Grupo De Oracion

Grupos de oración

Conoces la renovación carismática. Seguramente habrás hecho un seminario de vida en el Espíritu o una experiencia de oración en el Espíritu, o participado en algún retiro de Renovación, o, por lo menos, en algunas reuniones de oración. Supongo, que actualmente participas en algún grupo de oración. ¡Magnífico! Participar de la Renovación Carismática es una gracia hermosa e importante, que, ciertamente, ha producido ya frutos de vida nueva en ti y en tu comunidad. Los seguirá produciendo cada vez más, a medida que te vayas renovando. Alaba mucho al Señor por haberte permitido experimentar la gracia de la Renovación Carismática en tu vida. Confieso y atestiguo que esta gracia de Renovación se ha constituido en una de las mejores y mayores de todos los años de mi sacerdocio.

En este libro me gustaría ofrecerte alguna ayuda para hacer crecer y madurar más todavía esta gracia, llevándola a producir mejores frutos de santidad y apostolado, como también un compromiso más fuerte con los hermanos.

Quiero, desde ahora, hacerte una pregunta práctica: ¿El grupo de oración en el que participas y los que conoces, son "grupos de oración", o son "grupos carismaticos de oración"?

En realidad, la mayoría de los grupos de oración iniciados por la Renovación Carismática son simplemente grupos de oración. No han llegado a transformarse en grupos carismáticos. Presentan elementos de renovación, como: la adoración y la alabanza espontáneas, con participación individual y comunitaria; usan abundantes cantos de alabanza; utilizan la Biblia como base de reflexión y oración; poseen y usan carismas como la profecía, la oración en lenguas, las palabras de ciencia, etc. Sin embargo, estos grupos no han evolucionado, no han llegado a ser "grupos carismáticos". Con esto, no estoy afirmando que no sean buenos, o que no hayan producido muchos y buenos frutos. Lo que afirmo es que el ideal sería que llegaran a lo mejor: a crecer, madurar, hasta convertirse en "grupos carismáticos". Son raros y pocos los grupos realmente carismáticos. Al preguntarnos sobre las causas por las cuales estos grupos no han llegado a ser carismáticos, tendríamos algunas respuestas:

­ En primer lugar está la falta de dirigentes espirituales que sepan servir a los grupos enseñándolos, adiestrándolos, haciéndolos caminar y crecer "por dentro", haciendo que maduren hasta llegar a ser carismáticos.

­ En segundo lugar, está la falta de enseñanza práctica y metódica sobre la formación y el proceso de los grupos carismáticos; esta enseñanza debe proporcionarse en los grupos.

­ En tercer lugar, está el constante cambio interno de los miembros de los grupos. Se da, en los grupos, un constante entrar y salir, un ir y venir de nuevos elementos, lo cual impide la marcha hacia lo profundo, hacia lo carismático.

Entonces, ¿qué es un grupo carismático?

Hay quien califique de carismático a un grupo cuando en él se dan los dones carismáticos: profecía, lenguas, canto en lenguas, enseñanza inspirada. En realidad, estas son manifestaciones carismáticas, pero pueden ser simplemente manifestaciones en "alguna persona aislada" y no manifestaciones del Espíritu, en el grupo, como un todo y para todo el grupo.

Para mí, grupo carismático es aquel que es movido y dirigido por el Espíritu. Lo mismo digo de las personas. Persona carismática es la que está movida y dirigida por el Espíritu Santo. Hay personas que profetizan, oran en lenguas, tienen un carisma social, político, etc.; pero no son carismáticas por no estar movidas y dirigidas en la totalidad de sus vidas por el Espíritu Santo. Explico a continuación estas realidades.

• Grupo (o persona) movido por el Espíritu.

El verbo mover –movido- recuerda un motor. Motor es la fuerza que mueve, lleva hacia adelante, da impulso y energía. Grupo (o persona) movido por el Espíritu es aquel en el que el Espíritu se convierte en el motor que impulsa, mueve, lleva hacia adelante, hace progresar, madurar, crecer, producir frutos. Recordemos el motor del automóvil, del barco, del avión... Imprime fuerza, movimiento.

• Grupo (o persona) dirigido por el Espíritu.

La palabra "dirigir -dirigido"- recuerda a aquel que recibe

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