Madre Clarita
Enviado por sofiaagrm • 9 de Septiembre de 2014 • 928 Palabras (4 Páginas) • 380 Visitas
MADRE CLARITA
Clara del Carmen Quirós, Fundadora
( Pbro. Alberto Barrios Moneo. Claretiano)
La Fundadora de las Carmelitas de San José es salvadoreña, de San Miguel, donde nace en 1857. En el nombre que le imponen el día de su Bautizo, 31 de octubre de 1857, Clara del Carmen, hubiera leído cualquier “vidente” de media estatura su porvenir. Será Fundadora, como Clara de Asís, en cuyo día abre los ojos a este mundo, y de un Instituto Carmelitano, las Carmelitas de San José.
Ella – Clara – envuelta en una pobreza efectiva y afectiva, particularmente fue raptada por su propio padre Daniel Quirós, cuando contaba con tres años. Se sabe que su madre – Carmen López- la casa con un hombre que frecuentaba la casa – Félix Alvarado – que se firma “Profesor de Ciencias y Letras”, pero que resulta un incompetente para la vida. Con solos quince años Clarita desconoce la sicología varonil. Fue aquella boda un fracaso de la mamá y una irresponsabilidad de Félix. Pasa la vida en Nueva San Salvador. Llegaron sus seis hijos. Los dos últimos volaron pronto al cielo.
Los otros tres primeros se recuerdan todavía en la historia de El Salvador: Carmen, casada con Recaredo Gallardo, Ministro de Hacienda del Presidente Romero Bosque, Gertrudis casada con Godofredo Arrieta Rossi, Gobernador y gran Médico y Cirujano; y Alfredo.
Sólo Cipriano, que hereda la “mal cabeza” de su abuelo Daniel y de su padre Félix, motivó días muy amargos a su madre.
Lo grande de esta mujer es que – abandonada por su esposo – se inclina por su Dios, que es Amor, por su Hijo Jesucristo presente en la tierra en la Eucaristía, el Sacramento del Amor, y por la Madre de Jesús bajo la tierna advocación de los Dolores, que secaría sus lágrimas, y del Carmen, la Madre que la recibe el día de su Bautismo.
Es su gran acierto volver a encontrar el AMOR con mayúsculas, en Dios y en su Madre, en recompensa de otros muy tiernos y humanos para una mujer, nacida para ser amada.
En 1873 se alista a la Cofradía del Carmen; en 1887 toma el hábito de la Tercera Orden; en 1889 profesa como Hermana y es la única que emite la profesión Carmelitana de entre los centenares de Hermanas y Hermanos que se citan en el catálogo de la Asociación, lo cual descubre la altura de sus ideales y la seriedad de su incorporación a la Tercera Orden, asumida radicalmente. Su futuro Carmelitano se proyecta en el horizonte.
No falta en su alma un amor entrañable a la Madre Dolorosa, ante cuyo corazón destrozado necesita recogerse. En diferentes años aparece como la Tesorera de la Cofradía fundada en 1884 en Nueva San Salvador.
Su Cristo Sacramentado le atrae irresistiblemente desde que experimenta la inestabilidad del amor humano y durante años, a partir de 1889 funge como Secretaria de la Guardia de Honor del Santísimo Sacramento. Consecuentemente su respeto por los Obispos y
...