Joven Propaga Tu Luz
Enviado por mich.95 • 27 de Mayo de 2014 • 664 Palabras (3 Páginas) • 277 Visitas
Joven Propaga tu luz
OBJETIVO:
Recordar que es y lo que incluye una misión, recalcar que no solo es durante la época de semana santa, y que ahora es cuando la verdadera misión se presenta en sus vidas cotidianas y en todos los ámbitos.
DESARROLLO:
Es importante y trascendental marcar espacios de vida, donde los mismos jóvenes seamos los protagonistas de la esperanza en la construcción de la nueva civilización del amor, contemplando y resaltando a partir de la invitación y el llamado de Jesucristo a transformar estas realidades en alimento continuo, para las nuevas generaciones a través de la comunión y solidaridad comunitaria en Cristo resucitado y Misionero.
Hoy muchos, sin duda, se preguntan ¿Dónde está la iglesia en la que Cristo habita? ¿Por qué muchos se dicen cristianos, y pocos lo testifican? La respuesta es sencilla, hoy ya no queremos una fe que nos exija, una iglesia que nos pida tanto; queremos una vida fácil.
Sin duda, necesitamos ese ENCUENTRO con Cristo. Hoy la iglesia exige verdaderos santos y una experiencia que testifique de verdad, el llamado es a todos, pero pocos serán los elegidos, y es aquí, punto fundamental del discernimiento de los valores hacia el proyecto de vida de los jóvenes; donde nos invitaremos a valorar y resaltar nuestras virtudes, sueños, anhelos y esperanzas.
«Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes Jesús te llama a ser discípulo en misión. A la luz de la palabra de Dios que hemos escuchado, ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.
1. “Vayan”. Han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, han sentido la alegría de la fe, mediante la experiencia de la semana santa en su comunidad, pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos conozcan, amen y profesen a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9).
Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo, sino: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a hombres libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor, la mejor manera de amar a una persona es, entonces, mediante el servicio, ésta es la manifestación empírica del amor. No nos preguntemos cuánto amamos a los demás, sino cuánto, estamos dispuestos a servirles y a sufrir
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