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La situación del problema de Dios en nuestra cultura: problemática y retos actuales.


Enviado por   •  10 de Noviembre de 2015  •  Trabajo  •  1.829 Palabras (8 Páginas)  •  203 Visitas

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1. Explica la situación del problema de Dios en nuestra cultura: problemática y retos actuales.

El cristianismo en su origen nace de una experiencia, del encuentro de Jesucristo vivo y resucitado. El hombre de hoy día generalmente no se preocupa por los temas relacionados con la religión. Algunos grupos si se plantean cuestiones de tipo religioso sobre temas como si existe Dios, si es un Dios personal o si se revela al hombre. Desde antiguo el hombre descubre a Dios en la naturaleza, hoy vivimos la experiencia de la ausencia de Dios en el mundo, de su silencio..., no somos capaces de percibirle en el mundo. Esas experiencias parecen de otras épocas y Dios guarda silencio y espera ante la presunción humana. Si esto ocurre ante la existencia de Dios, antes la existencia de un Dios Trino unos lo rechazan, para otros es pura idea objetiva y otros ni se paran a considerarlo. Estas posturas críticas confirman que la reflexión sobre Dios trinidad es el mayor desafío cristiano actual. El Dios trinitario a pesar de estar presente en la vida cristiana, en nuestro día a día en las distintas oraciones o rezos, sabemos de la existencia de un Dios trinitario, pero sin embargo vivimos como si no existiera, hablamos más de un Dios creador, omnipotente… que de un Dios uno y trino. A la hora de cuestionarnos el Misterio, pensamos más en Jesús o María. La trinidad hoy día ha perdido su significado para los cristianos. Más que querer comprender a Dios, debemos dejarnos empapar por él. Éste es uno de los mayores retos, llegar a saber que Dios es Trinidad, y comprender el por qué lo es.

En el Renacimiento comienza un proceso de secularización, proceso por el cual la Iglesia y el mundo se empiezan a separar. La sociedad secularizada cambia muchos aspectos, entre ellos la relación del hombre con el mundo y con Dios. Antes el mundo era creación de Dios, ahora es el espacio donde el hombre se desarrolla. Con este proceso de secularización, la Iglesia y el mundo se empiezan a separar. En la cristiandad Dios es el centro del mundo, mientras que en el Renacimiento el lugar de Dios lo ocupa el Hombre. Esto se conoce como un cambio de época del teocentrismo al antropocentrismo. El mundo es creado por Dios y el hombre recibe el mandato de servirse de él y dominarlo, quizás mejor reconducirlo, para llegar ambos a Dios, que es su principio y su fin. Este antropocentrismo se acentúa en la filosofía desde s. XVII hasta s. XX. Se da la primacía al hombre y se converge en una introspección hacia el propio yo autoconsciente y quedan en segundo término el mundo y Dios. En un recorrido por los filósofos de estos siglos, se constata que al final del proceso hay una pérdida de realidad en Dios y en el mundo y una divinización del hombre. Este Dios no es aceptado por el neopositivismo, lo considera absurdo porque para ellos sólo es comprensible aquello que se verifica por la experiencia sensible. A Dios, uno y trino no se le puede conocer así, les resulta imposible, y la solución es negar su existencia.

Un reto interesante es mantener la asignatura de Religión en la escuela acabando así con la privatización de la fe, proclamada por las derechas y las izquierdas sociales y políticas, cuando afirman que las creencias religiosas y la misma ética fundamentada en aquellas, son algo sólo para la conciencia individual y privada, ya que, en una sociedad plural, aconfesional, democrática y secularizada, la fe no tiene que manifestarse en lo público.

Somos religiosos y necesitamos una reflexión personal y común de lo que somos. Las personas no tenemos religión, somos religión. Cuando el hombre busca a Dios lo llamamos Religión, mientras cuando Dios nos busca a nosotros lo llamamos Revelación. Debemos entender qué es el propio Dios el que se nos revela, sin necesidad de buscarlo, Él se entregó por nosotros. Ciertamente, la gente no sabe que el encuentro con Dios implica siempre un encuentro con las tres divinas personas; pero una vez descubierta esta verdad, siempre podemos decir que toda experiencia auténtica de Dios significa realmente una experiencia del Dios trinitario

2. Explica cómo Dios se ha ido revelando en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento como un Dios Trinitario.

 En el Antiguo Testamento se pueden interpretar mediaciones como preparación para una manifestación más explícita de la revelación del Dios Trinidad en el Nuevo Testamento. Se percibe la Trinidad de una manera indirecta.

Dios se da a conocer en el Antiguo Testamento como el Dios de la Alianza, la que establece con Israel. La Alianza es un pacto de amor de predilección. Este Dios es el Dios creador de todo, el Dios de todos los hombres y pueblos. El Antiguo Testamento usa poco la idea de la paternidad de Dios con su pueblo. o con la creación, más bien la relaciona con la predilección que Dios le muestra a su pueblo en la salida de Egipto y en su historia. En el Éxodo, salmos y profetas aparece Israel como hijo, o como primogénito de Dios.

Aquí observamos algunos ejemplos:

Dios dijo a Moisés: “Yo soy el que soy” (Ex 3,14-15).

 Este ser único de Dios lo recoge Isaías: “Antes de mí no fue formado otro Dios, ni después de mí lo habrá. Yo, yo soy Yahvé y fuera de mí no hay salvador”, Is 43,10-11.

En el Nuevo Testamento tenemos la revelación de la santísima Trinidad. La clave del Nuevo Testamento es que Jesucristo que es el mismo Dios, revela su relación con el Padre y con el Espíritu. Este Dios de Israel, se da en el Nuevo Testamento como ya conocido a través del Antiguo Testamento y es revelado por Jesús como el Padre. Es el Dios que envía a Jesús y se identifica con el único Dios de Israel.

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