La Fe De Los Creyentes

La gran fe de los creyentes

La fe que tuvo Abraham fue una fe verdadera que resistió, confió, creyó, obedeció, se fortaleció y dio gloria a Dios, esa es la clase de fe que convierte en hijos de Dios a los que creen en Él.

Si la salvación, la justificación y la justicia provistas por Dios son resultado de la obediencia perfecta a la ley, nadie sería salvo por que nadie la ha obedecido a la perfección, pero como se producen mediante la fe por gracia, entonces todos pueden ser salvos si se vuelven a Dios perdona con misericordia los pecados e imparte gracia divina para regenerar la vida del creyente y hacerlo hijos de Dios.

Los creyentes son salvos solo por la fe mediante la gracia. Pero deben notarse dos verdades bíblicas acerca de la naturaleza que salva, aunque se es salvo solo por la fe, la fe salva no está sola. Santiago declara que la fe sin obras es muerta (Sant 2: 14-26) pablo dice que esta es la fe que obra por el amor (Gal 5:6) La fe que salva es tan vital que no puede evitar las expresiones de amor y obediencia al salvador y el servicio a los demás. La fe que simplemente confía en que Dios perdona los pecados pero no incluye el sincero arrepentimiento y la entrega a Cristo como Señor no a la medida de la fe salvadora del Nuevo Testamento.

Es anti bíblico hacer hincapié en la fe y al mismo tiempo hacer caso omiso del panorama más amplio de la salvación. La salvación por la fe incluye no solo el ser salvo para tener comunión con Dios el ser salvo para tener comunión con

Dios para ser santo y para hacer buenas obras se debe tener cuidado de no describir la justificación diciendo que viene por la transferencia al creyente de la observancia de Cristo a la ley del Antiguo Testamento si viniera por una observancia de la ley, entonces no sería la misma clase de fe que tuvo Abram, y la salvación se alcanzaría por el mérito en vez de la gracia. Pablo declara enfáticamente que la justificación y la justicia no vienen mediante ley sino por la misericordia, la gracia el amor y el Perdón de Dios, y que Dios en su firme confianza y constante seguridad en Dios y que sus promesas se toma en cuenta como justicia por la misericordia y la gracia de Dios.

La justificación no existe por la vida, la presencia y la gracia de Jesucristo operando en la vida del creyente. La justificación no es un acto judicial aislado en el pecado, sino que se perpetúa en comunión por el Señor Jesucristo.

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