Guerra Espiritual

GUERRA ESPIRITUAL

POR:

MANUEL ROMERO ORJUELA

manror@hotmail.com.

TEOLOGIA DE LA REFORMA

INTRODUCCION AL NUEVO TESTAMENTO

FUNDACION I.B.R.C.

INSTITUTO BIBLICO REFORMADO DE COLOMBIA

LICENCIATURA EN ESTUDIOS TEOLOGICOS

MIAMI INTERNATIONAL SEMINARY

Itagüí-Antioquia

Colombia

ABRIL, 2008

TABLA DE CONTENIDO

I. Introducción

II. Guerra Espiritual 4

A. Cita bíblica 4

B.. Mi definición sobre lo que ese guerra espiritual 4

C. Los asuntos humanos 5

D. Orando en le espíritu 5

IIl. Los enemigos en nuestra guerra Espiritual 6

A. Nuestra carne 6

B. El mundo 6

C. Satanás 7

IV. La estrategia de nuestra guerra Espiritual 7

A. ¿Cómo cedo el terreno a Satanás? 7

B. La autoridad de nuestra estrategia 8

C. la ayuda de nuestra estrategia 8

D. La armadura de nuestra estrategia 9

E. las armas de nuestra estrategia 9

F. ¿Cómo vestirse de la armadura de nuestra estrategia 10

V. Oración 10

A. Orando en todo tiempo 10

B. Orando en el espíritu 11

C. Velando en oración 12

D. Perseverando en oración 12

VI. Conclusiones 13

Bibliografía 14

INTRODUCCION

"Para que abran sus ojos, para que se conviertan de las tinieblas a la luz, y de la potestad de Satanás a Dios" (Hechos 26:16a).

El diablo es nuestro enemigo. Toda maldad tiene su fundamento en el diablo. No hay pecado, no hay maldad, no hay falsedad, no hay injusticia, no hay impiedad, que no esté arraigada en la naturaleza del diablo. El entero espíritu del diablo es profano y contrario a las sendas de Dios. El diablo y su reino espiritual son referenciados como tinieblas: La guerra espiritual comienza en el momento en que nacemos. Nuestros padres y su relación con Dios determina si somos nutridos y criados en la presencia del Espíritu de Dios o si somos criados en la presencia del espíritu del diablo. Los nacidos de padres Piadosos tienen la mejor asociación a Dios. Ellos son levantados en el temor y amonestación del Señor.

Pero no solamente una batalla entre el bien y el mal en el sentido filosófico, pero más específicamente, una batalla entre Dios y el diablo. Una batalla entre los siervos de Cristo Jesús y las fuerzas invisibles de Satanás. Una batalla que es en esencia, una batalla espiritual. Una batalla a la que el cristiano es inevitablemente llevado, por su mera relación con Cristo Jesús. Una batalla que no es observada con el ojo físico, ni peleada con armas hechas por el hombre, sino una batalla peleada en el ámbito del

Espíritu, por medios espirituales como la oración, la proclamación de la verdad de Dios y una vida santa.

II. Guerra espiritual

A. Cita bíblica

Efesios 6:10-18

“10Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 15y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 16Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos”

B. Mi definición sobre lo que es “La guerra espiritual”.

Se puede dar una definición de guerra espiritual a la confrontación de poderes espirituales, donde Dios manifiesta su soberanía a través de la iglesia sobre Satanás y el mundo. “12Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.” Ef. 6:12

La guerra del diablo se expone fácilmente. Es fácilmente vencida. El lugar para hacer esto es en la casa de Dios, bajo un Hombre de Dios que esté en su lugar como Dios le ha colocado. Ninguna herida siquiera se hará siendo humildes y de un espíritu contrito. Que cada se considere a sí misma, porque o es el camino de Dios o el camino del diablo. Ni se puede esconder porque ambos se harán manifiestos.

Conoced cuáles sean los espíritus. Pues ningún espíritu que sea de Dios se levantará contra Dios o su Reino o ungido de Dios. Que todos permanezcan en su lugar como Dios lo haya designado así. Trabaje la salvación propia de su alma con temor y temblor. Si usted termina siendo un diablo, será porque usted ha escogido rechazar lo que Dios tiene para su vida.

C. Los Asuntos Humanos

¡Pero Satanás no se detiene ahí! Sino además está ocupado, trabajando en los asuntos del hombre. Ya sea en la política internacional, los medios de comunicación, lo académico, la industria del entretenimiento, o el estilo y la moda del mundo, es indiscutible su influencia. Pablo se refirió a

Satanás como “el príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia” (Efesios 2:2).

La educación según las normas de Colombia ha tenido un enfoque global apuntando hacia el ser humano, pero depende de cada institución donde se va impartiendo su filosofía.

Desde lo tiempos mas remotos, se logra vislumbrar que los pensamientos de algunos grupos, corrientes o como se denominaran, han afectado de todos modos a la cultura colombiana, la sociedad, el hogar y como ultima instancia al ser humano.

C. Orando en el Espíritu

Enseguida, debemos orar en el Espíritu. Esto quiere decir ser guiados por el Espíritu en oración. La manera como podemos asegurarnos que estamos orando en el Espíritu es pedir la asistencia del Espíritu cuando vamos a orar. No hay nada tan maravilloso o emocionante como el recibir poder por el Espíritu Santo en la oración. El corazón se apasiona. La mente se aclara. Todo pensamiento es puesto en orden. La alabanza, la petición y la intercesión fluyen libremente y uno puede orar literalmente

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