La Fe De Abraham Y La Fe De Los Cristianos:
Enviado por Alf54 • 2 de Diciembre de 2013 • 776 Palabras (4 Páginas) • 294 Visitas
ULTREYA 10 DE SETIEMBRE DE 2012
La Fe de Abraham y la Fe de los Cristianos:
El padre de la fe, El hombre de la obediencia que salió de su tierra. No obstante tener una vida entrada en años y la esterilidad de su esposa Sara, sin saber a dónde iba, no duda de la promesa de Dios “Abraham, vete de tu tierra de tu patria y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostrare. De ti haré una nación grande y te bendeciré. Engrandeceré tu nombre; y se tú, una bendición” Obediencia de fe y amor, en aquella promesa y “espera contra toda esperanza” Intervención de Dios en la vida Abraham, que le lleva al éxodo, una ruptura un salto existencial. El es modelo de la fe, vive ama y espera aunque la evidencia inmediata sea contraria. Sirve y obra, aunque no vea la compensación divina de sus obras. Para él era suficiente la promesa del Señor y eso bastaba.
También nosotros somos herederos de esas promesas, somos los cristianos, unidos a Cristo y hechos uno en Él, por el bautismo (Gál. 3, 26-29). Pero no somos herederos de las promesas de una manera mágica o automática, es necesario que imitemos la actitud de fe de Abraham: una fe que acepta la palabra de Dios, que se somete y acepta sus planes, aunque sean misteriosos y descon¬certantes y de ese modo acoge a Dios mismo y su salvación (cfr. también Heb. 11,8-19).
La fe del cristiano es la aceptación de la Palabra de Dios, escuchada en la comunidad creyente, como palabra salvadora" (A. Bentué).
En el mundo de hoy, la fe, es incomprendida, cuestionada y en el lenguaje común, "creer" es no saber, o un saber aproximado, reduciendo la fe a un sentimiento religioso. Para el cristiano la fe es un don en su inicio, en su camino y en su fin, que exige de nosotros perseverar en la palabra revelada a través de la oración, los sacramentos y la aceptación de Dios en Cristo. Revelación que ha llegado al hombre. Misterio de encuentro con Dios, que nos lleva a creer, libremente por la gracia del Espíritu Santo.
Pablo, partiendo del ejemplo del patriarca, muestra una realidad extraordinaria: también a nosotros nos será acreditada la fe en Cristo Nuestro Señor. Así como Abraham se hizo fuerte en la fe al creer que Dios es capaz de cumplir lo que promete, de igual modo nosotros nos hacemos fuertes en la fe, si confiamos sin dudar en la promesa del Señor. “Ten ánimo, sé valiente, espera en el Señor”.
En la convicción de fe en Cristo resucitado, el cristiano encuentra la razón de vivir y el significado de su misión en la vida terrenal. Sólo por la fe puede esperar contra toda esperanza y ninguna adversidad de esta vida lo hará sucumbir. Aun cuando nos sintamos desalentados e indignos de su confianza, el Dios del Amor nos, manifiesta que sigue amándonos.
San Pablo nos describe la fe, como un volverse al Dios vivo y verdadero (1Tes
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