En La Familia Comienza La Paz Para El Mundo
Enviado por ginadigiulio • 26 de Febrero de 2014 • 1.563 Palabras (7 Páginas) • 410 Visitas
EN LA FAMILIA COMIENZA LA PAZ PARA EL MUNDO
Aunque ninguno de sus nosotros seamos prospectos para delincuente, es necesario tener presente que la violencia poco a poco entra en los hogares.
Es verdad que la violencia siempre ha existido, pero lo más peligroso ahora, es que se empieza a tolerar, a aceptar como inevitable: sin ir muy lejos, sería inusual encontrar una película donde las balas, el sexo deliberado y la cruda violencia no hiciesen su aparición; o algún o periódico donde sea una noticia "policiaca" la que cubre la primera plana.
Sin embargo, el hombre no está hecho para la guerra, está hecho para la paz. Y esto se puede asegurar porque la historia nos demuestra que el hombre que vive en la violencia se autodestruye. Lo difícil y complicado del tema es que la paz no se da instantáneamente ni por mandato, no se obtiene sin esfuerzo, ni se compra o pide prestada: la paz tiene que nacer del corazón de cada hombre.
Y si no hay paz en el corazón, ¿cómo puede haber paz en un hogar, en un pueblo, en una nación, en el mundo?
Hay hogares que despiden un aroma de paz, armonía, bienestar espiritual aun cuando las circunstancias materiales no sean tan buenas. Otros hogares huelen a pólvora de batallas campales y hostilidad abierta. Si queremos que la gracia y el poder del Señor entre a nuestra familia, hemos de aprender a cultivar y vivir la paz unos con otros. ¿Qué podemos hacer para que este don de Dios llegue y permanezca en nuestra casa? Podemos sugerir algunas cosas, cosas que hemos estado meditando y tratando de practicar en estos días motivados por este relato que estamos realizando.
Primero, debemos siempre estar en buena comunión con Dios y tener Su paz guardando nuestro corazón de ansiedades. La oración de fe transmite todas las cargas de ansiedad sobre Aquel que nos cuida. Las preocupaciones, el estrés, los temores y las tristezas nos roban toda la paz que Dios nos quiere dar. Y si no tenemos paz personal, ¿cómo vamos a tener paz en la familia? Ese fundamento de la paz es necesario para tener relaciones gobernadas por la paz.
Podemos hablar de unas reglas precisas para vivir en paz con otros. Esta lista es importante tanto para familias cristianas como las que todavía no están unidas en Cristo pero que son desde nuestro punto de vista fundamentales para la paz en el hogar.
Cuando queremos vivir en paz somos responsables sólo por hacer lo que a nosotros nos toca, pues, algunas personas no quieren poner de su parte. Estas palabras tienen una aplicación muy importante en el seno del hogar. Allí tenemos que llevar a la práctica estas enseñanzas con ahínco y fe. Cuando fallamos, la paz se vence por las tensiones, enojos, irritaciones y emociones negativas.
Cubrirnos de tierna compasión, bondad, humildad, mansedumbre, paciencia, aprendiendo a soportarnos y perdonarnos las faltas. Sobre todo hemos de vestirnos del amor, el vínculo de la unidad. Debemos dejar que la paz reine o gobierne como el árbitro en un juego de deportes. Cuando pita debemos parar para ver qué falta se ha cometido y arreglarla pronto.
Es la falta de amor que hace imposible experimentar la paz en la familia.
Debemos reconocer acerca del papel que juega la sabiduría en procurar la paz. En un ambiente de sabiduría celestial hay pureza, pacificación, amabilidad, condescendencia, misericordia y buenos frutos sin vacilación ni hipocresía. Allí es donde la paz se siembra por aquellos que hacen la paz para producir la justicia de Dios, un testimonio bello de la presencia de Dios con nosotros.
Tenemos que entender que las cosas pequeñas son esenciales para producir la vida de paz. La paz es el resultado de la práctica del amor en nuestras relaciones interpersonales. Donde no hay justicia ni amor no puede haber paz.
La paz familiar debe ser sentida no sólo en la falta de pleitos sino en la amistad y el gusto de estar juntos. La comunicación verbal y no verbal revela esta paz o la carencia de ella en la mesa, en los saludos y despedidas, y en los tratos familiares. No es algo que se puede fingir por mucho tiempo. O es real, o se manifestará como hipocresía.
A medida que buscábamos material para poder fundamentar este escrito sobre la paz en la familia, nos encontramos que es posible aplicar unos pasos para lograr la paz en la familia:
Voluntad. Muchas veces aunque nosotros los niños conozcamos el bien y el mal, nos falta fuerza de voluntad, no hemos aprendido el hábito del esfuerzo, somos niños "buenos", pero quizás no hemos aprendido a dominar nuestros impulsos, ni a pensar en los demás, ni a sacrificarnos, y como dicen nuestros
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