Las Cinco vías Para La Demostración De La Existencia De Dios De Tomás Aquino
Enviado por Soff189 • 11 de Noviembre de 2013 • 1.614 Palabras (7 Páginas) • 489 Visitas
Las cinco vías para la demostración de la existencia de Dios,
de Santo Tomás de Aquino
Primera vía: El movimiento como actuación del móvil: Es cierto y consta por el sentido que en este mundo algunas cosas son movidas. Pero todo lo que es movido es movido por otro. Por tanto, si lo que mueve es movido a su vez, ha de ser movido por otro, y este por otro. Mas así no se puede proceder hasta el infinito… Luego es necesario llegar a un primer motor que no es movido por nada; y éste todos entienden que es Dios.
Segunda vía: Experiencia de un orden de causas eficientes: Vemos que en este mundo sensible existe un orden de causas eficientes; pero no vemos ni es posible que algo sea causa eficiente de sí mismo, porque de lo contrario sería anterior a sí mismo, lo cual es imposible. Ahora bien, no es posible que en el orden de causas eficientes se proceda hasta el infinito… Luego es necesario suponer una causa eficiente primera, que todos llaman Dios.
Tercera vía: La contingencia o limitación en el existir: Nos encontramos con cosas que tienen posibilidad de existir y de dejar de existir, pues algunas se engendran y se corrompen. Ahora bien, lo que tiene posibilidad de no existir alguna vez no existe. De ahí que si todas las cosas tuviesen esa posibilidad de no existir, alguna vez no habría existido nada, y por consiguiente ahora tampoco, pues de la nada no procede nada. Pero dado que ahora existe algo, es que no todas las cosas tienen posibilidad de existir y de no existir, que algo ha de ser necesario, y esto, en última instancia, es Dios.
Cuarta vía: Diversos grados de perfección en las cosas: Encontramos en este mundo cosas más o menos buenas, más o menos verdaderas, más o menos nobles, y otras cualidades así. Ahora bien, el más y el menos se dicen de cosas diversas según la diversa aproximación a lo que es máximo en ese orden. Por eso ha de haber algo que sea óptimo, nobilísimo, máximamente verdadero y, por consiguiente, máximo ser. Y como lo que es máximo en un género es causa de todo lo que se contiene bajo ese género, ha de haber un máximo ser causa de la bondad, de la verdad, de la nobleza y de las demás cualidades por el estilo; y este es Dios.
Quinta vía: El gobierno de las cosas: Vemos que algunas cosas que carecen de conocimiento, esto es, los cuerpos naturales, obran con intención de fin… Ahora bien, las cosas que no tienen conocimiento no tienden a un fin si no son dirigidas por algún cognoscente e inteligente. Luego existe algún ser inteligente que dirige todas las cosas naturales a un fin; que es lo que llamamos Dios.
Las cinco vías tomistas
Santo Tomás de Aquino
Tomás de Aquino nació en 1225 en el castillo de Roccasecca, cerca de Aquino, en la provincia de Nápoles y fué iniciado en la Filosofía en la Universidad napolitana por los maestros Martín y Pedro de Hibernia. En 1244 entró en la Orden de Santo Domingo, fué después durante largos años discípulo de Alberto Magno y en 1252 comenzó en la Universidad de París su carrera académica siguiendo los cursos necesarios para obtener el grado de maestro en Teología. De 1256 a 1259 enseñó en la Universidad de París y después volvió a Italia, donde actuó como profesor de Teología, parte en la corte pontificia en Orvieto y Viterbo, parte en la escuela de su orden en Roma. Nuevamente fué llamado a la Universidad de París en el año 1268 y allí desarrolló una gran actividad en escritos y controversias hasta el año 1272, en el cual marchó como profesor a la Universidad de Nápoles. Tomás de Aquino murió el 7 de marzo de 1274, en Fossanova, donde la enfermedad le hizo detenerse cuando iba al segundo concilio general de Lyon, al cual había sido convocado personalmente por Gregorio X. En unos veinte años, además de dedicarse con éxito admirable a la enseñanza, mostró como escritor una asombrosa fecundidad que se manifiesta en una producción literaria de altísimo valor.
http://arvo.net/historia-de-la-filosofia-medie/historia-de-la-filosofia-medie/gmx-niv560-con12028.htm
Tomás conversa con su hermana Marotta:
—Muchas jóvenes tratan de pare cer bellas por fuera y, al intentarlo, re nuncian a serlo por dentro (...)
Ella sacudió la cabeza dudosa.
—“Ser monja supone buscar la santi dad, y hay que tener muchas virtudes para ser santo”.
—“Es exactamente al revés, Marotta, —dijo Tomás muy serio —. Ser santo es amar mucho. Las virtudes sólo son consecuencia de ese amor”.
Tomás dialoga con un alumno que se siente perplejo:
—“Maestro; ¿Cómo podemos saber qué es la verdad? Conozco a un hombre que duda de todo.
—“Es imposible. No podéis conocer a un hombre así. Un hombre que du dase de todo tendría que dudar también de que duda de todo. Tendría que dudar hasta de su propia existencia, lo que no le permitiría dudar... Y ten dría que admitir que su vida es una constante contradicción,
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