Jesús compasivo

Jesús no explicó directamente su experiencia del reino de Dios, no utilizaba el lenguaje de los escribas ni de sacerdotes para comunicarse con los campesinos galileos. Acudió al lenguaje de los poetas, utilizando metáforas y comparaciones, generando imágenes, y sobre todo utilizando parábolas.

La seducción de las parábolas Jesús mediante su palabra enseña a la gente del campo a mirar la vida de otra manera, les permite apreciar diversas cosas: . Dios es bueno Su bondad lo llena todo y su misericordia lega a sus vidas. La manera de hablar de Jesús permite que Galilea se refleje en ella, deja que los galileos puedan mirar su realidad con otros ojos y profundizar acerca de sus experiencias.

Jesús no fue el primero en emplear esta manera de expresarse, anteriormente, Oseas e Isaías entre otros, habían hablado poéticamente, creyendo que así se logra llegar a los corazones y conciencias de las personas. Los maestros de ley también utilizaban recursos muy parecidos a las parábolas, pero con una función muy distinta a la de Jesús. Las comunidades cristianas no pudieron seguir la expresión parabólica de Jesús, únicamente propagaban las enseñanzas de Jesús en su formato original o les dieron un nuevo carácter alegórico.

Jesús busca a través de las parábolas es poner en sintonía a la gente con experiencias que los campesinos (cada persona, cada familia, cada aldea) pasaron para así ayudarlos a la entrada al Reino de Dios Cada parábola es una invitación para pasar de un mundo viejo y sin horizonte a un país nuevo y lleno de vida. Jesús no explica la parábola ni antes ni después de decirlas sino que tiene la costumbre de repetir: Quien tenga oídos para oír, que oiga. Su mensaje está ahí. para cualquiera que lo quiera escuchar. Quien la oye como espectador no capta nada: quien se resiste. queda fuera.

La vida es más de lo que se

A nadie de Galilea le parecía fácil creer que el reino de Dios estaba llegando. No veían nada espectacular con lo que decía Jesús, se esperaban las señales de los escritores apocalípticos. Por ello, Jesús debió enseñarles a captar la presencia salvadora de Dios de distinta forma, mostrándoles que la vida es más que lo que se ve, ocurren transformaciones misteriosas en lo que los galileos ven en su día a día. Todos esperaban la llegada de Dios como algo poderoso, y por ello la palabra de Jesús es desconcertante.

A través de la parábola de la semilla, aprendemos que lo importante no es el sembrador, sino que es la fuerza misteriosa que mueve a la semilla a crecer. Jesús invita a los demás a captar esa acción oculta y poderosa de Dios. La cosecha va más allá de los esfuerzos de los hombres, es un regalo inmenso de Dios Jesús está sembrando, Dios está haciendo crecer la vida; la cosecha llegará con seguridad, es decir, la salvación está llegando. Jesús puede evocar esta presencia misteriosa a través de otros relatos.

...