Las Crusadas
Enviado por 222222111 • 15 de Diciembre de 2014 • 1.666 Palabras (7 Páginas) • 367 Visitas
Las Cruzadas fueron una serie de campañas militares impulsadas por el papado y llevadas a cabo por gran parte de la Europa latina cristiana, principalmente por la Francia de los Capetos y el Sacro Imperio Romano. Las cruzadas, con el objetivo específico inicial de restablecer el control cristiano sobre Tierra Santa, se libraron durante un período de casi doscientos años, entre 1095 y 1291. Más tarde, otras campañas en España y Europa Oriental, de las que algunas no vieron su final hasta el siglo XV, recibieron la misma calificación. Las cruzadas fueron sostenidas principalmente contra los musulmanes, aunque también contra los eslavos paganos, judíos, cristianos ortodoxos griegos y rusos, mongoles, cátaros, husitas, valdenses, prusianos y, principalmente, contra los enemigos políticos de los papas. Los cruzados tomaron votos y se les concedió la penitencia por los pecados del pasado, a menudo llamada indulgencia.
Índice [ocultar]
1 Sobre los motivos
2 Sobre el término
3 Antecedentes
4 Primera Cruzada
4.1 El paso de los cruzados por el Reino de Hungría
4.2 La Cruzada de los Príncipes
5 Segunda Cruzada
6 Tercera Cruzada
7 Cuarta Cruzada
8 Las cruzadas menores
8.1 Quinta Cruzada
8.2 Sexta Cruzada
8.3 Séptima Cruzada
8.4 Octava Cruzada
9 Guerras con la calificación de Cruzada en territorio europeo
9.1 Las cruzadas bálticas
9.2 Cruzada contra los albigenses
9.3 Cruzada Aragonesa
9.4 Cruzadas en la Reconquista española
9.5 La cruzada de Segismundo de Hungría
9.6 Cruzada de Juan Hunyadi, regente de Hungría
10 Véase también
11 Notas y referencias
12 Bibliografía
13 Enlaces externos
Sobre los motivos[editar]
Caballeros de la quinta cruzada llegan al fuerte de Damieta.
Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas en cumplimiento de un solemne voto para liberar los Lugares Santos de la dominación musulmana. Se iniciaron en 1095, cuando el emperador bizantino Alejo I solicitó protección para los cristianos de oriente al papa Urbano II, quien en el concilio de Clermont inició la predicación de la cruzada. Al terminar su alocución con la frase del Evangelio «renuncia a ti mismo, toma tu cruz, y sígueme» (Mateo 16:24), la multitud, entusiasmada, manifestó ruidosamente su aprobación con el grito Deus le volt, Dios lo quiere.1 2
Posiblemente, las motivaciones de quienes participaban en ellas fueron muy diversas, aunque en muchos casos se puede suponer también un verdadero fervor religioso. Se arguye, por ejemplo, que fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con Asia y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente, aunque se declararan con principio y objeto de recuperar Tierra Santa para los peregrinos, de los cuales los turcos selyúcidas, una vez conquistada Jerusalén, abusaban sin piedad, a diferencia de los sarracenos, que trataban a los cristianos con más respeto.[cita requerida]
Sobre el término[editar]
El origen de la palabra se remonta a la cruz hecha de tela y usada como insignia en la ropa exterior de los que tomaron parte en esas iniciativas.[cita requerida]
Escritores medievales utilizan los términos crux (pro cruce transmarina, Estatuto de 1284, citado por Du Cange (s.v. crux), croisement (Joinville), croiserie (Monstrelet), etc. Desde la Edad Media, el significado de la palabra cruzada se extendió para incluir a todas las guerras emprendidas en cumplimiento de un voto y dirigidas contra infieles, p. ej. contra musulmanes, paganos, herejes, o aquellos bajo edicto de excomunión.
Las guerras que desde el siglo VIII mantuvieron los reinos cristianos del norte de la península ibérica contra el musulmán Califato de Córdoba y que la historiografía conoce como Reconquista, continuaron de forma igualmente discontinua desde el siglo XI contra los reinos de taifas, los almorávides y los almohades. En algunas ocasiones, el Papa les otorgó la calificación de «cruzada», como sucedió con la batalla de Las Navas de Tolosa (1212) o con el episodio final de la Reconquista: la Guerra de Granada (1482-1492). En el norte de Europa se organizaron cruzadas contra los prusianos y lituanos. El exterminio de la herejía albigense se debió a una cruzada y, en el siglo XIII, los papas predicaron cruzadas contra Juan Sin Tierra y Federico II Hohenstaufen.
Pero la literatura moderna ha abusado de la palabra aplicándola a todas las guerras de carácter religioso, como, por ejemplo, la expedición de Heraclio contra los persas en el siglo VII y la conquista de Sajonia por Carlomagno. Nuevamente resonó dicho término durante la primera mitad del siglo XX, utilizado por las potencias del Eje o de su círculo de influencia: la Guerra Civil Española o la invasión alemana de la URSS, recibieron tal calificativo por parte de la propaganda oficial.
Sin embargo, utilizada con un criterio estricto, la idea de la cruzada corresponde a una concepción política que se dio sólo en la Cristiandad del siglo XI al XV; suponía una unión de todos los pueblos y soberanos bajo la dirección de los papas. Todas las cruzadas se anunciaron por la predicación. Después de pronunciar un voto solemne, cada guerrero recibía una cruz de las manos del Papa o de su legado, y era desde ese momento considerado como un soldado de la Iglesia.
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