La Doctrina Social De La Iglesia

El primer texto es del papa León XIII. Este lleva como tópico la problemática de la clase obrera. En este texto el Papa dejaba claro que toda su parcialidad se encontraba hacia cada uno de los derechos que se tienen los obreros. El Papa Leon XIII también hablaba en apoyo de la clase media-alta y del derecho a la propiedad privada. A este documento se conoce como la carta de fundación de la democracia cristiana, base sobre la cual se edifica la doctrina social de la iglesia.

La encíclica bíblica “Quadragesimo anno” de el Papa Pío XI, carta dirigida a obispos, sacerdotes, y fieles católicos, establece en que consiste la autoridad de la Iglesia en materia social y económica poniendo claro la relación de la economía y el orden social. En esta el Papa se expresa de manera descalificadora ante los tres sistemas vigentes en el momento: capitalismo, marxismo y totalitarismo. Expone los principios de subsidariedad, las exigencias y condiciones de un salario justo y propone como medio para atacar el problema social la cristianización de la vida económica y ejercicio de la claridad. En esta encíclica, Pío XI, propone la claridad y justicia social como nuevo orden social, realiza una diferenciación entre el comunismo y el socialismo, al igual ataca la acumulación de poder y recursos de algunos.

El próximo documento es un radiomensaje del papa Pío XII en el 1941, durante los inicios de la segunda guerra mundial. Se le llama la Solennitá por ser esta la primera palabra con la que inicia. En este el Sumo Pontífice Pío XII utiliza la Radio Vaticana como ventaja para el apostolado universal pacifico donde resalto la unión, la de, y demás valores ético-cristianos para los cristianos encontrar su paz dentro de un momento de Guerra siendo esto en medio de la Primera Guerra Mundial. Este resalto los frutos de “Rerum Novarum”: la doctrina social católica que exalto el predecesor Pío XI en la primera parte de su Enciclica conmemorativa 2.

El “Mater Et Magistra” fue promulgado por el papa Juan XXIII Con motivo del septuagésimo aniversario del Rerum novarum. El Mater Et Magistra dirigía su mensaje hacia los problemas de desequilibrio en el plano mundial con la pobreza a nivel de naciones. Reafirma la igualdad, equidad y justicia que debe ser exigido a los sectores públicos para combatir las grandes desigualdades de desarrollo sea eliminado. Al igual, enfatiza el derecho de los trabajadores con su derecho a sindicalizarse.

El Papa Juan XXIII llama la atención a ciertas características de la edad, las “muestras de los tiempos” que formarán la base de su análisis y propuestas en este encíclica. La tesis fundamental de esta encíclica es que la paz será solamente una palabra vacía a menos que se base en la orden fundado en verdad, construida según justicia, integrada por la caridad, y puesta en práctica en la libertad. El Papa enlista los derechos humanos básicos entre estos la comida, hogar, salud medica, a la vida entre otros, que son los derechos necesarios para llegar a tener una verdadera paz.

El Papa Pablo VI publicó la encíclica “Gaudium et Spes”, cuando el Concilio Vaticano II terminó en 1965. El documento resume el consejo y da un resumen de las enseñanzas sociales de la Iglesia en un mundo cambiante. Expresa que el mundo ha experimentado un enorme desarrollo y el progreso que ha sorprendido a la humanidad, ademas de que también ha llevado a muchos a preocuparse de las implicaciones sociales de una sociedad que cambia rápidamente como los avances en la tecnología y el poder amenazan personas. Nunca antes ha habido tanta riqueza simultánea con tanto hambre y la pobreza. Gaudium et Spes señaló que los cambios económicos, científicos y políticos están sucediendo tan rápidamente que es difícil mantenerse al día con sus efectos en la sociedad Si bien estos avances han traído a muchas personas a Dios , otros han abandonado la fe detrás .En esos tiempos de transformación, el Concilio Vaticano II trató de aclarar el papel de la iglesia en el mundo girando a la Escritura en las enseñanzas sociales de la Iglesia. La encíclica hace hincapié en la dignidad de cada ser humano como creado a imagen de Dios, que viene de su llamado a la comunión con Dios.

Populorum Progressio, dado a conocer en medio de los finales de 1960, expresa las preocupaciones del Papa Pablo VI en relación a la creciente desigualdad mundial y la prevalencia de la pobreza extrema en el mundo que le vino a la luz por sus propios viajes a América Latina y Europa. Vincula principios básicos del cristianismo con los imperativos morales creados por la desigual distribución de los recursos materiales. Además, la encíclica condena la inestabilidad política y los conflictos sociales que a menudo fluyen de tales arreglos radicalmente injustos. El informe elogia a aquellos que tratan de corregir la desigualdad, Populorum Progressio argumenta que las empresas individuales no son suficientes para hacer frente a la injusticia

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