Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,1-12):
Enviado por LissethAvila • 19 de Abril de 2018 • Apuntes • 442 Palabras (2 Páginas) • 160 Visitas
La humildad
Lectura del santo evangelio según san Mateo (23,1-12):
En aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: «En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos: haced y cumplid lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente en los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar. Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los banquetes y los asientos de honor en las sinagogas; que les hagan reverencias por la calle y que la gente los llame maestros. Vosotros, en cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro maestro, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra, porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar consejeros, porque uno solo es vuestro consejero, Cristo. El primero entre vosotros será vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido.»
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El ser humildes, no quiere decir que seamos tontos, que no entendamos lo que se nos dice en un momento determinado o que seamos ingenuos que nos dejamos engañar con el primero que llega a contarnos sus problemas.
La humildad, es una virtud moral contraria a la soberbia. La humildad, es saber reconocer nuestras debilidades, cualidades y capacidades para ponerlas a disposición de los demás sin comentarlo ni decirlo.
La humildad, es una virtud que tenemos que pedir al Señor, para que reconozcamos que, aunque hagamos muchísimos esfuerzos para ser mejores, todavía estamos lejos de alcanzar una plenitud humana y espiritual.
Nosotros, como humanos que somos, seguimos siendo frágiles y débiles ante las tentaciones, el placer y el poder nos dominan y nos atrae, por este motivo, todos los que reconocen su debilidad, consiguen la fuerza interior del Espíritu Santo para superarla, en cambio todo aquel que se siente perfecto, estará viviendo siempre en la oscuridad de sus errores. La humildad nos hace reconocer que nos hace falta todavía muchísimo camino por recorrer, que a pesar de haber superado muchísimas debilidades, todavía nos quedan muchas más que siguen pendientes en nuestra sanación interior.
Dejemos penetrar la Luz y la Gracia del Señor en nuestros corazones y en nuestra vida, para que la soberbia y el orgullo no nos impidan crecer en humildad y reconocer nuestra dependencia del Señor y de la Gracia que Él derrama cada día sobre nosotros.
Gloria a Dios por siempre…!!
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