Los diversos ministerios en la Iglesia
Enviado por luosjahu • 19 de Agosto de 2018 • Apuntes • 2.189 Palabras (9 Páginas) • 254 Visitas
Segunda reunión
Primera clase
Los diversos ministerios en la Iglesia
del posconcilio
Se dividirá este tema en los tres tópicos siguientes:
La Iglesia del posconcilío.
Ministerios.
Ministros extraordinarios de la sagrada comunión eucarística
1. La Iglesia del posconcilio
Aunque tenemos por rigurosamente cierto que la Iglesia de Je-
sucristo es, al tiempo y de la misma forma que su divino fundador
y cabeza, “de ayer, de hoy y de siempre” (Hb 13, 8), nada impide y es
perfectamente legitimo y posible estudiarla en determinados perío-
dos de su historia.
En consecuencia, podemos referirnos a la Iglesia del posconcilio,
o sea, la Iglesia católica, apostólica, romana, en el periodo compren-
dido entre el 11 de octubre de 1962, fecha en que el papa Juan XXIII
inauguró solemnemente el concilio Ecuménico Vaticano II, y el mo-
mento presente.
. Han pasado ya 43 años de vida y de acción posconciliar en los
' que la Iglesia, como en una atmósfera de fermentación, crecimiento,
maduración de la conciencia de su naturaleza y de su misión, procura
purificarse y actualizarse, movida por su necesidad de santificación
í interna y de difusión externa para llevar a toda la humanidad el men-
saje de la salvación en Jesucristo nuestro Señor.
ï Apoyado en los numerosos estudios, directrices y recomendacio-
nes emanados del concilio Ecuménico Vaticano II, el vigoroso papa
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Paulo VI, quien tuvo a su cargo la clausura del concilio el 7 de diciem-
bre de 1965, hizo publicar 16 documentos fundamentales, en los cua-
les la Iglesia de Jesucristo expone su pensamiento y sus orientaciones
básicas sobre los siguientes temas (la secuencia de los 16 documen-
tos obedece al orden cronológico de su promulgación):
1. La Sagrada Liturgia (Sacrosanctum concilium).
2. Los medios de comunicación social (Inter Mirifica).
3. La Iglesia (Lumen gentium).
4. El ecumenismo (Unitatis redintegratio.
5. Las iglesias orientales católicas (Orientatium ecclesiarum).
6. El ministerio pastoral de los obispos en la Iglesia (Christus D0mí—
nus).
l 7. La formación sacerdotal (Optatam totius).
F 8. La actualización de los religiosos (Perfectae caritatis).
9. La educación cristiana (Gravissimun educationís momentum).
10. Las relaciones de la Iglesia con las religiones no cristianas (Nostra
aetate).
11. La revelación divina (Dei Verbum).
12. El apostolado de los laicos (Apostolicam actuositatem).
13. La Iglesia en el mundo de hoy (Gaudium et spes).
14. El ministerio y la vida de los presbíteros (Presbyterorum ordinis).
15. La actividad misionera de la Iglesia (Ad gentes).
16. La libertad religiosa (Dignitatis humanae).
Para muchos católicos, desafortunadamente, estos 16 documen-
tos fundamentales del concilio Ecuménico Vaticano II siguen siendo
aún hoy, como ya se ha dicho, una especie de “selva virgen", descono-
cida de muchos, a pesar de su inmensa riqueza teológica y pastoral.
En lugar de estudiar poner en práctica estos documentos, muchos
prefieren desgastarseen estériles polémicas, atreviéndose incluso a
rotular a la Iglesia y a sus pastores, bien de “conservadores” o de “nro-
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gresistas? olvidándose del enérgico llamamiento del papa beato Iuan
XIII, al convocar el concilio Ecuménico Vaticano II: que la Iglesia
o sea vista ni como conservadora, ni como progresista, sino tan s o
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como ella necesita ser, es decir. “servidora y pobre", como su divino
fundador, para servir mejor, humildemente, a toda la humanidad_
2. Ministerios
La palabra ministerio proviene del latín “ministerium”, que signifi-
ca servicio: “minister” (ministro), “ministrare” (servir).
El término “ministerio” con el significado especifico de servicio,
aparece muchas veces en la Sagrada Escritura, y posee un rico signi-
ficado teológico.
Ya en el Antiguo Testamento, encontramos expresada en el déu-
tero-Isaías, en los capítulos 40 a 52, en donde se hallan insertas cua-
tro grandes piezas líricas, los cuatro “Cantos del servidor de Yahvé’,’
toda la importante misión de servicio confiada por Dios al "Siervo
de Yahvé”. Este “siervo", que muchos exegetas actuales identifican a
veces con un pueblo, y otras con un personaje ideal, es interpretado
por la mayoria de los estudiosos como una figura del Mesías, es decir,
Jesucristo, el “Siervo de Dios” por excelencia.
p En el Nuevo Testamento, Jesucristo se da a si mismo el nombre de
“sirviente, servidor” (en griego diácono) del Padre, afirmando de su
persona: “Yo he venido para servir, no para ser servido” (Mc 10, 45).
Desde sus orígenes, la Iglesia de Cristo ha venido sirviendo, espi-
ritual y materialmente a todos sus hijos, mediante el ejercicio cons-
tante y generoso de dos clases de ministerio, esencialmente distintos:
los “ministerios ordenados’; enraizados en los sacramentos del bau-
tismo y del orden y ejercidos por los ministros ordenados, es decir,
los obispos, presbíteros y diáconos, y los “ministerios no. ordenados’:
que tienen su fundamento en los sacramentos del bautismo y de la
confirmación (crisma), ejercidos por los fieles laicos, hombres y mu—
jeres (cf. Christifideles laici 23).
Aunque esencialmente distintos en cuanto. a su naturaleza —orde—
nados y no ordenados- todos estos ministerios deben ser ejercidos
con generosidad y en espíritu de comunion eclesial, para e 551323:
material y espiritual del pueblo de Dios e incluso, en a me l Ñ
l servicio de toda la humanidad, conforme a la re
10 posible’ para e 1 ’ t les san Pedro: “Como bue-
comendación del Príncipe de OS apos o ’
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