La Fe y la Mentira
Enviado por Maria Abreu • 9 de Julio de 2016 • Ensayo • 2.644 Palabras (11 Páginas) • 264 Visitas
Grace School of Theology
LA FE Y LA MENTIRA
Trabajo presentado a
Dr. Alvin Thompson, Ph.D.
en cumplimiento parcial de los requisitos de
OT-514 S Libros Históricos
por
María Abréu Martínez
12 de Mayo de 2016
Tabla de Contenido
Panorama histórico en el libro de Josué 2
Rahab recibe y esconde a los espías 3
Pacto de Rahab con los espías 4
Cómo se justifica la mentira de Rahab 5
Rahab en la genealogía de Cristo 7
Conclusión.
Bibliografía 0
Introducción
El libro de Josué es el sexto del Antiguo Testamento y el primero de un grupo de libros llamados “Los Profetas Anteriores”. Colectivamente, estos libros describen los avances del reino de Dios en la tierra prometida hasta la cautividad babilónica, un período de unos novecientos años. Josué relata la entrada de Israel a Canaán por medio de la conquista, la división y el asentamiento en la tierra prometida.[1]
En el libro de Josué encontramos la historia de Rahab en el libro de Josué la cual se ha ventilado siempre desde el punto de vista de la fe ganándose el afecto del lector por haber contribuido en el encubrimiento de los espías enviados por Josué para reconocer la ciudad de Jericó.
El enemigo de las almas engaña al mundo haciéndoles creer que Dios no es lo suficientemente nuevo para transformar un corazón y restaurar una vida tan solamente con la fe, que no es posible perdonar cualquier pecado que el ser humano cometa.
En este trabajo investigación se abordará el tema desde el punto de vista de las acciones que Rahab realizó para ayudar a los espías, cómo se puede interpretar esas acciones a raíz del pacto que fue hecho entre ella y los Israelitas, por qué razón formó parte en la genealogía del Mesías y finalmente por qué fue nombrada en el listado de los héroes de la fé en Hebreos 11.
Panorama histórico en el libro de Josué
El libro de Josué relata los sucesos de la historia de Israel ocurridos durante el siglo XIII a. de J.C. Al parecer durante el período 1224–1204 a. de J.C. los hebreos ya se encontraban en Canaán, aunque no existen acuerdos precisos sobre las fechas. Lo que se puede afirmar, sin lugar a muchas dudas, es que durante la segunda mitad del siglo XIII los hebreos fueron parte de un movimiento poblacional que fue generalizado en esta parte del Medio Oriente como consecuencia de la crisis de los imperios antes mencionada.
Las características de este período son:
(1) Inestabilidad política debido a la irrupción de nuevos pueblos en territorios caracterizados por la estructuración de la sociedad alrededor del modelo de ciudades y sistemas tributarios. Este modelo entra en crisis debido a levantamientos de sectores sociales marginados de la ciudad y que principalmente se concentraban en las labores agrícolas. Canaán se encuentra dividida por querellas internas entre los reyes de pequeñas ciudades y azotada por la explotación de los egipcios que, a su vez, entran en una crisis irreversible para el imperio.
(2) Auge del hierro, que es comercializado por vez primera por los hititas. El uso de este metal se va generalizando para la elaboración de armas que permitirá, a quienes las utilizan, imponerse sobre los otros pueblos. Una nueva época va a comenzar en la historia, la edad del hierro.[2]
Rahab recibe y esconde a los dos espías
Los dos espías fueron despachados por Josué con el fin de reconocer la tierra de Canaán, especialmente los alrededores de Jericó, porque para lograr el propósito de sitiar el lugar, era indispensable tener un informe exacto de su ubicación, sus principales accesos, las características y los recursos de quienes la habitaban. Jericó era una ciudad bien fortificada, era la llave del paso desde el oriente por la quebrada, llamada hoy Wady‐Kelt, al interior de la Palestina.
Los espías entraron en casa de una mujer ramera llamada Rahab y posaron allí. Josué 2:2. “La casa de Rahab era un lugar perfecto para que los espías se escondieran, debido al gran tráfico de personas. Como era una casa pública, la gente entraba y salía. Dios los había dirigido a la casa de la única persona en Jericó que creía en Él.”[3] Entonces el rey fue advertido de la presencia de estos hombres por lo cual envió mensajeros a Rahab diciendo: “ Saca a los hombres que han venido a ti, y han entrado en tu casa, porque han venido para espiar toda la tierra”. (Jo 2:3)
El rey de Jericó fue advertido 2, 3. fué dado aviso al rey de Jericó—por los centinelas, que en tal amenaza de invasión serían apostados en la frontera oriental, y cuyo deber los obligaría a dar estrictos informes al cuartel general sobre la llegada de todo extranjero. 4, 5. Mas la mujer había tomado los dos hombres, y los había escondido—literalmente “lo”, i. e., a cada uno de ellos en lugares por separado, antes de la llegada de los mensajeros reales, y en previsión de una rápida búsqueda de sus visitantes. En conformidad con los modales orientales, que atribuyen un respeto casi supersticioso al departamento de la mujer, los mensajeros no pidieron entrada para buscarlos, mas le pidieron a ella que los sacara fuera. 6. ella los había hecho subir al terrado, y habíalos escondido entre tascos de lino—El lino y otros productos vegetales, en cierta época se extienden sobra los techos planos de las casas orientales para secarse al sol; y, después de algún tiempo es amontonado en pequeñas parvas, que, por el lozano crecimiento del lino, se elevan como a un metro de altura. Tras algunas de estas parvas Rahab escondió a los espías.[4]
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