Elementos Esenciales Para La Vida

“Elementos esenciales para la vida”

Proverbios 4:7 NVI

“La sabiduría es lo primero. ¡Adquiere sabiduría! Por sobre todas las cosas, adquiere discernimiento.” (distinguir entre las cosas)

Buenos días. Doy gracias a Dios, al pastor y a la iglesia por la oportunidad de estar en el púlpito y compartir con ustedes un mensaje sobre los elementos esenciales para la vida . Elementos que conforman la serie “Sabiduría para el Siglo XXI”que iniciamos este domingo.

discernir.

(Del lat. discernĕre).

1. tr. Distinguir algo de otra cosa, señalando la diferencia que hay entre ellas. Comúnmente se refiere a operaciones del ánimo.

2. tr. Conceder u otorgar un cargo, distinción u honor.

sabiduría.

1. f. Grado más alto del conocimiento.

2. f. Conducta prudente en la vida o en los negocios.

3. f. Conocimiento profundo en ciencias, letras o artes.

Science is organized knowledge. Wisdom is organized life.

- Immanuel Kant

Introducción:

Aquí examinaremos los elementos verdaderamente esenciales para vivir una vida balanceada y exitosa. Porque es importante que estemos preparados para lo que el siglo XXI nos está trayendo en cuanto a retos y problemas: vida agitada con presiones, estrés, depresión; una vida con relaciones interpersonales difíciles con relaciones rotas, lastimadas; una vida con pérdida de valores y principios con adicciones, violencia, enfermedades ó una vida sin un propósito claro y definido. Y es en esta serie de “Sabiduría para el S XXI” que examinaremos estos elementos esenciales para una vida balanceada y exitosa y en donde hoy veremos brevemente lo clave en cada uno de los cinco elementos esenciales.

La primera cosa que estamos necesitando en el siglo 21, y que está basada en necesidades reales es:

1. YO NECESITO PODER PARA VIVIR.

Tú necesitas poder, porque hay muchas cosas en esta vida del siglo XXI que te agotan, que disminuyen la energía, la fuerza, la vitalidad y el aguante. Las arduas tareas diarias te pueden robar la energía. El estrés te puede robar el poder. El conflicto y la depresión agotan la vida. La frustración te quita la vitalidad. Los problemas económicos te desgastan.

Quiénes de aquí en ocasiones nos sentimos cansados de verdad? ¿De preferir quedarnos en cama una o dos horas más cada día ? ¿O que deseamos que los fines de semana se extendieran a tres días trabajando sólo 4? ¿Algunos demasiados cansados para evantar la mano? Déjame darte algunas estadísticas que hablan claramente de cómo el trabajo está afectando tu vida. Un estudio muy reciente muestra que ahora pasamos más horas trabajando que antes. En 1973 el trabajador trabajaba un promedio de 40.3 horas cada semana. En 1999 este promedio había subido a 50.6 horas cada semana. De manera que el trabajador típico trabaja diez horas más cada semana que lo que hacía hace 20 años. Y encima de todo esto, un estudio publicado apenas hace unas semanas (el 12 de abril del 2011) por la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) muestra que de ocho países considerados en el estudio (entre los que están Canadá, Corea del Sur, España, Francia y China) México es el país en que trabajamos más. Mientras en México es de 10 horas, el promedio de la OCDE es de un poco más de 8 horas. Y esto incluye a mujeres y hombres, trabajo remunerado y el no remunerado que se hace en casa (limpiar, cuidar el hogar). Así que aunque tu trabajo sea sólo en casa y no remunerado, los datos indican que en México todos trabajamos 10 horas en promedio.¡No es de extrañarte que estés cansado! Trabajar más es parte de las demandas propias de este siglo XXI. Ahh hermanos, y un tip. Para aquellos cuya esposa no trabaja fuera de casa, si alguien les pregunta si su esposa trabaja, nunca respondan “no trabaja”. Claro que trabaja, sólo que lo hace en casa. Y trabaja en promedio 10 horas diarias.

Otros tal vez no se sientan cansados pero sí deprimidos. Fíjate que la depresión ha sido llamada la enfermedad del siglo XXI. Se trata de un trastorno del estado de ánimo y tiene un efecto discapacitante de “no querer hacer nada”. Se estima que en el mundo hay cerca de 350 MM de personas con este mal mientras que las estadísticas oficiales de la Secretaría de Salud (SSA) refieren que de 12 a 20 por ciento de la población de 18 a 65 años de edad -más de 10 millones de individuos- están deprimidos o sufrirán algún episodio de este tipo en algún momento de su vida.

¿Y qué decimos del estrés? Esa sensación que tenemos cuando enfrentamos eventos más allá de lo que podemos manejar y que si se prolonga produce dolores de cabeza, de estómago de espalda, falta de sueño. Es un factor que afecta nuestra vida quitándole energía y lo peor es que pocos reconocemos que lo padecemos.

Aunque tratemos de ver algunas de las estadísticas con un poco de humor , la realidad es que la vida en el siglo XXI tiene situaciones y demandas que nos hacen estar presionados, deprimidos, con estrés o cansados.

La pregunta entonces es ¿Dónde encuentras la energía, el aguante y el poder para vivir? ¿Dónde consigues la energía para perseverar cuando prefieres rendirte?

La gente prueba diferentes cosas: la moda pasajera, terapias, pastillas, adicciones y cosas así. Pero el secreto verdadero de poder para enfrentar la vida es esto: enfocarse en Dios. Entre más pongas tu enfoque en Dios, más poder vas a tener en tu vida. Dios es la fuente de todo poder. Dios tiene todo el poder que necesitas. Su poder es evidente en todas partes. La Biblia dice, “Nada es imposible con Dios”.

Isaías 40:30-31 dice: “Aun los jóvenes se cansan, se fatigan, y los muchachos tropiezan y caen; pero los que confían en el Señor renovarán sus fuerzas; volarán como las águilas: correrán y no se fatigarán, caminarán y no se cansarán.

Tenemos un Dios que nos devuelve las fuerzas, que nos permite correr y caminar sin cansarnos. Pero es además un Dios cercano que quiere estar en contacto contigo. Fíjate lo que dice Isaías 41:13:

Porque yo soy el Señor, tu Dios, que sostiene tu mano derecha; yo soy quien te dice: "No temas, yo te ayudaré."

Dios tiene todo el poder que tú necesitas. Él es quien en este siglo XXI te toma de tu mano derecha y te dice: “no temas, yo te ayudaré” y lo consigues al esperar en El o por mantener tu enfoque en El.

Y tal vez te estás preguntando ¿Cómo logro esto? El Salmo 46:10 dice: “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios.” Necesitas

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