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Jesucristo Es Dios.


Enviado por   •  31 de Mayo de 2013  •  5.828 Palabras (24 Páginas)  •  364 Visitas

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Jesucristo es Dios.

La historia, el estudio profundo de las Escrituras y los hechos, así como el presente, nos indican que Dios es verdadero, que existe, y que tiene un nombre: Jesús de Nazaret.

 La existencia de Dios.

La humanidad siempre ha estado llena de dudas; asimismo, en busca de respuestas que satisfagan sus inquietudes. Dichas respuestas no han llegado a ser convencedoras y otras, simplemente se dejan de lado para buscar una que sea más lógica y que parezca más verdadera y correcta. Sin duda alguna ha habido muchas respuestas, pero, ¿quién puede decir con certeza que las encontradas son acertadas, reales o verdaderas? Para llegar a aseverar que algo es verdad se debe contar con un respaldo que apoye la verdad que se asegura.

Como es de notarse, mi planteamiento es acerca de una “verdad” para miles de millones de personas, pero también una “mentira” para otras miles de millones. Sin embargo, la idea no es confirmar a los convencidos ni convencer a los escépticos, sino mostrar en sí el hecho, justificar y argumentar el planteamiento.

En la continua búsqueda de la “verdad”, la escondida y oculta explicación al por qué de las cosas, el sentido de la vida humana y la existencia de todo, se decidió comenzar por el origen, el principio de la creación, lo cual nos remontó al Creador, al Progenitor, al Padre, a Dios. Pero era necesario conocer qué es Dios, quién es, cómo es y por qué existe. Se consideró todo lo relacionado con él, como las religiones y sectas, el ateísmo, la posible inexistencia de Dios y las opiniones del mundo con respecto a él. Sin embargo, de toda esa gama de opciones a elegir, se delimitó únicamente a la pregunta: ¿quién es Dios?

Las respuestas fueron: Jesucristo, Jehová (de acuerdo a los testigos de Jehová), Alá (de acuerdo a Mahoma y los musulmanes), Buda, Dalai Lama, Zeus, Satanás. Incluso se consideró si Dios era solo un invento, o simplemente “el universo”, el mismo ser humano, Quetzalcóatl, la naturaleza o algunos de sus elementos (sol, luna, animales, etc.)

Ya delimitadas las opciones, el tema se abordó por el único personaje que ofrece más posibilidades de ser Dios. Es la opción más lógica y mejor fundamentada a través de la historia. Hablo de la manifestación que se dio en Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, una de las tres formas del Padre celestial.

A Dios se le considera un “ser supremo y creador del universo. Una persona o cosa que se venera por encima de todo”,1 definición de la cual no difiero. Pero le agregaría también que es un ser infinito, eterno, del que proceden todas las cosas y mediante el cual existen todas las manifestaciones de vida conocidas, desconocidas y por conocer, visibles e invisibles. Un ser todopoderoso, omnisciente, omnipresente y omnipotente.

El mundo puede creerlo o no, pero lo cierto es que en la opción de no creer en Dios, no hay nada que definir en este ensayo y mucho menos se tomaría tal ser como base para la existencia de todas las cosas y su origen sería de cualquier otro lado, menos un alguien llamado Dios.

En la opción de creer en Dios, la definición sería, por cercas o por lejos, la ya mencionada.

Entonces tenemos, si Dios existe nos gustaría saber cómo es o quién es y para qué o por qué motivo creó todas las cosas. Sería muy interesante conocer las respuestas; y estoy seguro que las hay, pero a veces no nos damos el tiempo para buscarlas o simplemente da pereza y apatía dedicarse al tema.

Aquí el meollo es saber las razones por las que Jesús es Dios. Su nombre es muy conocido mundialmente e históricamente, pero tal vez su fama no sea suficiente para que el mundo crea quién es él y qué quiere de nosotros. Lo mejor entonces es, ahondar un poco más para conocer su personalidad y su manera de actuar, pues con decir que es Dios no es suficiente, se necesitan pruebas y fundamentos que avalen dicha afirmación.

 ¿Por qué Jesús es Dios?

Al asegurar que Jesús es Dios, estamos hablando de la ya famosa historia de este hombre, de como Dios se hizo carne, es decir, él siendo quien era descendió del cielo y se encarnó en Jesús de Nazaret. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”.2 Posteriormente las Escrituras de Juan el apóstol, explican: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad”.3 Con todo esto se comprende que Jesús era el Verbo de Dios y él descendió del cielo para convivir con la raza humana. “[Jesús dijo:] Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió”.4

Considérese que no me baso en ideas mías ni en escritos que yo haya inventado hace mucho tiempo, sino que las declaraciones las hace un hombre que vivió en los tiempos de Jesús y fue su discípulo, me refiero a Juan el apóstol. Sus declaraciones son extraídas del libro más famoso y controversial que existe: La Biblia, a la cual ninguna personas ha podido contradecir y mucho menos negar que lo que ahí está escrito sea verdad. “A pesar de estar escrita por 40 autores distintos a lo largo de 1.600 años, La Biblia guarda asombrosa coherencia en su relato”.5

Lo anterior tómese como a base de introducción para lo que es el planteamiento. Respecto al tema, me tomo la libertad de además de hablar de Jesús, también de Dios, pues es necesario conocer otros aspectos del creador para ir relacionándolos con el hombre Jesús.

Como todos sabemos, Dios ha influido siempre sobremanera en la raza humana. Incluso muchos científicos, matemáticos y físicos reconocidos han dicho palabras acerca de él. Este es el caso de Werner K. Heisemberg (Premio Nobel de Física, 1932): «Creo que Dios existe y que de Él viene todo. El orden y la armonía de las partículas atómicas tienen que haber sido impuestos por alguien».6

Si comparamos las palabras de Heisemberg con las dichas por Juan el apóstol, vemos como coinciden en grande manera. “Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”.7

Es claro que para poder afirmar que Jesús es Dios, la base más confiable siempre va a ser La Biblia, pues a pesar de los grandes intentos por destruirla o modificarla a través del tiempo, ha sido imposible. Podemos adjudicar este hecho a la iglesia, a las personas o a Dios; pero lo cierto es que el libro aún permanece hasta nuestros días con su escritura intacta e inalterable. Aunque también se puede considerar una frase que está al final de La Biblia, la cual dice: “Yo testifico a todo aquel que oye las palabras

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