se requiere de una cooperación de que el hombre se deje moldear de las manos del amor de Dios.

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