MI PAREJA A QUIEN AMO

MI PAREJA A QUIEN AMO

ENFOQUE

La alianza conyugal.

En efecto, la familia es una comunidad de personas, para las cuales el propio modo de existir y vivir juntos en la comunión de personas. La familia arranca de la comunión conyugal que el Concilio Vaticano II califica como “alianza”, por la cual el hombre y la mujer “se entregan y se aceptan mutuamente”. Mediante el matrimonio el hombre deja a su padre y a su madre y se unirá a su mujer para formar una familia que sea santuario de la vida.

La sagrada escritura pone de relieve (Génesis 2, 24) la elección conciente y libre que es el origen del matrimonio por el cual un hombre se convierte en esposo y una mujer se convierte en esposa. El hombre y la mujer se unen en matrimonio tan estrechamente que vienen a ser “una sola carne”. Las dos personas, aunque son diferentes por su constitución física como varón y mujer, participan de modo similar de la capacidad de vivir en la verdad y en el amor poniendo así de manifiesto la madurez propia de las personas creadas a imagen y semejanza de Dios.

El consentimiento matrimonial define y hace estable el bien que es común al matrimonio y a la familia. El matrimonio es una comunión de personas. En virtud de está comunión, la familia ésta llamada a ser comunidad de vida y de amor. Es un compromiso que los novios asumen ante Dios y en su Iglesia. Las palabras del consentimiento matrimonial definen lo que constituye el bien común de la pareja y de la familia. Ante todo, el bien de los esposos que es el amor, la fidelidad, la honra, el carácter indisoluble del matrimonio: hasta la muerte. El bien de los hijos, como el fruto más excelente del amor sacramentado. Los esposos se dan mutuamente el consentimiento matrimonial, prometiendo, es decir, confirmando ante Dios, la verdad de su consentimiento que constituye el bien común de los esposos e indican lo que debe ser el bien común de la futura familia, (carta a las familias 7-11).

Recordemos que le diálogo y comunicación profundos tienen cinco pasos: ¿Qué siento? ¿Que pienso? ¿Cómo me comprometo? ¿Estoy satisfaciendo mis necesidades pensando y comportándome así? Y ¿Qué otra cosa podría hacer mejor para lograr mi sueño acerca de nuestra vida juntos?

El desarrollo de este taller lo podemos realizar siguiendo cada paso o bien, quedándonos en compartir en un determinado paso, según nuestras necesidades y el proceso del grupo que está viviendo el encuentro.

Suele suceder que al paso del tiempo el amor de los esposos se va opacando. Poco a poco y casi sin darse cuenta, los casados van cayendo en la rutina, las desavenencias, las incomprensiones, la falta de comunicación... Entonces sobre las parejas se cierne la amenaza del divorcio afectivo o legal. Por eso es necesario reaccionar a tiempo y devolverle al amor matrimonial su brillo original.

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