El templo de Salomón y la masonería
Enviado por santiago108a • 9 de Septiembre de 2014 • Trabajo • 1.195 Palabras (5 Páginas) • 339 Visitas
En el curso de un reinado de cuarenta años, Salomón logró aumentar el prestigio de su reino, ampliando los lazos diplomáticos y comerciales con varios estados, y por sobre todo, mediante la construcción del templo al cual su nombre quedó unido para siempre.
El Esplendor Salomónico. Sucesor de David fue el rey Salomón (975-935 a. de. C.), que dio a la monarquía de Israel su configuración definitiva. Pudo hacerlo no sólo por la privilegiada situación en que heredó el trono, sino por sus extraordinarias dotes de estadista y su talento diplomático, a los que unía una certera visión comercial. Más que guerrear, Salomón prefirió pactar ventajosamente con otros Estados, en especial con aquellos que podían convertirse en una fuente de recursos, tanto en carácter de mercados proveedores o consumidores (Egipto) como a titulo de intermediarios eficaces (ciudades fenicias, especialmente Tiro).
Así, Salomón dio salida a los saldos exportables de Israel (cereales, sándalo, miel, cera de abejas, etcétera) y se procuró metales preciosos (oro de Ophir en el sur de Arabia) y artículos de lujo especialmente reexportados desde Fenicia. Esta equilibrada y hábil política económica le permitió acumular ingentes riquezas y construir el fastuoso templo, su propio palacio y otro para la reina, que tal vez fue una princesa egipcia (la tradición lo hace también marido de una hija de Hiram I, rey de Tiro), lo que permite suponer que Salomón utilizó el casamiento como un instrumente más de su política exterior. Asimismo, este rey supo dar estructura orgánica a la administración interior, subdividiendo el territorio en doce provincias, cada una de las cuales era gobernada por un praepósito directamente responsable ante Salomón.
Es evidente la intensión fiscal de esta reorganización , que incluso motivó reacciones populares por el aumento de las cargas impositivas. Cada región estaba obligada a arbitrar los medios para sostener durante un mes los gastos de la fastuosa corte salomónica. La época de Salomón había de señalar también un notable cambio en la estructura económica y social del pueblo de Israel, pues, con el auge del comercio y ha riqueza, surgieron intereses y modos de vida nuevos. Ello motivó la aparición de una aristocracia del dinero que, junto con la corte, gravitó pesadamente sobre los humildes. Es evidente que se configuró cada vez con mayor nitidez un abismo que separaba los ricos de los pobres, y mientras los segundos pasaban hambre y necesidades de todo tipo, los más favorecidos vivían rumbosamente en sus palacios o grandes casas, con abundante servidumbre.
A la muerte de Salomón, su reino se vio sacudido por conmociones internas y peligros de orden externo no menos graves. De ese modo, no sólo Israel se redujo en su territorio, sino que inclusive llegó a parcelarse en dos reinos autónomos: Israel, con Samaria por capital, y Judá, con su capital en Jerusalén.
REALIZACIONES DE PRESTIGIO: Con el fin de demostrar la grandeza de su reinado, Salomón emprendió la realización de imponentes construcciones. En el cuarto año de su reinado, se dedicó a la edificación del Templo de Jerusalén, destinado a convertirse en el centro de culto de todas las tribus de Israel y a simbolizar la presencia divina. Decidió emplazarlo en el monte Moriah, donde David había levantado un altar, en el cual se encuentra actualmente la Cúpula de la Roca. Al igual que su padre, se volvió hacia el rey fenicio Hiram 1 de Tiro, que le envió artesanos especializados, así como materiales preciosos: cedro del Líbano, ciprés y oro.
Esta magnificencia no pudo enmascarar los numerosos problemas que conoció el reino. Tributario de una deuda de 120 talentos de oro a Hiram, Salomón tuvo que entregarle
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