FILOSOFIA DEL PAPA JUAN PABLO II
Enviado por stephanieliz • 10 de Junio de 2014 • 1.439 Palabras (6 Páginas) • 523 Visitas
El pensamiento filosófico de Juan Pablo II
Las aportaciones de Juan Pablo II al pensamiento filosófico
Sería imposible en estas páginas enunciar y mucho menos explicar todas las
aportaciones filosóficas en las enseñanzas de Juan Pablo II. Sin embargo, a
modo de ejemplo quisiéramos señalar algunos temas, y especialmente aquellos
que muestran la presencia del enfoque personalista y fenomenológico en el
interior de la enseñanza pontificia.
Todo hombre es filósofo.
Todo hombre es filósofo, nos recuerda la Fides et Ratio. No hay persona en la que
no tomen parte las afirmaciones sobre el sentido de la vida o de la muerte, la
pregunta por el dolor humano o por el significado de su acción diaria. Estas
cuestiones se encuentran permanentemente oscurecidas por actividades útiles y
constantes pero, a menudo, innecesarias o poco esenciales. Recuperar la confianza
en la fuerza de la razón era clave para afirmar la dignidad de toda persona. La
máxima capacidad como imágenes de Dios la poseemos en el gozo por la verdad
y el bien, la sabiduría mediante la cual sobrepasamos los acontecimientos
cotidianos. La persona es un ser emergente de la historia y recibe del Creador una
clara vocación metafísica de ultimidad.
Es en Fides et ratio en donde el Papa asegura la existencia de una Única Verdad,
aunque exista un doble orden de conocimiento, con objeto y metodología propias.
Este doble orden, filosófico y teológico, es expresión de la bondad del Creador y
de la bondad de nuestro mundo. El Papa tiene especial interés en sobrepasar la
desconfianza de la razón. Este optimismo proviene de la mirada creyente sobre el
mundo. La persona no se abre a la trascendencia, sino que nace abierta a ella.
El concepto de “filosofía cristiana”.
Fides et ratio defiende con claridad la noción de la verdad universal,
sobrepasando los historicismos que la puedan condicionar. Tenemos la
posibilidad de efectuar juicios críticos y lúcidos sobre las cuestiones últimas. No
se trata de una gnosis para privilegiados. En los principios comunes a la
reflexión de toda persona se encuentra la explicitación del sentido común y de
la filosofía realista del ser.
“La noción de “filosofia cristiana” no debe ser mal interpretada: con ella no se
pretende aludir a una filosofía oficial de la Iglesia, puesto que la fe como tal no
es una filosofía. Con este apelativo se quiere indicar más bien un modo de
filosofar cristiano, una especulación concebida en unión vital con la fe. No se
Joan Martínez Porcell, El pensamiento filosófico de Juan Pablo II
hace referencia simplemente, pues, a una filosofía hecha por filósofos
cristianos, que en su investigación no han querido contradecir su fe. Hablando
de filosofía cristiana se pretende abarcar todos los progresos importantes del
pensamiento filosófico que no se hubieran realizado sin la aportación, directa o
indirecta, de la fe cristiana” (Fides et Ratio, n.76)
El reconocimiento de la filosofia tanto en el auditus fidei (propedéutica de la fe)
como también en el intellectus fidei (explicación de la fe) no convierte al filósofo
en un teólogo, simplemente es el contenido objetivo propio de la filosofía
cristiana.
La Persona y su comunión
Karol Wotjyla escribió hacia 1976 un ensayo que tiene la amplitud de un
pequeño libro y que pretende continuar algunos de los temas y problemas del
capítulo final de Persona y acto. Este texto se llama La persona: sujeto y comunidad.
En él se busca articular una teoría de la relación interpersonal que supere la
noción de intersubjetividad monadológica propia de la filosofía de Husserl. Con
este esfuerzo, Wojtyla se coloca dentro de la tradición del pensamiento
dialógico ( Martín Buber, Emmanuel Levinas ,etc.) que sostiene que la persona
es un sujeto relacional llamado a la entrega sincera a los demás. Esta misma
idea reaparece y se intensifica al momento en que Juan Pablo II escribe sus
catequesis sobre el amor humano5. Dios crea al hombre como unidad-de-losdos,
como varón y mujer, para que el hombre no esté solo. La creación del
hombre es un acto comunional (de las Personas divinas) que hace radicar
justamente la imagen y semejanza de lo humano con Dios en su carácter
relacional. El Papa insistirá en esta idea posteriormente en Mulieris dignitatem: el
fundamento de la imagen y semejanza con Dios no es sólo la razón y la
voluntad libre – como sostiene, entre otros, Santo Tomás de Aquino – sino la
constitutiva ordenación del varón a la mujer y de mujer al varón. Para Juan
Pablo II, el ser humano ha sido creado como “unidualidad relacional”.
La subjetividad del trabajo y de la sociedad
Karol Wotjyla dio una conferencia en la Universidad Católica de Milán en 1977
titulada:
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