LOS DONES DE DIOS SIEMPRE HALLAN SU LUGAR
Enviado por imartinezuv • 24 de Abril de 2014 • 1.741 Palabras (7 Páginas) • 258 Visitas
1 Gracias hermano Neville. [El Hermano Neville dice: “Dios le bendiga
hermano”.—Ed.] El Señor le bendiga hermano.
Buenas noches amigos. Llegué hace un rato, y pensé que podía venir a
desearles a todos una “Feliz Navidad”.
2 Y no sabía que tendría este gran privilegio de hablarles sobre la Palabra
del Señor. Pero el hermano Neville me lo pidió, y yo tenía varios textos de
Navidad que he estado usando, uno de ellos allá en—en Phoenix y en Tucson,
en distintos lugares por allí, un mensaje habitual referente a la Navidad. Y
pensé que esta noche sólo hablaría de una cosita aquí que el Señor puso en mi
mente recientemente, mientras estaba allá en Colorado.
3 Y estaba pensando sobre algo en la época de Navidad, y tengo como
cinco o seis apuntes aquí, Escrituras y cosas. El… Yo no… Me imagino que el
hermano Neville y todos los ministros hacen eso. Uds… parece como que algo
viene a Uds., y lo anotan. Esperan un rato, y lo anotan. Yo lo apunté en una
libreta, simplemente en una libreta. Entonces cuando me llaman, me fijo en
esto y digo: “¿Qué fue esto que apunté?” Así es que ocurre cuando nos llaman
así de repente, Uds. saben.
4 Solía ser que yo… cuando era más joven, yo podía simplemente… mi
mente estaba llena, yo podía pensar esto ahora mismo, no tenía que esperar,
pensaba: “Hace diez días yo estaba en cierto y determinado lugar. Ese es el
texto. Aquí está, y aquí va”.
5 Uds. saben, después de haber recorrido unas cuantas millas, hermano
Higginbotham, y haber cruzado unos cuantos ríos, ya no recordamos igual, a
medida que avanzamos por el camino. Pero como dijo el hermano Neville
hace rato: “Estamos acercándonos más y más a Casa”.
6 Es bueno estar de vuelta en casa. Cuando veníamos de regreso, pues,
estaba nevando mucho. Y hay… escuchamos de los accidentes y demás, tantos
de ellos en la carretera, y gente resultando muerta. Y sólo piensen en cuántos
centenares perderán la vida hoy, entre esta noche y después de Año Nuevo,
¡cuántos americanos morirán! Y saben, algunos de nosotros pudiéramos estar
aquí mismo esta noche. Sólo depende de cuál es nuestra condición hoy delante
de Dios. Es una nación triste, (como dijo este hermano), hay tristeza por todos
lados. Y nuestra bandera ha estado izada, por treinta días, a media asta, y todo
por causa del pecado y de la gente que no quiere aceptar la manera de Dios
para—para—para las cosas.
7 Aunque podamos estar en desacuerdo con una persona, pero si no
podemos hacerlo en una manera hermanable, y entonces… Vean, si Cristo está
en el corazón, entonces no importa cuánto Ud. esté en desacuerdo con el
hombre, aun así Ud. tiene amor y respeto por él. Yo he estado en desacuerdo
con muchos hombres, muchas veces. Sin embargo, jamás he visto uno con
quien estuve en desacuerdo que a la vez no pude pensar: “Lo abrazaré y lo
llamaré de hermano y trataré de ayudarlo lo mejor que pueda”. Yo estoy en
desacuerdo con él porque quizás pienso que al estar en desacuerdo, que él… lo
que él cree, que yo tal vez no crea igual que él, pero… y así por el estilo, pero
ahora, yo quizás trate de proyectar mi punto de vista hacia él y él lo suyo hacia
mí, y así juntarlos, peinarlos y ver lo que tenemos, pero en cuanto a
desacuerdo de esa manera y lo que envuelve, jamás debemos estar enojados o
querer lastimar o destruir algo. Siempre debiéramos intentar ayudar.
8 Tenemos una oleada de frío pasando por aquí, ¿no es cierto? Estaba en
72 [grados Fahrenheit] cuando salí de Tucson, y cuando el sol se puso y se
oscureció, todavía estaba en 69. Así que, entonces al regresar aquí, estoy
temblando, Uds. saben. Yo… Toda esa carretera cubierta de nieve, y bajo
cero, y hielo y de todo, tuve que acostumbrarme a ello otra vez. Es muy raro
cómo uno puede “aclimatarse” así tan rápido. Y desde que me fui de aquí con
Uds., pues casi no he tenido tiempo de cobrar fuerzas. Tengo un… algo como
problema con el seno nasal, debido a este clima de aquí, y a medida que voy
envejeciendo… Y aquí mismo nací y fui criado. Pero fíjense, cuando uno es
joven, uno tiene algo y puede repeler esas cosas; pero cuando va envejeciendo,
pues, uno empieza a darse cuenta que ese “algo” no está allí. Antes uno no le
hacía caso a eso. Uno… hay algo allí que—que sencillamente no repele esas
cosas así como cuando uno era un niño, así que me doy cuenta que de esa
manera… ese clima caluroso para un anciano como yo, como que ayuda un
poquito.
9 Recuerdo viniendo por esa calle Utica allá, (siendo un niño de siete,
ocho, diez, doce, catorce años de edad), sin zapatos puestos (zapatos
deportivos) y estaba a 8 o 10 bajo cero, y con zapatos deportivos, los dedos
saliendo fuera de ellos. Y no… ahora, eso no es como caminando aquí por la
calle, pateando la nieve. No había automóviles corriendo, quizás pasaba una
carreta de caballo de vez en cuando. Caminando allí por ese camino por la
mañana, con un abrigo viejo, sin camisa, y bien abotonado hasta arriba, casi
así como estoy vestido ahorita, y mojado hasta las rodillas, seguía así y no le
hacía caso a eso. Vean, difícilmente me daba un resfriado. Pero eso fue hace
como cuarenta y cinco años. Así que, me he debilitado mucho, he recorrido muchas millas y acumulado mucho en el velocímetro, Uds. saben, así que ya
no tenemos esa fortaleza que teníamos
...