La lealtad de los siervos de Dios
Enviado por chaq • 19 de Junio de 2014 • Trabajo • 704 Palabras (3 Páginas) • 390 Visitas
Hoy también se está poniendo a prueba la lealtad de los siervos de Dios. La Biblia advierte
6.
Aunque cada uno puede evaluar su propia labor como mayordomo, no es sabio compararse con otros. La Biblia nos aconseja: “Que cada uno pruebe lo que su propia obra es, y entonces tendrá causa para alborozarse respecto de sí mismo solo, y no en comparación con la otra persona” (Gál. 6:4). En vez de comparar lo que hacemos con lo que otros hacen, debemos centrarnos en lo que personalmente podemos hacer. De ese modo ni nos hincharemos de orgullo ni nos desanimaremos. Al evaluarnos, tenemos que reconocer que las circunstancias cambian. Puede que la mala salud, la vejez o las obligaciones no nos permitan rendir tanto como antes. O quizás podamos dar más de lo que estamos dando. En este último caso, ¿por qué no tratar de intensificar nuestro servicio?
7.
Sobre la base del sacrificio redentor de Cristo, Jehová ha declarado justos como hijos a sus ungidos y justos como amigos a las otras ovejas. Sin embargo, mientras cualquiera de nosotros siga vivo en la Tierra en este sistema de cosas, sin duda surgirán diferencias personales (Rom. 5:9; Sant. 2:23). De otro modo no hubiera sido necesario el consejo inspirado de que los cristianos sigan “soportándose unos a otros”. ¿Cómo alcanzamos, pues, la unidad con nuestros hermanos en la fe? Necesitamos cultivar “completa humildad mental y apacibilidad”. Además, Pablo nos anima a hacer todo lo posible “por observar la unidad del espíritu en el vínculo unidor de la paz” (léase Efesios 4:1-3). Para aplicar este consejo hay que dejarse guiar por el espíritu de Dios y permitir que produzca su fruto en nosotros. En contraste con las divisivas obras de la carne, el fruto del espíritu lima cualquier desavenencia que pueda surgir.
8.
El apóstol Pablo dejó atrás muchas oportunidades cuando se hizo cristiano (Fili. 3:4-6). ¿Alguna vez se arrepintió de haberlo hecho? Él mismo responde: “Cuantas cosas eran para mí ganancias, estas las he considerado pérdida a causa del Cristo. Pues [...] considero también que todas las cosas son pérdida a causa del sobresaliente valor del conocimiento de Cristo Jesús mi Señor. Por motivo de él he sufrido la pérdida de todas las cosas y las considero como un montón de basura, a fin de ganar a Cristo” (Fili. 3:7, 8). Tal como nadie añora una bolsa de basura que ha tirado al contenedor, Pablo nunca se arrepintió de haber desechado lo que el mundo le ofrecía. Para él, ya no tenía ningún valor.
9.
(Léase 1 Tesalonicenses 5:4-8.) En estos versículos, el apóstol Pablo anima a los cristianos a no seguir durmiendo como los demás. Una manera en que esto nos podría suceder sería pasando por alto las normas morales de Jehová. Otra forma de dormirnos sería desoyendo las advertencias de que se aproxima la destrucción de las personas desobedientes de este
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