La Iglesia Y Los Jovenes
Enviado por johischeerful • 12 de Julio de 2012 • 908 Palabras (4 Páginas) • 644 Visitas
Iglesia y Juventud
Por Darío Silva-Silva
El reto mas dramático para el liderazgo de la iglesia cristiana es descifrar los gustos y necesidades de las nuevas generaciones. En ese orden de ideas, la música debería ser prioritaria. Veamos:
Este arte ha producido estragos en la juventud sin ninguna duda. Lo que comenzó con Elvis Presley llegó a su punto culminante cuando los Beatles entraron en contacto con un famoso gurú y rompieron todas las pautas occidentales de comportamiento. Ahora bien, en materia de música popular, el finalizado siglo XX estuvo signado en Latinoamérica por el tango y la canción ranchera hasta la Segunda Guerra Mundial. En la postguerra tomó fuerza el bolero; a mitad de centuria se produce la insurgencia continental del rock que da origen a la llamada nueva ola, originalmente hispana; en los 60’s desaparecen del todo las fronteras y la cultura Beatle se impone artificialmente sobre la vernácula hasta nuestros días, cuando toda la música popular es una mezcla.
Frente a este fenómeno, la Iglesia Evangélica cometió el error de satanizar los ritmos modernos por el hecho de serlo, confundiendo el continente con el contenido. El esencialismo dice que lo bueno o malo no es el estilo musical, sino el mensaje; y, por eso, hay rock cristiano, pop cristiano, rap cristiano, etc. pese a las condenas de falsos fundamentalistas que obligan a los jóvenes a buscar canales para su natural energía por fuera de una iglesia que los rechaza por razones artísticas. ¿Será válida tal postura en plena postmodernidad?
Es absurdo envejecer a los jóvenes, como algunos pretenden. Hay iglesias en las cuales las nuevas generaciones son metidas en camisas de fuerza, bajo la pretensión dictatorial y preterizante de que actúen como lo hacen sus mayores. Convendría a quienes cometen tal arbitrariedad repasar las Sagradas Escrituras:
Alégrate, joven, en tu juventud; deja que tu corazón disfrute de la adolescencia. Sigue los impulsos de tu corazón y responde al estímulo de tus ojos, pero toma en cuenta que Dios te juzgará por todo esto. Aleja de tu corazón el enojo, y echa fuera de tu ser la maldad, porque confiar en la juventud y en la flor de la vida es un absurdo.
Eclesiastés 11:9-10.
La juventud, por ser la primavera de la vida, es una etapa fugaz, que el hombre debe disfrutar al máximo, sanamente. Como lo dijera en forma bella Rubén Darío, el más grande poeta amerindio:
Juventud, divino tesoro,
que te vas para no volver;
cuando quiero llorar, no lloro,
y a veces lloro sin querer.
Cuando Jesús irrumpió al templo de Jerusalén, armado de un perrero para expulsar a los comerciantes religiosos, los fariseos se escandalizaron de las eufóricas manifestaciones juveniles que lo respaldaban; pero el Señor los exhortó, precisamente, a aprender de los muchachos la forma esencialista de alabanza a Dios.
Rejuvenecer
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