Estudio Inductivo

Tema: El Dios de Toda Gracia

Texto: 1 Timoteo 1:12–20

Las viudas mayores (5:1–8)

Esta parte de la carta de Pablo comienza con la forma como debemos tratar adecuadamente a otros en nuestra comunidad de fe. Hay una manera piadosa de interactuar con las personas en nuestras iglesias, ya sean mayores o menores. Pablo en particular, ofrece orientación sobre cómo tratar a las viudas. Las viudas, a su vez, aunque no tengan marido, deben participar activamente en la vida familiar, que es en gran medida la vida comunitaria. Las familias también deben ocuparse unas de otras, sobre todo de aquellas en necesidad. Más adelante, en el versículo 16, Pablo deja claro que los recursos de la iglesia son para las viudas que tienen una necesidad real. Puede que no sea fácil vivir con los parientes, pero estos son los que pueden mostrar misericordia, paciencia y perdón. Amemos a nuestros parientes cercanos y a nuestra familia espiritual.

Las viudas más jóvenes (5:9–16)

En una época y cultura donde las mujeres no eran realmente personas, era una vida difícil para las viudas. Lo sigue siendo, en muchos países. Sin embargo, hay un lugar para las viudas jóvenes en la iglesia. La gente joven tiene fuerza y energía, y tratar a una viuda joven como inválida no le hace ningún bien a nadie. Los recursos de la iglesia se pueden utilizar mejor para ayudar a quienes no se pueden valer por sí mismos. Pablo quiere realmente que las mujeres jóvenes vivan su vida eficazmente. De la misma manera que él exhorta a Timoteo a ser diligente en sus deberes como pastor, Pablo también exhorta a las mujeres a ser miembros diligentes de sus familias y comunidades espirituales. No le permitamos ninguna entrada a la obra de Satanás.

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