Fin de la teoría de la generación espontánea
Enviado por picococo • 8 de Marzo de 2014 • Ensayo • 457 Palabras (2 Páginas) • 362 Visitas
Fin de la teoría de la generación espontánea
Cien años después del descubrimiento de los microorganismos por Leewenhock, se atribuía el origen de los mismos a la descomposición de la materia orgánica (generación espontánea).
Transcurría el año 1745 cuando un sacerdote irlandés, Tuberville Needham, alegaba en favor de esa teoría el siguiente experimento: colocó jugo de cordero en un frasco taponado, lo mantuvo durante media hora en la ceniza caliente, con el objeto de destruir a los gérmenes (microorganismos que podrían encontrarse en la superficie o interior del frasco, o en el líquido), luego retiró la fuente de calor y comprobó que al cabo de un tiempo el caldo se poblaba de microorganismos, lo que según Needham solo podía provenir de la génesis espontánea.
Para comprobar si el experimento era correcto o no, el italiano Spallanzani repitió la operación veinte años después tomando nuevos recaudos, como taponar correctamente los frascos y someterlos a altas y prolongadas temperaturas. En estas nuevas condiciones, los resultados fueron distintos, ya que no aparecieron los microorganismos en los caldos de cultivo.
Needham contestó a Spallanzani, que con la ebullición prolongada de sus experiencias había destruido la "fuerza vital" contenida en los cultivos, y como el investigador italiano no pudo demostrar que la ebullición no había alterado el aire dentro del recipiente, se consideró como correcta la primera experiencia. Transcurría la segunda mitad del siglo XIX, y el problema de la generación espontánea aún estaba esperando solución; hasta que Pasteur se vio frente a la necesidad de probar que los seres asociados a la fermentación procedían del aire.
Basándose en las frustradas experiencias anteriores, fabricó filtros de algodón, e hizo pasar el aire a través de los mismos, luego disolvió el algodón y el sedimento formado en el fondo del vaso reveló la presencia de numerosos cuerpos microscópicos redondos y alargados, que se asemejaban a organismos observados con anterioridad en las sustancias en estado de fermentación. Por otra parte en el algodón de filtro a través del cual había pasado el aire previamente filtrado, no se encontró cuerpo alguno. Con esta experiencia Pasteur comprobó la existencia de organismos en el aire, pero sin poder probar si estaban vivos o muertos.
Teniendo en cuenta lo anterior, realizó el siguiente experimento: colocó en un frasco una infusión de una sustancia fermentable; al cuello largo y estrecho le dio forma de S, dejándolo abierto. El frasco y su contenido fueron mantenidos a la temperatura de ebullición durante un largo tiempo, luego se retiró la fuente de calor, y así permaneció por días, semanas y meses, sin que su contenido fermentase; luego, cuando le cortó el cuello, quedando el interior del mismo expuesto a la invasión del aire atmosférico,
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