Madre Eduviges Portalet

1. Introducción:

En este trabajo se dará a conocer la vida en virtudes de la fundadora de la orden de las hermanas dominicas de la inmaculada concepción, Madre Eduviges Portalet, ejemplo de entrega, servicio y amor a Dios, al prójimo y al evangelio, con el objetivo de que como dominicos nos propongamos el reto de vivir plenamente el Carisma Dominico, revalorarando y respetando al prójimo, defendiendo su dignidad y orientando su transcendencia a la Luz del Evangelio.

2. Contexto:

Eduviges Portalet Couturier, Sierva de Dios, nació el 3 de diciembre de 1826 en la ciudad de Lyon (Francia). Fue bautizada a los tres días de nacida con los nombres de Francisca Genoveva Eduviges. Sus padres fueron, Benoit Gastón Portalet, abogado de la Corte Real de Lyon y Zelié Eleonore Couturier,

Eduviges tuvo en su corazón una especial ternura a María, a quien un día consagrara toda su vida y su familia Religiosa, poniéndola como, Superiora de Nuestra Congregación.

MUJER DE BUEN EJEMPLO A SEGUIR.

Parisense de excepcionales cualidades humanas, destacándose su clara inteligencia, perseverancia y virtud. Sus padres eran cristianos ejemplares, Eduviges heredó las virtudes más relevantes de sus padres.

Obediencia: nuestra madre fue una mujer obediente ya que siempre estaba atenta a la voz de su amado, y a cumplir su voluntad, no contradecía los proyectos de Dios, disponible a servir y no dejaba de escuchar su voz.

Caridad: La caridad que ilumina la vida de Eduviges se funda en el amor de Dios y es el corazón de la vida fraterna en nuestras comunidades. No existe caridad sin el prójimo, sin las hermanas, sin la comunidad.

Humildad: la humildad es la virtud que más necesitamos trabajar, es admirable porque virtud sin humildad no es virtud. Madre Eduviges es ejemplo de humildad, así como de modestia, bondad, tolerancia, paciencia y fe.

Ella nos propone constantemente esta vivencia en virtudes para así crecer en nuestra vida espiritual.

Fraternidad y compasión: Madre Eduviges nos enseña que para tener una buena convivencia es necesaria la corrección fraterna, es allí donde nos encontramos con nosotros mismos y con cada uno de nuestros hermanos.

Eduviges nos muestra un amor compasivo logrando estar en sintonía con el gozo o el dolor de sus hermanas y de sus queridos ciegos por los que rogaba.

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