LA LECCION DE PAZ QUE APRENDI A TRAVES DE UNA PLANTA
Enviado por maxsidebres92 • 9 de Noviembre de 2013 • 550 Palabras (3 Páginas) • 265 Visitas
LA LECCION DE PAZ QUE APRENDI A TRAVES DE UNA PLANTA
Mira como resulta ser el proceder de una diminuta semillita y su proceso desde que sale a la superficie hasta que se convierte en un gran árbol y finalmente envejece hasta desaparecer de la tierra:
Comienza como una muy pequeña semillita que parece no haber planeado por si misma su existencia; sin pensarlo tanto permite que todo sea como tiene que ser y da rienda suelta a su naturaleza para recibir de la tierra, que es su fuente interna de poder, los elementos necesarios y esenciales para su supervivencia.
Así surge hacia el exterior tan solo como una diminuta plantita, aparentemente muy frágil, desprotegida y solitaria: ya parece que no podrá vivir por muchos minutos, ante tantas perturbaciones ambientales.
Aun así, la pequeña e inocente plantita, sin esperar nada, se somete a lo que resulte ser de ahora en adelante. Amablemente permite que la tierra, su fuente interna, así como la lluvia y el sol que la ayudan desde afuera, la doten de todo lo que requiere para comenzar a crecer y evolucionar.
De modo que la pequeña plantita inicia poco a poco la extensión de sus raíces buscando penetrar cada vez mas profundo, como si intentara abrazar amorosamente a la tierra como muestra de intenso agradecimiento. Simultáneamente comienza a crecer y a extender sus delicadas ramitas desde la superficie hacia arriba y hacia los lados; y aunque el viento con su fuerza parece moverla y perturbarla, la realidad es aparentemente otra: la plantita acepta la dirección que el viento le indica que tome, cede ante su fuerza y se adapta a su caprichosa intención. Lo verdaderamente interesante es que más allá de todo, esa aparente situación “desfavorable” le permite a la plantita reforzar aun más su conexión con la tierra y seguir aferrada a ella. La planta no deja de extenderse porque además la lluvia y el sol continúan brindándole fuerza y energía para vivir.
Con el transcurrir del tiempo y a pesar de todas las cosas no se detiene e inclusive, cuando es lo suficientemente apta, comienza a ofrecer al mundo sus dulces frutos. La planta, sin medir para quien o para que, ni cuánto ni cómo; sin percatarse ni de su tamaño ni de su forma, produce sin parar y cuando es oportuno suelta sus frutos despreocupada del destino que ellos van a tener, ella esta lista para soltarlos aunque pudieran caer al suelo solo para descomponerse, tal vez para ser aprovechados por las aves o las personas o quizá para ser tomados directamente antes de que caigan… Ni hablar de sus hojas, su madera y su sombra!!
Sin condiciones la planta nace, crece, atraviesa su proceso de crecimiento a pesar de las aparentes perturbaciones, produce sus dulces frutos y cuando llega el momento indicado, simplemente desaparece.
La planta por sobre todas las cosas siempre se mantuvo aferrada
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