MENSAJE DEL PAPA SOBRE LA EVOLUCIÓN
Enviado por joel12456 • 5 de Diciembre de 2017 • Ensayo • 1.525 Palabras (7 Páginas) • 293 Visitas
MENSAJE DEL PAPA SOBRE LA EVOLUCIÓN
(El Santo Padre se dirige a la Academia de Ciencias)
Con gran placer les dirijo un cordial saludo, a usted, Señor Presidente, y a todos ustedes que son parte de la Pontificia Academia de las Ciencias con ocasión de vuestra Asamblea plenaria. Dirijo también mis saludos a los nuevos académicos, que vinieron para participar en sus trabajos por primera vez. Quiero evocar también a los Académicos fallecidos durante el año pasado, que confío al Maestro de la vida.
Al celebrar el sexagésimo aniversario de la re-fundación de la Academia, me complace recordar las intenciones de mi predecesor Pio XI, que quiso rodearse de un grupo escogido de sabios, esperando de ellos que informaran a la Santa Sede, con toda libertad, sobre los avances de la investigación científica y que la ayudaran también en sus reflexiones. A los que él gustaba llamar el Senatus scientíficus de la Iglesia, les pidió que sirvieran la verdad. Hoy renuevo esta misma invitación, con la certidumbre de que todos podemos sacar provecho de la "fecundidad de un diálogo de confianza entre la Iglesia y la Ciencia“(“Discurso a la Academia de las Ciencias, 28/10/86, N° 1”).
Me alegro por el tema que han escogido, el origen de la vida y la evolución, un tema esencial que interesa vivamente a la Iglesia, ya que la Revelación contiene, por su lado, enseñanzas sobre la naturaleza y los orígenes del hombre. ¿Cómo se encuentran (cómo se topan) las conclusiones a las que llegaron las diversas disciplinas científicas y las que están contenidas en el mensaje de la Revelación? Y si, a primera vista, puede parecer que haya oposiciones, ¿en qué dirección buscar su solución? Sabemos, en efecto, que la verdad no puede contradecir a la verdad (cf. León XIII, en Providentissimus Deus). Por lo demás, para esclarecer mejor la verdad histórica, sus investigaciones sobre las relaciones de la Iglesia con la Ciencia, entre los siglos XVI y XVIII, son de gran importancia....
Antes de proponerlos algunas reflexiones más especialmente sobre el tema del origen de la vida y de la evolución, quisiera recordar que el Magisterio de la Iglesia ya fue llamado a pronunciarse sobre estas materias, en el cuadro de su propia competencia. Aquí citaré dos intervenciones. En su encíclica Humani generis (1950) mi predecesor Pío XII ya había afirmado que no había oposición entre la evolución y la doctrina de la fe sobre el hombre y su vocación, con la condición de no perder de vista algunos puntos firmes (Cf. AAS 12 (1950) pp. 575 – 576). En cuanto a mí, al recibir el 31 de octubre de 1992, a los participantes a la Asamblea Plenaria de su Academia, tuve la ocasión a propósito de Galileo, de llamar la atención sobre la necesidad de una hermenéutica rigurosa para una correcta interpretación de la Palabra Inspirada. Conviene delimitar bien el sentido propio de la Escritura, rechazando las interpretaciones indebidas que hacen decir lo que ésta no tiene intención de decir. Para marcar bien el campo de su objeto propio. La exégesis y el teólogo deben mantenerse informados de los resultados a los que conducen las ciencias de la naturaleza.
Teniendo en cuenta el estado de sus investigaciones científicas en esta época, y también de las exigencias propias de la teología, la Encíclica Humani generis, consideraba la doctrina del evolucionismo como una hipótesis seria, digna de investigación y de una reflexión profunda, al igual que la hipótesis opuesta... Hoy en día casi medio siglo después de la aparición de la Encíclica, nuevos conocimientos llevan reconocer en la teoría de la evolución más que una hipótesis. En efecto, es notorio que esta teoría se haya progresivamente impuesto al espíritu de los investigadores, después de una serie de descubrimientos llevadas a cabo en diversas disciplinas del saber.
¿Cuál es el alcance de semejante teoría? Abordar esta cuestión es entrar en el campo de la epistemología. Una teoría es una elaboración meta científica, distinta de los resultados de la observación; pero, que guarda homogeneidad con ellos. Gracias a ella, un conjunto de datos y hechos independientes entre sí pueden ser relacionados e interpretados en una explicación unitiva. La teoría comprueba su validez en la medida en que puede ser verificada, se encuentra constantemente comprobada a medida que se da al estiaje de los hechos, y cuando ella no puede ya dar cuenta de éstos, manifiesta sus limitaciones e inadaptaciones. Ella debe entonces ser repensada...
El Magisterio de la Iglesia está directamente interesado en la cuestión de la evolución porque ésta concierne al concepto del hombre, del que la revelación nos enseña que fue creado a imagen y semejanza de Dios (Gén 1,28-29). La Constitución Conciliar Gaudium et Spes hizo una exposición magnífica de esta doctrina, que es uno de los ejes del pensamiento cristiano. Recordó que el hombre es “la única criatura en la tierra que Dios quiso por sí misma” (n. 24). En otros términos, el individuo humano no podría ser subordinado como puro medio o instrumento ni a la especie ni a la sociedad; tiene valor por sí mismo. Es una persona. Por su inteligencia y voluntad, es capaz de entrar en relación de comunión, de solidaridad y donde sí con su semejante...
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