Encíclica De Juan Pablo II Sobre : "Fe Y Razón"
Enviado por chelo316 • 3 de Junio de 2013 • 372 Palabras (2 Páginas) • 751 Visitas
La encíclica tiene una sola idea o propuesta central, la que nos invita a reflexionar y a tratar de buscar una verdad acerca de donde somos?, de donde venimos?, y por qué existe una muerte?; todo esto pero uniendo la razón, la cual es defendida por Juan
Pablo II ya que dice: “La razón es la única capacidad humana que nos permitirá algún día encontrar la verdad”; pero a la vez Juan Pablo se refiere a la Fe como principal argumento para poder llegar al camino de la “supuesta verdad”; “Uniendo aquellas dos fuerzas talvez no conoceremos la verdad, pero estaremos lo más cerca posible.”
También nos habla de el origen de la filosofía y su cercanía con la religión; cercanía que esta basada por el mismo objetivo, el cuestionar a la ciencia, sus teorías y sus hallazgos.
Además de buscar la verdad, trata de encontrar un sentido a las acciones, a las cosas, a las personas y a sus vidas. “Todo ser humano es capaz de llegar a una visión unitaria del saber”.
En la encíclica se toman los valores de la Verdad y la Libertad y se los muestra en un breve análisis como los limites de algunos sistemas filosóficos contemporáneos que rechazan la instancia de la metafísica de una apertura perenne a la verdad.
En el capitulo sexto encontramos la opinión de Juan Pablo II hacia los países que poseen otro tipo de cultura, “Es bueno rescatar los patrimonios propios de una nación pero jamás olvidar la Fe única que existe en la Tierra”; con esto entendemos que El Papa respeta de una forma aquellas culturas, pero a la vez las critica porque piensa que la Fe es el punto de partida para toda creencia.
En el capítulo quinto se mencionan diversos pronunciamientos del Magisterio sobre cuestiones filosóficas. Se parte de la idea de que "la Iglesia no propone una filosofía propia ni canoniza una filosofía particular con menoscabo de otras", pero sí "tiene el deber de indicar lo que en un sistema filosófico puede ser incompatible con su fe". Está claro, además, que "ninguna forma histórica de filosofía puede legítimamente pretender abarcar toda la verdad, ni ser la explicación plena del ser humano, del mundo y de la relación del hombre con Dios".
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