“Higos” que causan placer hasta a Dios
Enviado por hhsc • 12 de Septiembre de 2013 • Ensayo • 869 Palabras (4 Páginas) • 302 Visitas
“Higos” que causan placer hasta a Dios
“Esto es lo que ha dicho Jehová el Dios de Israel: ‘Como a estos higos buenos, así consideraré a los desterrados de Judá, a quienes ciertamente enviaré de este lugar a la tierra de los caldeos, de manera buena.’”—Jer. 24:5.
LA HIGUERA se hallaba en el primer jardín que se plantó en nuestra Tierra. Nuestros primeros padres humanos fueron quienes nos iniciaron en comer de este fruto delicioso, el higo. ¿Se permitió que la higuera también creciera fuera de aquel primer jardín? Sí, y de esto podemos alegrarnos. Así, hoy día nosotros también podemos tener el placer de comer de ese paquetito de dulzura. Es muy extraordinario el hecho de que las primeras prendas de vestir con las que nuestros primeros padres, Adán y Eva, se cubrieron los lomos por un breve período fueron hechas de hojas de higuera, entrecosidas. Eso fue precisamente antes de que se les desterrara de su Paraíso de Placer por haberse rebelado contra el Plantador y Dueño de aquel jardín de Edén.—Gén. 2:8; 3:1-7.
2 En una ilustración que se relató mucho tiempo después, Jotán el hijo del juez Gedeón hizo que la higuera hablara. Esta preguntó: “¿Tengo acaso que renunciar a mi dulzura y a mi buen producto, y tengo que ir a mecerme sobre los otros árboles?” (Jue. 9:11) En la ilustración de Jotán la higuera rehusó dejar sus buenas propiedades. En realidad hoy día la higuera sigue teniendo su buena sustancia y dulzura inherentes. En esto todavía cumple con el propósito bondadoso de Dios.
3 Jotán usó la higuera para ilustrar a un individuo, un israelita fiel que se negaría a dejarse poner como cabeza del gobierno por medio del voto democrático de una elección nacional. Mucho más tarde, Jesucristo usó la higuera para representar a la nación de Israel. En una parábola, dijo lo siguiente:
“Cierto hombre tenía una higuera plantada en su viña, y vino buscando fruto en ella pero no lo halló. Luego dijo al viñador: ‘Mira que ya son tres años que he venido buscando fruto en esta higuera, mas no lo he hallado. ¡Córtala! ¿Por qué, realmente, debe hacer que la tierra permanezca inútil?’ En respuesta él le dijo: ‘Amo, déjala también este año, hasta que cave alrededor de ella y le eche estiércol; y si entonces produce fruto en el futuro, bien está; pero si no, la cortarás.’”—Luc. 13:6-9.
4 Jesús dio aquella parábola algún tiempo después que los judíos celebraron la fiesta otoñal de los tabernáculos (Succoth) en 32 E.C., o sea, tres años después de haber comenzado su ministerio público en la tierra de Israel. Él estaba entonces en el cuarto año de su obra de evangelizar. De modo que en menos de seis meses la nación de Israel lo rechazaría y haría que se le diera muerte en un madero fuera de las murallas de Jerusalén. En recompensa por tres años y medio de trabajo entre los israelitas, solo tenía unos cuantos
...