Las dimensiones de la religión

Las dimensiones de la religión

1. Dimensión práctica o ritual- se refiere a las prácticas como la prédica, la oración, etc. Esto se da mayormente en las religiones de carácter sacramental, por ejemplo el servicio religioso cristiano ortodoxo oriental, que es muy largo y elaborado. De igual forma la tradición judía antes del 70 d. C. tenía sus prácticas rituales en el Templo, con el sacrificio de animales. Además tenemos los rituales de sacrificio dentro de las formas brahmánicas y de la tradición hindú. Dentro de esta dimensión podemos incluir otras prácticas, que aunque no son rituales tienen una función similar;

a. El yoga- en las tradiciones budistas e hindúes.

b. Métodos para acallar el yo- del misticismo ortodoxo oriental

c. Meditación- incrementan la compasión y el amor.

2. Dimensión experiencial y emocional- el desarrollo de las tradiciones religiosas parte de una experiencia. Por ejemplo las visiones de Mahoma, la iluminación de Buda, la conversión de Pablo. Son estas emociones o experiencias las que nutren las demás dimensiones de la religión. Sin estas emociones;

a. El ritual es frío pues está carente de sentimientos.

b. La doctrina, en las que no se manifiesta temor reverencial o compasión

resultan aburridas.

c. Los mitos que no conmueven a sus oyentes resultan débiles.

Para comprender una tradición religiosa hay que intentar introducirse en los sentimientos que ésta genera;

a. temor reverencial sagrado

b. paz sosegada

c. conmovedor dinamismo interno

d. percepción de un brillante vacío interior

e. efusión de amor

f. sensaciones de esperanza

g. agradecimiento por los favores recibidos

Esta es una de las razones por lo que la música es tan importante en la religión pues engendra y expresa emociones. De aquí surge que Rudolf Otto (1869- 1937-) usando el término romano “numinoso” que se refería a los espíritus que rodeaban todo; humanidad, arroyos, curso de agua, bosques, montañas, viviendas, defina esta experiencia como MYSTERIUM TREMENDUM ET FASCINANS. Esta definición se refiere a algo misterioso que te atrae hacía ti, pero que, al mismo tiempo implica miedo cargado de temor reverencial.

3. Dimensión narrativa o mítica- el aspecto narrativo de la religión se refiere a la transmisión de historias vitales de las religiones, algunas son históricas, otras tratan sobre el misterio del origen del mundo, otras relatan los acontecimientos que sucederán al final de los tiempos, hablan sobre héroes y santos, sobre los



grandes fundadores; Mahoma, Buda, Jesús o Moisés. Se presenta en forma de parábolas o cuentos edificantes. Algunas de estas historias se les denomina mitos, aunque el mito no significa por necesidad algo falso. Los relatos de una religión pueden o no estar enraizados en la historia. Los relatos de la creación y la llegada del sufrimiento son anteriores a la historia y se presentan en forma de mitos. Otras veces se habla de hechos históricos como son la vida del profeta Mahoma, la ejecución de Jesús o la iluminación de Buda. Para el estudioso el mito es algo secundario, pero para el creyente es historia. Muchas religiones consideran sus documentos escritos, que surgen de la tradición oral, como escrituras verídicas. Se les consideran textos canónicos, pues han sido inspirados directamente por Dios o como registros de las palabras del Fundador. A estos escritos se les concede una gran autoridad que contienen historias y mitos con una garantía divina. Existen también otros escritos; documentos y tradiciones orales como puede ser vidas de santos, crónicas de Ceilán como nación budista, etc. que aunque tiene autoridad menor sirven de inspiración a los fieles. En la práctica religiosa se da la unión entre el relato y el ritual.

4. Dimensión doctrinal y filosófica- consiste en el apuntalamiento de la dimensión narrativa. Por ejemplo, en la tradición cristiana el relato de la vida de Jesús y el ritual de la comunión dan lugar a un intento por proporcionar un análisis de la naturaleza del Ser Divino que permita preservar la idea de la encarnación, como la creencia en un único Dios. De aquí surge la doctrina de la Santísima Trinidad, que considera a Dios como tres personas en una única sustancia. De igual forma, cuando el cristianismo primitivo se encuentra con la herencia intelectual y filosófica grecorromana fue necesario dar respuestas a cuestiones relacionadas con;

a. b. c. d.

El significado último de la creación

La naturaleza interna de Dios

La noción de gracia

El análisis de cómo Cristo podía ser Dios y humano a la vez.

En el

cuestión mucho más crucial, pues el propio Buda presentaba una visión filosófica del mundo que, en sí misma, ya era una ayuda para la salvación. Las doctrinas siempre llegan a ocupar un lugar importante en todas las grandes religiones, porque cualquier creencia tiene que adaptarse, antes o después, a la realidad social, y en mayor medida, cuando la gran mayoría de sus líderes cuentan con una gran educación y buscan fundamentar dicha creencia religiosa en algún tipo de manifestación intelectual. Con mucha frecuencia, las historias de la religión han tendido a exagerar la importancia de las escrituras y de las doctrinas; esta tendencia no debe sorprendernos excesivamente si tenemos en cuenta que a menudo nuestro conocimiento de las religiones del pasado se deriva de documentos que han sido transmitidos por la elite intelectual.

caso del budismo, desde sus inicios, las ideas doctrinales fueron una

5. Dimensión ética y legal- Tanto las doctrinas como las narraciones afectan los valores de una tradición, que se ven afectados en lo que se refiere a la forma de una cosmovisión y al tratamiento que se concede a cuestiones como la liberación última a la salvación. Podemos denominar a la ley que una tradición, o subtradición, incorpora dentro de su estructura como la dimensión ética de la religión. En el budismo, por ejemplo, existen, además de todo el conjunto de reglas que sirven para controlar las vidas de los monjes, las monjas y de las comunidades monásticas, ciertos preceptos universales obligatorios, que se conocen como los cinco preceptos o virtudes. En el judaísmo, no

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