LA REVELACION DE LA CRUZ. CARTAGENA DE INDIAS D.T Y C

LA REVELACION DE LA CRUZ

STEPHANY RODRIGUEZ MORALES

MISION CARISMATICA INTERNACIONAL CARTAGENA

CAPACITACION DESTINO

NIVEL 1

CARTAGENA DE INDIAS D.T Y C

2016

INTRODUCCION

La revelación de la Cruz es la mejor experiencia en la vida de una persona, es ese momento en que conoces que sucedió en aquella Cruz del Calvario. A través de la revelación de la Cruz podemos conocer a Jesús en su quebrantamiento, pero no antes sin tener un corazón contrito y humillado, anhelando el perdón de Dios y confesando cada pecado en contra de la voluntad de nuestro Padre.

Anhelar un verdadero encuentro con Jesús para que sus bendiciones nos sean reveladas, buscarlo de todo corazón para hallarlo, para que por medio de su Sangre nos purifique de toda maldad y pecado. Experimentar un genuino arrepentimiento es uno de los primeros pasos para que Dios nos revele su majestuosidad.

La base de un equipo de doce bien fundamentado es la revelación de la Cruz, conocer a Jesús es tener dicha revelación, es sentir el sufrimiento que padeció en el madero para redimirnos del poder del enemigo. El poder vivir esta experiencia milagrosa nos ayuda a poder llevar a nuestros discípulos a vivir la revelación de la Cruz, y entender que Jesús tomo nuestro lugar para cancelar la deuda que teníamos con Dios, asumió el pecado de todas las personas para  así abrir nuestros ojos espirituales.

Todos los creyentes debemos recibir la revelación de la Cruz, ser partícipes la muerte de Jesús para así también vivir su resurrección. Debemos buscar a diario la cruz para dejar allí nuestras debilidades y pecados.

El Señor nos ve como pecadores, sin entendimiento, sin conocimiento, llenos de pecado, rebeldes a su voluntad, pero aun así nos sigue viendo como sus hijos, su creación más preciada. Pero aun así seguimos fallándole, no nos bastó con que Dios entregara a su hijo para nuestra salvación, porque seguimos haciendo lo malo, cometiendo pecados y desobedeciendo la voluntad de nuestro Padre.

La compasión viene al ser humano cuando este ha tenido que pasar por una experiencia difícil. Esto nos ayuda a ser más sensibles a las necesidades de las personas que están pasando por situaciones difíciles como las que nosotros hemos vivido pero que Dios en su infinita misericordia nos ha restaurado por medio de la revelación de la Cruz.

Jesús se hizo maldición para que nosotros fuéramos redimidos, sufrió 7 derramamientos de su sangre, y cada derramamiento tiene un gran poder si los  aplicamos  en nuestras vidas a diario. Jesús  en el Getsemaní sintió tanta angustia por todo lo que tenía que padecer comenzó a sudar y ese sudor se convirtió en grades gotas de sangre. Broto sangre cuando golpearon su rostro, broto sangre cuando le arrancaron sus barbas, broto sangre cuando azotaron su espalda, broto sangre de sus manos y pies al ser crucificado, broto sangre cuando traspasaron su costado derecho. ,

Una sola gota de la sangre de Jesús tiene el poder de limpiar el pecado más negro y vil que haya cometido el hombre. Si aplicamos esta Sangre poderosa a nuestra vida, la bendición de Dios estará siempre con nosotros.

Perdonar es uno de los actos más difíciles para el ser humano, es un acto completamente de fe porque nuestra voluntad se rehúsa a perdonar. No es fácil perdonar una traición, una humillación, una herida que alguien nos causó, pero el Señor nos da el más grande ejemplo de perdón, porque aun sin merecerlo Dios extiende su perdón hacia nosotros porque es bueno y misericordioso.

En la Cruz del Calvario fueron rotas todas las maldiciones de la humanidad, Jesús llevo a cabo el propósito por el cual había venido a la tierra. Nosotros debemos continuar con su obra, con la visión que tenia de discipular almas y llevarlas a conquistar en fe todo lo que quieran.

A todo aquel que tenga un encuentro personal con Dios, la Cruz de Cristo le será revelada, y recibir esta revelación será lo único que trasformara su corazón. Se necesita de un encuentro de tan solo 3 días para que el Espíritu Santo transforme la vida de una persona. Tres días en los que nos apartamos de nuestras actividades para poder estar en intimidad con el Señor y así poder escuchar su voz.

Para llevar a cabo un encuentro con Dios debemos tener en cuenta las instrucciones dadas por Dios para su desarrollo, como son la visión, que es llevar a la gente e tener una visión clara, a que sus ojos espirituales sean abiertos y puedan ver la Cruz en su genuina revelación. Otro punto es tener una genuina conversión, cambiar nuestro viejo estilo de vida y comenzar a hacer las cosas que le agradan a Dios. También debemos entender que ya no estamos bajo el dominio del enemigo, que le pertenecemos a Dios y que día a día debemos cultivar nuestra relación con El. Solo a través de la fe la gente puede recibir el perdón de pecados. Aceptar los privilegios que tenemos por ser hijos de Dios, podemos disfrutar de su herencia en este mundo y en el venidero que es la vida eterna.

Uno de los objetivos del encuentro es llevar a la persona a tener una confrontación con su pasado, con sus pecados para así lograr un arrepentimiento genuino. Dios es tan misericordioso que siempre está extendiendo su perdón hacia nosotros si reconocemos nuestros pecados y nos arrepentimos de corazón. No hay pecado que Dios mantenga oculto. El pecado trae consigo consecuencias para nuestra vida, como por ejemplo en nuestra área financiera, ya que se le da cabida a la maldición y que el pecado detiene la bendición económica. Otra consecuencia es que abre las puertas al espíritu de violencia, a las discordias, peleas, enfrentamientos, incluso a llegar a cometer homicidio.

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