LO QUE DIOS HA UNIDO por David Instone-Brewer.
Enviado por amado360 • 24 de Mayo de 2016 • Ensayo • 9.863 Palabras (40 Páginas) • 247 Visitas
LO QUE DIOS HA UNIDO
por David Instone-Brewer
Estaba siendo entrevistado para el que sería mi primer trabajo como pastor, y estaba nervioso e inseguro sobre qué esperar. Los doce diáconos estaban sentados en fila frente a mí y se turnaban para hacerme preguntas, las cuales respondía tan claramente como podía. Todo iba bien hasta que me preguntaron: “¿Cuál es su posición sobre el divorcio y nuevo matrimonio? ¿Casaría a un divorciado o a una divorciada?”
No sabía si esta era una pregunta con truco o de verdad. Debe haber habido una necesidad pastoral muy arraigada detrás o debe haber sido una prueba de mi ortodoxia. En cualquier caso, pensé que no podía resumir mi punto de vista en una oración; y mientras más lo pensaba, no podía decidir exactamente cuál era mi punto de vista. Di una respuesta deliberadamente vaga. “Cada caso debe ser juzgado según su propia circunstancia.”
Funcionó; me dieron el trabajo. Pero me propuse estudiar el tema del divorcio, y hacerlo rápidamente.
Fue una buena cosa hacerlo. Resultó que estaba rodeado de gente que necesitaba respuestas a preguntas sobre el divorcio y nuevo matrimonio. Mi iglesia bautista quedaba cerca a una congregación anglicana y dos iglesias católicas. Hombres y mujeres divorciados de esas congregaciones venían a preguntarme si podía casarlos, habiendo sido rechazados en sus iglesias locales. Entonces descubrí que algunos de mis diáconos eran divorciados y vueltos a casar. ¿Debía echarlos del liderazgo de la iglesia? Si lo hacía, perdería gente que yo consideraba algunos de los más espirituales de la iglesia, gente con hogares y matrimonios cristianos ejemplares.
¿Qué dice la Biblia?
El Nuevo Testamento presenta un problema al entender lo que el texto dice sobre el divorcio y sus implicaciones pastorales.
Jesús parece decir que el divorcio está permitido sólo si ha ocurrido adulterio: “Les digo que, excepto en caso de infidelidad conyugal, el que se divorcia de su esposa, y se casa con otra, comete adulterio.” (Mateo 19: 9 NVI). Sin embargo, esto ha sido interpretado de muchas maneras. La mayoría dice que Jesús permite el divorcio sólo por adulterio. Pero algunos alegan que Jesús originalmente no permitió ni siquiera eso. Sólo en Mateo él ofrece una salida del matrimonio: “excepto en caso de infidelidad conyugal”. Más allá de lo que Jesús dice, Pablo también permite el divorcio. Él lo permite si un no creyente decide irse (1 Corintios 7: 12-15). Muchos teólogos añaden esto como una segunda razón para el divorcio.
Aun así algunos pastores han encontrado esta enseñanza difícil de aceptar, porque parece tan no práctica –inclusive cruel en ciertas situaciones. Esto sugiere que no puede haber divorcio por abuso físico o emocional, y Pablo inclusive parece prohibir la separación (1 Corintios 7: 10).
Como resultado, algunos cristianos tranquilamente ignoran esta enseñanza bíblica aparentemente “no práctica” o encuentran otras formas alrededor de ella. Por ejemplo, ellos sugieren que cuando Jesús habló sobre “infidelidad conyugal” quizás él incluyó otras cosas como abuso. O cuando Pablo habló sobre ser abandonado por un no creyente, quizás él incluyó cualquier comportamiento que no sea favorable al matrimonio o ser abandonado por cualquiera que esté actuando como un no creyente. Muchos han adoptado tal estiramiento de la Escritura porque no pueden aceptar lo que ellos creen que el texto aparentemente dice.
Pero, ¿el texto literal dice lo que pensamos que dice? Mientras hacía estudios doctorales en Cambridge, probablemente leí cada escrito de los rabís del tiempo de Jesús. Me metí en sus cabezas lo suficiente como para empezar a entenderlos. Cuando comencé a trabajar como pastor y fui confrontado casi inmediatamente con hombres y mujeres divorciados que querían volver a casarse, mi primera respuesta fue volver a leer la Biblia. He leído los textos bíblicos sobre el divorcio muchas veces en el pasado, pero encontré algo extraño mientras lo hacía nuevamente. ¡Ahora decían algo que no había escuchado antes de leer a los rabís!
Divorcio “por cualquier motivo”
Los textos no han cambiado, pero sí mi conocimiento del idioma y la cultura en los que fueron escritos. Estaba leyéndolos ahora como los hubiera leído un judío del primer siglo, y esta vez aquellos pasajes confusos tenían más sentido. Mi libro, Divorcio y Nuevo Matrimonio en la Iglesia (InterVarsity Press), es un resumen de varios libros y documentos académicos que empecé a escribir con este nuevo entendimiento de lo que Jesús enseñó.
Uno de mis hallazgos más dramáticos es concerniente a una pregunta que los fariseos le hicieron a Jesús: “¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?” (Mateo 19: 3 NVI). Esta pregunta me recordó que unas décadas antes de Jesús, algunos rabís (los hilelitas) habían inventado una nueva forma de divorcio llamada el divorcio “por cualquier motivo”. Para el tiempo de Jesús, este divorcio “por cualquier motivo” se había vuelto tan popular que casi nadie iba a las razones literales para el divorcio del Antiguo Testamento.
El divorcio “por cualquier motivo” fue inventado de una sola palabra en Deuteronomio 24: 1. Moisés permitió el divorcio por “motivo de inmoralidad”, o más literalmente, “una cosa de desnudez”. La mayoría de judíos reconocieron que esta inusual frase estaba hablando de adulterio. Pero los rabís hilelitas se preguntaban por qué Moisés había añadido la palabra “cosa” o “motivo” cuando solo necesitaba usar la palabra “inmoralidad”. Ellos decidieron que esta palabra extra implicaba otra razón para el divorcio –divorcio por “un motivo”. Alegaban que cualquier cosa, incluyendo una comida quemada o arrugas donde antes no había, ¡podían ser un motivo! El texto, decían, enseñaba que el divorcio estaba permitido debido a adulterio y “cualquier motivo”.
Otro grupo de rabís (los shamaitas) no estaban de acuerdo con esta interpretación. Ellos decían que las palabras de Moisés eran una sola frase que se refería a ningún tipo de divorcio “excepto inmoralidad” –y por eso el nuevo divorcio “por cualquier motivo” era inválido. Estos puntos de vista opuestos eran bien conocidos por los judíos del primer siglo. Y los fariseos querían saber qué opinaba Jesús. “¿Está permitido que un hombre se divorcie de su esposa por cualquier motivo?” preguntaron. En otras palabras: “¿Está permitido que usemos el divorcio “por cualquier motivo”?
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